El Perdón

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Querida Lya:

Me gustaría que pudieras responder pronto a mis cartas, pero aún eres una bebé, una hermosa y dulce bebé. Eres mi tesoro más valioso y el ángel guardián de tu mami.

Me pesa mucho en el corazón saber que no he podido cargarte lo suficiente, que no he podido sostener tu mano mientras dabas tus primero pasitos o sonreírte cuando pronunciaste tu primera palabra.

Y por ese simple hecho te pido que me perdones. Te pido perdón por haberme perido las cosas más importantes de tu infancia durante este último año. Te pido perdón si no he sabido ser el mejor padre o si he lastimado tus sentimientos de bebé y de la infancia, porque sé que estaré lejos de ustedes cada vez que la guerra amenace a nuestro país.

Tu y tu mamá, tus tías y tus tíos, son lo único que me hace unirme a la fuerza armada. Ustedes son lo que más amo sobre la tierra y tu Lya, eres mi tesoso más precioso y el que más intento proteger.

Aun recuerdo la primera vez quete vi. Tenías los ojos de color miel y la enfermera que te cargaba te puso frente a mí para que te cargara y te dejó en mis brazos con mucho cuidado.

No tienes idea del miedo que sentí al tenerte entre mis brazos. Me sentía como un oso enorme sosteniendo a una hermosa y frágil princesa. Recuerdo que tu tía Lucía me dijo: "Respira o vas a morir antes de verla bien." Tenía tanto miedo de hacerte daño que me congelé, ni si quiera sabía que estaba conteniendo la respiración hasta que tu tía me lo dijo.

Te confieso que tenía miedo de respirar y romperte, o de moverme y que, al ser tan pequeña, te calleras de entre mis brazos. Y te confieso, que hasta estos momentos tengo miedo de hacerte daño. Tengo miedo de no ser un buen papá o de herirte con alguna palabra.

Pero, más que todo tengo miedo de dañarte de alguna forma. Tengo miedo de que no comprendas mis razones para enlistarme en la armada y, me da más miedo aún que no puedas perdonarme por haberme perdido los momentos más hermoso de tu vida.

Sin embargo, quiero decirte que te amo con todo mi corazón y aunque a veces soy muy rudo - tus tías siempre me lo han dicho,- quiero que sepas que eres mi ángel de la guarda, porque me haces pensar en las cosas hermosas que quedan en el mundo, una razón más para ir a la guerra que tanto detesto.

No creo que pedir perdón sea de cobardes, mi preciosa Lya, sino de valientes, porque se nesita demasiado valor para admitir nuestros errores o para sanar las heridas que les hemos causado a otros.

Espero de todo corazón que esta noche sueñes lindo. Te prometo que yo estaré velándolos y que haré todo lo que esté a mi alcance para que puedes dormir tranquila todas las noches.

Recuerda que tu sostienes mi corazón, Lya. Eres mi ángel y siempre estaré agradecido con Dios por regalarme la dicha de ser papá, en especial de ser tu papá.

Atentamente:
Un hombre que te adora con todo el corazón.

PDT.: Papi te ama.

Posdata: Papi Te AmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora