Deceived *Meanie*

Capítulo 4

Mientras camina, siente como el otoño poco a poco hace su entrada. El clima de pronto se vuelve más frío, el paisaje tiñéndose en colores naranjas y amarillos. El cielo comienza a oscurecerse, y finalmente puede ponerse aquel gris de lana que tanto le gusta.

A pesar de la belleza que el clima presenta, oculta detrás de sus colores un cierto aire de melancolía, de soledad.

Solía sentirse mal en estos días, mientras el silencio consumía su mente, llenándolo de recuerdos. Pero sus pasos no resuenan solos esta vez. A su lado, el chico de cabellos blancos, cachetes regordetes y ojos pequeños aun no deja de reírse de cuando Wonwoo casi se tropieza, unos diez minutos atrás.

Como es que Hoshi ahora anda con Wonwoo? No sabe realmente como pasó. El chico, tan sociable como siempre hablaba con quien se pusiera frente a él. A veces Wonwoo se pregunta si hay una forma de callarlo.

Pero por más que finja que su presencia le molesta, y a pesar de que desde que Hoshi se unió a su grupo no había podido pasar de la última página de su libro porque cada vez que intentaba leer, el chico parloteaba sin parar, sonreía cada vez que estaba con él.

Llevaban unas cuantas clases juntos, y ahora que Hoshi conocía a Wonwoo no dejaba de sentarse con él, aun cuando Hoshi era tan social y tenía tantos amigos, siempre escogía el campo a su lado.

-Por qué?- le había preguntado Wonwoo.

-Porque eres gracioso.

Wonwoo sonrió, por supuesto que era gracioso... solo que nunca nadie había apreciado su sentido del humor. Volteo su rostro hacia la ventana, viendo a Mingyu en su clase de educación física, como lo hacía todos los miércoles a esta hora, y se preguntó... Pensará Mingyu que él es gracioso también?

Por supuesto, todo volvía a Mingyu. Le agrabada Hoshi, le encantaba estar a su lado, pero una de las cosas que hacia que le agradara tanto, es que gracias a él su grupo de amigos había crecido, incluyendo a Mingyu.

Los almuerzos se habían vuelto mas ruidosos... nunca caminaba solo de vuelta al colegio. Nunca tenía tiempo para escuchar a sus pensamientos... excepto claro, cuando llegaba a su abandonada casa.

Cuando está con ellos sonríe, una cálida sonrisa, una sonrisa real...

Pero tan pronto llega a su solitario hogar, en donde solo se encuentra con oscuridad y silencio, su mente, dañada con sus traumas pasados, comienza a comérselo por dentro.

Y le recuerda, como todos esos momentos con Mingyu son falsos, como todas aquellas platicas, todas aquellas sonrisas, toda esa gentileza no es más que una trama forzada... una que el mismo, con sus miedos e inseguridades formó.

Todo se había vuelto una mentira, una hermosa, perfecta ilusión de que tenía amigos y era feliz en este lugar, pero al final una mentira...

Temía que sus amigos lo dejaran en cualquier momento, temía que su personalidad obstinada los cansara y lo dejaran solo... temía que su falta de muestra de afecto los repudiara, temía que como muchos antes, lo alejaran por lo que era...

Su relación con Mingyu no era más que hipocresía, y si bien había estado de acuerdo con ello al inicio, ya no se sentía bien, no ahora que el chico realmente le agradaba...

Pero que podía hacer? El mismo se lo había buscado...y no quería hacer nada... porque quizá la amistad era una mentira, pero su sonrisa era real.

***

Mingyu lo miraba desde el otro lado de la mesa.

Al inicio, pensó que quizá era algo paranoico, que solo imaginaba que el chico de colmillos afilados lo miraba directamente a él, pero aún si Ie devolvía la mirada -lo poco que aguantaba mantenerla- Mingyu parecía no inmutarse.