Entrenamiento Privado

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-Buenas, mi nombre es Blink Swiftsight, tributo voluntario del Distrito 1. Mis destrezas son en combate con cuchillos y espadas.
-Muy bien -dijo la vigilante-, bienvenido a tu entrenamiento privado. Como podrás ver, en la sala hay tres áreas. Una es para entrenamiento cuerpo a cuerpo, la otra es Tiro con Arco y Espada y la Ultima es de entrenamiento fisico -volvió a verlo con una sonrisa en el rostro y continuó-. Tienes diez minutos para mostrarle tus habilidades a todos nosotros.


Blink se dirigió al área de entrenamiento de Espada. Tenían una en el Distrito, y sabía como podía impresionar dentro de ella. Tomó una espada de la mesa de armas y entró. Unas puertas de vidrio se cerraron tras él y unos laser comenzaron a moverse dentro del área aleatoriamente. No sabía si los vigilantes lo estaban observando, pero no podía ponerse a pensar en eso en ese momento. Los laser se encontraron en un punto en concreto a su derecha, donde una figura holografica con un hacha apareció corriendo hacia él. Blink se acercó a él y, girando sobre sí mismo, esquivó el ataque y atravesó su espada por el costado de la figura, la cual se desvaneció al tiempo que otra se formaba desde la segunda planta, con un arco dispuesto a disparar. Blink se tiró al suelo y rodó mientras la flecha se clavaba a su lado. Se puso de pie y sin pensarlo tomó su espada y la lanzó hacia el del arco, el cual se desvaneció con su contacto. Estaba sin arma y debía recuperarla. Dos figuras con espada aparecieron frente a él, corriendo rápidamente. Blink esquivó el ataque del primero y, tomandolo con el brazo por el cuello lo giró bruscamente al tiempo que con su otra mano tomaba la mano que sostenía el arma que estaba casi a punto de impactarlo. La figura que sostenía se desvaneció y utilizó su brazo ahora libre para golpear la cara cuadrada del holograma. Y de pronto lo escuchó. Rápidamente tomó al holograma sin soltarle la mano del arma y lo giró junto con él, de manera que sus cuerpos intercambiaran de lugar. Una flecha se clavó en la espalda del holograma que se desvaneció en el acto. Blink comenzó a correr ahora hacia su derecha, y dando un salto logró alcanzar el borde del segundo piso. Haciendo uso de toda su fuerza logró subirse a la segunda planta. Su corazón latía rápidamente y le retumbaba en los oídos, pero le pareció escuchar un murmullo de asombro fuera de la arena. Se giró gusto a tiempo para esquivar una flecha directo a su cara y se fijó que la espada estaba a unos tres metros de él.
Una campana sonó y el holograma del arquero se desvaneció. Fuera escuchó un aplauso, seguido por otros más. Blink se volteó hacia la entrada la arena, donde los vigilantes lo observaban.

Terceros Juegos Del Hambre DoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora