capitulo 22

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Sakura estaba en la cocina ayudándole a Karoru al igual que Hinata y Matsuri. En todo el día no se había aparecido Sasuke y esto le daba razones para pensar que él estaba con esa mujer, seguramente tomó su consejo de buscar a otra que compartiera su lecho, sus ojos enardecieron al pensar que tal vez él ya estaría revolcándose con la primera que había visto. —Sakura estás cortando mal la zanahoria – dijo Karoru La joven parpadeo al escuchar la voz de la anciana y la hizo salir de su trance — ¿Perdón... decías algo? —Que estás distraída – comentó la anciana — ¿Sucede algo hija? —No – respondió mientras seguía con su trabajo —Yo creo que más bien estás pensando en donde podrá estar Sasuke Sakura al escuchar el comentario de Matsuri frunció el ceño– ¿Y a quien le interesa lo que ese hombre haga? Por mi Puede arrojarse por un balcón así nos haría un gran favor Hinata y Matsuri se miraron una a la otra y soltaron una risa al mismo tiempo. — ¿Dije algo divertido? – Preguntó molesta —Sakura ¿En serio no te das cuenta? – Dijo Hinata esbozando una sonrisa – Ese hombre está muerto de amor por ti —Así es, cuando te ve hasta parece adorar el suelo que pisas – comentó Matsuri – No seas orgullosa y dale una oportunidad —Ni en sus sueños más pervertidos tendrá una disculpa de mi parte – la joven hizo a un lado el cuchillo y se limpió las manos con un trapo – Me iré a caminar, sin duda parece que todo el mundo está de su lado Sakura avanzó hacia la salida y en ese momento se encontró con su peor pesadilla. —Hola – saludó gentil – ¿a dónde vas? – y esbozó una sonrisa La joven lo miró y sin decirle nada salió de la cocina, Sasuke la observó hasta que desapareció de su vista, suspiró y fue hacerles compañía a las tres mujeres. —Lo ven, me evade – dijo resignado tomando asiento en una silla Matsuri avanzó hacia atrás de Sasuke y le puso las manos en los hombros – En ese caso lo que yo te sugiero es que la secuestres y la lleves a un lugar en donde puedan estar solos los dos —Sería estúpido – comentó Karoru – eso Solo aumentaría más su orgullo y coraje —Además en su estado no es conveniente que...— Hinata se mordió el labio al decir ese comentario — ¿Estado? – preguntó Sasuke confundido — ¿De qué hablas, Hinata? —Nada hijo – comentó Karoru con una mirada asesina que iba directo a Hinata– Sakura no está bien de salud en estos momentos y deberás ser paciente — ¿Qué tiene? Ustedes me ocultan algo y no me lo quieren decir – las acusó el ojinegro parándose de la silla Las tres se miraron nerviosas sin saber que decir, mientras Sasuke las miraba impaciente, ¿Qué tenía Sakura? No podía ser grave él la veía bien, porque Hinata había mencionado su estado y luego estaban tan nerviosas, abrió los ojos ante el pensamiento que se le había cruzado por la mente — ¿Está embarazada, verdad? — dijo sin poder creerlo todavía —Si Sasuke – intervino Matsuri al ver que ni Karoru ni Hinata decían nada – Está esperando un hijo tuyo — ¿Y por qué demonios no me dijo nada? ¿Por qué? —Por qué el día en que se enteró que espera un hijo tuyo ese día te vio en la cama con otra mujer – respondió molesta la Sasuke se dejó caer de nuevo en la silla, si, ahora se daba más motivos para odiarse así mismo, por su culpa no había perdido a Sasuke si no la posibilidad de tener una familia como a veces solía imaginarse. Un hijo, dios Sakura iba a darle un hijo, no podía creer que iba a ser Padre, esto era lo más maravilloso que le había pasado en su cochina vida, tenía que hacer algo no podía perder a Sakura. Se levantó de la silla y salió en busca de Sakura, para aclarar todo de una vez y exigirle que lo escuchara, que lo perdonara y regresara con él. —Bien hecho Hinata – dijo Karoru negando con la cabeza —Lo siento, no pude evitarlo – se encogió de hombros – Y tú también Matsuri por confirmárselo —Al ver que ambas no respondía, tenía que hacerlo – replicó Matsuri — ¡Basta! Ya lo hecho ya está, ahora le corresponde a Sakura aclarar todo con él Sakura caminaba por el jardín, contemplaba los enormes rosales que habían allí, esbozó una sonrisa al recordar a su padre decirle que su madre se había esmerado tanto en cuidarlos para que estuvieran hermosos y ella continúo cuidándolos hasta el día en que se casó con Sasuke. Una rosa roja apreció en frente de ella y giró la vista para ver quién era, se trataba de Damián. —Gracias– tomó la rosa y esbozó una sonrisa — ¿Qué haces aquí? —Pasaba de casualidad por aquí y decidí visitarte – respondió alegre el joven – Estás igual de hermosa que esa rosa —Eres muy amable con tus halagos, pero debo rechazarlos — ¿Por qué, Chérie? —Aun soy una mujer casada —Es cierto – asintió triste el francés – Pero bueno, mejor hablemos de cosas más alegres. ¿Te gustaría acompañarme hoy a la ópera? — ¿Opera? – la joven arqueó una ceja, no le gustaba mucho la ópera, pero aceptaría con tal de no estar cerca de Sasuke –Por supuesto —Bien – el francés esbozó una linda sonrisa y por primer vez sus ilusiones comenzaron a florecer – Paso por ti a las siete — ¿Tú aquí? Ambos al escuchar una tercera voz voltearon la vista y se encontraron con los ojos Negros de Sasuke llenos de furia, el ojinegro se acercó a Sakura, la tomó de la cintura y la cubrió con su espalda. — ¿No te quedó claro que no quiero verte cerca de mi esposa?— Le preguntó al francés —La dama es quien decide – respondió Damián – Además que yo sepa están pensando en anular su matrimonio —Pues pensaste mal, porque nunca será así Ambos hombres se miraron con odio y Sakura pudo advertir que si no hacía algo los dos terminarían por agarrarse a golpes en frente de ella. —Damián será mejor que te vayas – dijo la joven asomándose atrás de la espalda de Sasuke El francés asintió y le hizo una reverencia a Sakura, pero antes de irse le lanzó una mirada a Sasuke llena de odio, maldito, tenía toda la suerte del mundo al estar casado con una hermosa mujer como Sakura y él simplemente lo había echado a perder. Giró sobre sus talones y se marchó alejándose de la vista de la pareja. —No me agrada ese tipo – comentó Sasuke aun con la vista fija hacia el camino que tomó Damián —Pues a mí tú no me agradas – Sakura giró sobre sus talones y comenzó a caminar pero Sasuke la tomó de cintura y la atrajo hacia sí — ¿Serías tan amable se soltarme? —No me apetece hacerlo – respondió con una amplia sonrisa —Por... favor – su voz comenzó a flaquear al sentirse en los fuertes brazos de Sasuke — ¿A que le tienes miedo Sakura? – Sasuke le susurró en el odio – No te soltare hasta que me dejes explicarte todo —Pero yo no quiero que me expliques nada – Sakura lo miró con la vista un poco nublada por las lágrimas que querían salir – No quiero escucharte —Está bien –la soltó para dejarla ir, pero antes de que ella se fuera – Pero solo por esta vez, porque la siguiente lo harás El resto de la tarde Sakura la pasó en su habitación esperando a que dieran las siete para que Damián viniera por ella. Se había puesto un lindo vestido en color lila y al verse al espejo supo que ya estaba lista, esbozó una sonrisa y salió de su habitación, bajó las escaleras y al pasar por la recepción, escuchó la voz de Sasuke obligando a que detuviera su andar. — ¿A dónde vas a esta hora? – preguntó Sakura giró sobre sus talones, lo miró con indiferencia y respondió – Saldré con Damián, ya que me invitó a la ópera y no pude rechazarlo — ¿De modo que ya son muy amigos como para salir juntos? – avanzó hacia ella y Sakura tuvo que retroceder un paso al tenerlo tan cerca – Aun eres mi esposa, recuérdalo y la gente podría hablar — ¿Te preocupa que piensen que podría engañarte? – Sakura esbozó una media sonrisa – No te preocupes, mi segundo nombre no es Sasuke Antes de que Sasuke pudiera contestar alguien había llamado a la puerta, Karoru fue a abrirla y era precisamente el apuesto francés. Al verla esbozó una sonrisa y por ultimo le hizo una reverencia a Sakura. —Buenas noches – saludó educadamente a pesar de que se encontraba Sasuke — ¿Está lista, My Lady? Sakura giró la cabeza para ver a Sasuke – Me retiro, no me esperes despierto – le giño un ojo y avanzó hacia Damián, recargó su brazo en el del joven – Hasta luego Sasuke Sasuke estaba a punto de hacer valer sus derechos como esposo, pero era mejor dejarla ir y era lo que ella quería, está bien, no haría nada que la enfureciera, después de todo eso le haría daño al bebé. —Que se diviertan – Sonrió, dio media vuelta y se fue Esto a Sakura le dolió, esperaba que Sasuke le armara un escándalo o que se la arrebatara del brazo a Damián con tal de prohibirle que se fuera pero en cambio solo le había dicho que se divirtiera y su indiferencia la había herido. — ¿Nos vamos? – dijo el francés al ver a la peli rosa pensativa Y la joven asintió, ambos salieron de la casa y el francés la ayudo a subir al carruaje, pero no advirtieron que alguien los observaba desde una ventana. — ¿Se puede saber por qué la dejaste ir? Escuchó una voz atrás de él, esbozó una media sonrisa, giró sobre sus talones y se encontró con la anciana Karoru — ¿Qué querías que hiciera? – Se cruzó de brazos —Que hicieras vales tus derechos como esposo – dijo furiosa – Se la estas dejando a ese francés en bandeja de plata y si no haces algo la vas a perder definitivamente —Yo sé mi juego Karoru – el joven le giño un ojo y comenzó a caminar hacia la salida del despacho — ¿A dónde vas? – le preguntó Karoru Sasuke esbozó una sonrisa – Voy a cambiarme para ir a la ópera – le guiñó un ojo – Alguien estará muy complacida en acompañarme, fue hasta su habitación, tomo uno de sus más finos trajes se cambió y sin decir nada más salió de la casa y se dirigió a la casa de los Wells a invitar a Karin a la opera. La joven pelirroja se había llevado una sorpresa al verlo en su casa y a esa hora, por un momento había pensado que tal vez se reanudaría lo suyo pero la mirada del ojinegro decía todo lo contrario, que quedar como amigos era mejor. — ¿A qué se debe tu visita? – Preguntó la joven — ¿Te gustaría ir a la ópera? —Sabes que me aburre ir – dijo la joven, pero al ver a Sasuke noto la tristeza en su mirada — ¿Qué te pasa? —Es una larga historia – respondió —Bueno ¿Qué tal si en el camino me la relatas? – Esbozó una sonrisa y el ojinegro asintió –Estaré lista en unos minutos En el transcurso del camino Sasuke le contó todo lo que había pasado, desde el baile que organizaron sus padres, de cómo se fue enamorando de Sakura y como creyó que Natsumi era esa mujer que él estaba buscando y sobre todo como ha intentado pedirle perdón a su esposa. — ¿Y crees que te va a perdonar si me ve entrar a tu lado? – la pelirroja arqueó una ceja —No, pero tú te encargaras de quitarme a ese francés del camino – Sasuke esbozó una sonrisa – Y eres buena en eso —Gracias por el alago cariño, aunque te confieso que no sería un sacrificio muy grande apartarte al francés del camino – ella también le regaló una sonrisa Sakura tomó asiento en una pequeña silla, mientras contemplaba el inmenso teatro, Damián había conseguido el mejor palco y tan cerca del escenario, pero en ese momento cuando volteo a ver al siguiente placo se encontró con Sasuke acompañado de... Karin. ¿Qué hacía con ella? ¿Qué pretendía con todo esto? ¡Dios! Se estaba muriendo de celos al verlo conversar animadamente con esa mujer y estaba a punto de levantarse para ir a ese palco y reclamarle que estaba haciendo allí y sobre todo porque estaba con esa mujer. — ¿Qué pasa, Chérie? – preguntó el francés al verla distraída —Nada – Sakura se obligó a verlo y esbozó una sonrisa fingida Mientras tanto en el otro palco... — ¿Y cómo pretendes que me acerque? – Dijo Karin confundida – No sé, yo solo entraría en ese palco y ya —Buena idea – comentó la joven – Todo con el pretexto de que quería saludar Damián —Eres la mejor Se levantaron de sus asientos y salieron del palco, Sakura los miraba por el rabillo de su ojo y al ver que se iban se preocupó tanto, tal vez se irían a un lugar más privado y eso la hicieron sentir más celos, no soportaba la idea de que Sasuke estuviera en los brazos de esa mujer, ni