Nota del autor

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Antes de que el común de los lectores se salte estas palabras, permítame advertirle que en las que le siguen a éstas no encontrará más que un burdo entretenimiento si no presta atención a lo que ahora diré:

Hemos llegado a un punto en el que el bosque es gris, el mar es gris, los cielos son grises, y al igual las personas. Y en mis dieciocho años, de los miles de la humanidad, he visto que nada cambia en nuestro ser. La guerra, la traición, la conspiración, el odio, el desprecio, el miedo... seguimos siendo igual de influenciables ante "la Pesadilla", igual de débiles de espíritu, e igual de voluntariamente ignorantes. En todo este tiempo, ni ciencia ni religión, supeditadas siempre a la corrupción monetaria, parecen haber servido de mucho en este aspecto, y como no veo que nadie haga nada por cambiarlo, soy yo quien da el paso hacia un umbral incierto.

Cuando la fe falla, cuando la lógica cae, solo prevalece aquello que jamás ha existido; la fantasía. Estas palabras desdobladas, fruto de la mente de un loco, compuestas mientras sonaba una canción, serán y son en verdad, el lema que puede caracterizar mi obra y mi persona. Espero de todo corazón que la fantasía y magia que impregnan esta novela que estáis a punto de comenzar os permitan de nuevo diferenciar el azul, y el verde, y el amarillo y el rosa. Porque no todo es gris...

                                                  ...si podemos soñarlo todavía.

Muchas gracias.

PRISMA: La Corona de los InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora