Reviso un par de veces más las hojas que nos han dado antes de salir de la sala. Se habían encargado de explicarnos cada cosa que necesitábamos saber, como la hora del almuerzo, los lugares restringidos y las normas del instituto. Una a una.
Finalmente y tras dos clases pérdidas debido a la charla informativa que la orientadora nos había dado, salíamos con cara de pocos amigos. Nuestras taquillas no estaban juntas, y siempre lo habían estado.
—No te preocupes, Jane. —dice Mike golpeando mi hombro levemente. —Siempre hemos estado juntos, quizá nos venga bien que nuestros amigos sean diferentes, ¿no? —susurra.
Le miro rápidamente molesta por su comentario. Él suaviza su mueca e intenta pasar un brazo por encima de mis hombros, pero yo me aparto.
— ¿Vas a seguir recordándomelo? —pregunto mirándole, alzando un poco la voz.
Él deja de caminar y me obliga a quedarme frente a él. Coloca sus manos en mis hombros. —Sólo creo que es mej...
Ruedo los ojos cuando va a continuar con él tema. En realidad estoy harta de que lo continúe recordando a día de hoy, tras haber pasado tanto tiempo, al fin y al cabo yo fui la más perjudicada en ese asunto, no él, ¿es necesario volverlo a repetir?
Giro sobre mis talones, deshaciéndome del agarre de mi hermano y camino lejos de él.
— ¿A dónde vas ahora? —pregunta elevando la voz cuando yo comienzo a alejarme.
— No te preocupes, quizá nos venga bien estar separados. —contesto burlona, imitando su mismo tono de voz.
Escucho un gruñido de su parte, pero continúo andando. ¿A dónde? Ni idea.
Miro las hojas que me han dado, informándome de que la próxima clase —muy a mi pesar Química— se encontraba en el Aula 5, pasillo 7. Ciertamente aquella hoja explicaba perfectamente la localización de las clases, número de pasillo, de clase y de planta. Sin embargo... ¿cómo mierda sabría yo cuál es el pasillo 7?
Aprieto con molestia la hoja en mis manos y por un momento, sólo por un instante, pienso que si Mike siguiese a mi lado no sería tan malo. Pero ese pensamiento se va rápido de mi cabeza cuando recuerdo que su sentido de la orientación está en el mismo lugar que el mío. De hecho, apostaría lo que fuera a que él también estaría perdido en aquellos momentos.
Me sobresalto cuando suena el timbre e inmediatamente, las puertas de los aularios se abren, dejando escapar a decenas de estudiantes caminando hacia sus taquillas, otros yendo directos a la próxima clase o simplemente quedando quietos para hablar con sus compañeros.
Toda mi vida Mike y yo habíamos ido juntos a cualquier lugar y en cierto modo, junto a él, no me sentía la nueva. Sin embargo ahora me veía completamente sola en medio de una jauría de adolescentes que me miran como si fuera un bicho raro y me siento fuera de lugar.
Trago saliva y miro entre las caras de los estudiantes, buscando alguno que pareciera simpático a simple vista y me pudiera indicar el camino. O simplemente busco a April. Pero aquello parecía un pajar y yo estaba buscando la aguja.
Envuelta en mi desesperación encuentro la cara de una chica con gafas, pelirroja. Parece simpática, así que me decido a caminar hasta ella, sin embargo no doy dos pasos cuando por segunda vez en el día tropiezo.
Todo gracias a mi despiste de mis cordones desatados. En este caso, no es Mike quien me coge con ese cariño fraternal y me salva de una caída segura. No para nada. Me estampo con la espalda de un chico con cara de pocos amigos. Más o menos tendría la altura de un gigante y, cuando se dio la vuelta, pude apreciar que el rostro de un troll.
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Mr Arrogant
ChickLitMudarse a California parece ser la mejor idea del planeta. A no ser que un Dios Griego arrogante y estúpido pretenda arrebatarte a tu hermano. Pero Jane no lo permitiría.