Querida Lya:
Hace mucho que no te escribo, creo que era porque tenía muchas cosas malas alrededor mío y ninguna de ellas iba a ser buena para tu crecimiento. En realidad, una princesita como tú jamás debería leer o vivir cosas tan malas.
Sin embargo, me encuentro pensando en la misma cosa una y otra vez siempre que tu nombre es traído a mi mente. Hoy es una de esas madrugadas muy raras en las que, de repente, te encuentras con un caleidoscopio de emociones, recuerdos y sentimientos. Pero, también una fe esastre madrugadas en las que no importa cuanto intentes respirar, no te puedes calmar y no importa cuanto lo intentes, no puedes dejar de recordar.
Si algún día tiene una madrugada como la que estoy viviendo en estos momentos, quiero que sepas que todo va a mejorar. Tienes que creerlo, porque a veces para las que cosas puedan estar bien, primero todo tiene que ir mal. Algunas veces, en orden, para encontrar nuestro futuro, primero debemos perdonar el pasado y amar el presente.
No quiero alargar demasiado mis palabras. Solo quiero que siempre tengas presente, que no importa cuando grande seas, nunca sé es lo suficientemente grande para no derramar una lágrima. No importa cuantas arrugas tendremos, nunca somos lo suficientemente viejos para no escuchar un consejo, y no importa cuanto crezcas, nunca serás lo suficientemente grande para recibir amor de todas las personas que te aman y de tu familia.
En realidad, con escucharlo pasar del tiempo, nuestros corazones se hacen tan grandes, que podríamos albergar a todo un equipo de fútbol dentro de ellos y seguir teniendo espacio para amar a la siguiente persona que llegue a nuestras vidas.
Si un día te sientes tan melancólica y llena de dolor y arrepentimientos, como yo en escucharlos momentos, quiero que recuerdes que: siempresa habrá un abrazo que te hará sentir mejor y ese abrazo puede llegar de cualquier parte. Si te sientes llena de dolor, quiero que recuerdes que el mundo está lleno de personas y cosas maravillosas, y en cada una de ellas puedes encontrar refugio y santuario. Y si algún día sientes arrepentimiento, recuerda que nunca es demasiado tarde para perdonar o para pedir perdón.
Nunca serás lo suficientemente grande, nunca será demasiado tarde y siempre, siempre, habrá nuevas razones por las cuales sonreíry disfrutar cada día.
Con amor:
Papi.
Pdt.: recuerda amor, papi te ama.
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Posdata: Papi Te Ama
Acak-¿Nunca ves a tu papá? -Casi no. -¿Por qué? -Porque la marina se lo llevó a la guerra. Pero, tu siempre tendrás mi corazón, pequeña - la voz de papá me susurra al oído. -Pero, yo siempre tendré su corazón - le respondo a la señora frente a mí.