en la de ninguna otra, miró a Damián quien estaba muy animado viendo la ópera y en cambio ella se estaba durmiendo. Alguien tocó la puerta del placo y se abrió al instante y entraba su peor pesadilla, Karin y Sasuke. Damián y Sakura se pusieron de pie y Karin saludó a la joven dándole un beso en la mejilla y lo mismo hizo con Damián. —Lo siento por interrumpir – dijo la joven fingiendo estar apenada – Lo que pasa es que al ver al señor Dupont quise pasar a saludarlo — ¿Cómo está señorita? – Damián le hizo una reverencia —Muy bien – la joven asintió y volteo a ver a la peli rosa – Sakura ¿Cómo estás? —Bien – Sakura asintió mientras le lanzaba una mirada a Sasuke Él se encontraba cruzado de brazos y en ningún momento habló, todo se lo dejo a Karin ya que era la experta. — ¿Les molestaría si vemos la opera juntos? – preguntó alegre —No, claro que no – Damián negó con la cabeza —Bien – la pelirroja asintió Pero cuando estaban a punto de tomar asiento, Karin se le adelantó a Sakura y tomó asiento a un lado de Damián, así que tomó asiento a un lado de la pelirroja y se llevó una sorpresa al sentir a Sasuke sentarse a su lado izquierdo. Sakura se sentía incomoda, Damián parecía entretenido con la conversación de Karin y se había sentido alegre de la joven haya entrado ya que sinceramente no sabía por qué había aceptado la invitación de Damián, miró de reojo a Sasuke y este observaba el escenario, contemplando a la cantante y en ningún momento volteaba a verla, su indiferencia le estaba doliendo pero ella no era la que tenía que pedir una disculpa. Sofocada por el calor se levantó para salir del palco solo con el pretexto de ir al tocado, en realidad tenía intenciones de abandonar el teatro e irse a casa. Karin al verla retirarse le giñó un ojo a Sasuke, casi diciéndole que aprovechara ese momento y fuera tras de ella, y así lo hizo, se levantó y salió en busca de su esposa. Esbozó una sonrisa al verla recargada en la pared, se acercó a ella un poco preocupado al verla como batallaba para respirar. — ¿Estás bien? – Le preguntó tocándole los hombros —No – Sakura negó y sin querer se recargó en el pecho de Sasuke – Me siento mal —Te llevare a casa Ante las protestas de su esposa, la cargó y la llevó directo hacia su carruaje y le ordenó al cochero que los llevara a casa de los Namikaze. En el camino Sakura se recargó en el hombro de Sasuke y cerró los ojos, era como si nada hubiera pasado, había extrañado su aroma y esos brazos mientras la abrazaban cariñosamente. Llegaron a casa pero la joven todavía se sentía mareada así que Sasuke tuvo que llevarla en brazos hacia su habitación, la dejó al borde de su cama y cuando él estuvo a punto de retirarse para dejarla descansar, la voz de la joven lo detuvo. — ¿Te vas? – Preguntó dulce y terna a la vez —Si— asintió – Me iré a mi habitación, te dejo descansar Pero cuando abrió la puerta para salir una vez más Sakura lo detuvo. —No te vayas... quédate Sasuke esbozó una sonrisa, cerró la puerta y se acercó a la cama para acostarse a un lado de ella, Sakura se hizo a un lado, Sasuke pasó un brazo por la espalda de su esposa y la abrazó, ella se recargó en su pecho, ambos no decían ni una palabra, simplemente se quedaron así, pero cada quien tenía pensamientos distintos pero que si se unían formaban uno solo. Sakura escuchaba la respiración calmada y los latidos del corazón de Sasuke, él acariciaba su espalda con sus delicados dedos. La joven alzó un poco la mirada y se encontró con ese par de ojos negros mirándola tiernamente. — ¿En qué piensas? – preguntó Sasuke rompiendo el silencio Ella pensaba en muchas cosas y una de ellas era porque estaba allí y que era lo que realmente quería de ella, pero tenía miedo de abrir una vez más su corazón ante él, ya lo había hecho en el pasado y él se lo regreso destrozado... solo estaba a un paso de preguntarle, pero no sabía qué hacer.

Continuara

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Dejame Quererte~♡ [Sasusaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora