"Los débiles también salvan al mundo"
<<Resident Evil. Todos los personajes y ambientación le pertenecen a Capcom, la historia es creada >>
Cindy Lennox es perseguida por su oscuro pasado en el incidente de Raccoon City. Junto con sus co...
Esto lo había visto, zombies comiendo carne humana, personas inocentes convirtiéndose en monstruos. No sabía como reaccionar, estaba muy asustada, sólo me preguntaba el porqué de ésta situación. Kevin disparaba junto con Alyssa, mientras que yo, me quedaba impactada por lo que sucedía y era incapaz de mover un solo músculo.
Alyssa tuvo paciencia en mi, dejo que me quedara atrás de ella mientras disparaba. Su increíble puntería la dejaría como un miembro valioso del grupo, Kevin es fuerte y es muy inteligente, que a diferencias de mí que no puedo hacer nada y simplemente me asusto. No me iba a dejar atormentar por esto otra vez, nada lo haría. Si ya lo sobreviví una vez, ¿Porqué no lo haría ahora?
- Kevin, hay un niño solo. Dime, ¿Lo ves? - No, no lo puedo ver. ¿Es el único niño a bordo? - Realmente no lo sé. Creo que lleva puesto una chaqueta amarilla - gritaba en medio de los estruendos - y ... unos blue jeans. Tiene una gorra amarilla. - No lo puedo ver Cindy. Lo siento. Debes buscar la manera de sacarnos de aquí, fíjate en los controles. - No hay forma ... de que me vaya sin ese niño.
Entonces salí afuera, la mayoría de los zombies estaban exterminados. Buscaba incansablemente, ese niño no podía morir, sabía que por alguna razón debía salvarlo, aunque ya había una razón predispuesta, era un niño. Tenía una hermosa sonrisa, que tendría que durar, lo que en realidad tendría que durar, y no sólo unos minutos como en la entrada del aeropuerto.
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Lo vi, gratamente pude localizarlo sin problemas, pero unos tres zombies lo tenían rodeado. Él estaba abajo de unos asientos, pero los zombies sólo se percataron de mi presencia, entonces cogí un pedazo de hierro que sobresalía de uno de los asientos y maté a todos los que se me tiraron encima.
Una vez más, sentí una fuerte impotencia y un dolor exuberante, que me hacía sentir culpable. El niño estaba sentado, en unos minutos comenzó a llorar. Estaba junto con sus padres, los cuales estaban muertos, definitivamente. Agarre su brazo, no podía desprenderlo de ellos. No me costó entender al niño, pero realmente no quería que el muriese.
- ¡DEBEMOS SALIR!
El niño sólo lloraba, aun así saqué su brazo fuera de sus difuntos padres y lo llevé conmigo hasta la cabina, una vez allí lo dejé caer al suelo accidentalmente y permaneció allí llorando silenciosamente. No tenía tiempo para consolarlo, y aunque me doliese verlo así seguí en mi misión: sacarnos de este avión.
De repente sentimos un ruido estruendoso viniendo de arriba del aeroplano, era muy fuerte. De repente algo atravesó el techo del avión, era una cosa gigante, una mujer enorme con grandes y afiladas garras. Era un tyrant, pero algo más que eso.
La enorme mujer sólo dio a conocer sus fauces, con dientes súper afilados. Tenía un ojo en su frente, y parecía que el otro estaba en su mano derecha. Sentí una angustia tremenda. Esa cosa había comenzado a eliminar a los zombies en sus pasos, se dirigía hacía nosotros.
Habían tres paracaídas. No había otra alternativa que largarnos, aterrizaríamos en el mar, o en tierra seca, aun así, tenía que tener al jovencito en mis brazos. Decidí protegerlo más a él que a mi, sujetarlo fuertemente, y ayudarlo a sobrevivir. Él estaba aterrorizado.
El monstruo era lento, aunque creo que estaba algo herido, o lo hacía con intenciones. De repente nos dimos cuenta que solo habían dos paracaídas...
