Demasiadas preguntas

2. Explorando Springdale

-Entonces... ¿He de encontrar el dominio de esta manera en esta función?

-Sí. Porque primero has de igualar el denominador a cero.

-Está bien, gracias Anne.

Me encuentro en la nueva habitación de Bonnie. Sigue teniendo el mismo aspecto ya que ha puesto todos sus muebles de la misma manera, y más o menos, las dimensiones de la habitación son las mismas.

También están presentes Pierce y Jack. Estamos haciendo los deberes de preparación para entrar en bachillerato más que preparados.

-Pierce. ¿No te está entrando hambre?

-La verdad es que sí.

-Chicas, ¿qué os parece que vayamos a dar una vuelta después de acabar los deberes? El otro día fui a dar una vuelta y he encontrado un poco más allá una calle llena de tiendas.

-De acuerdo, me parece bien. Pero Jack, antes acaba los deberes, que nos conocemos.

-¿Para qué? Si luego voy a sacar buena nota.

-Pero así nunca llegarás al diez.

Dije con una mirada desafiante. Jack suele sacar siempre nueves. No es que se enfade si no saca un diez, aunque le da rabia siempre quedarse a las puertas. A mí a veces me pasa igual, pero soy más de sacar ochos y nueves.

Acabamos todos los deberes y salimos a la calle. Jack nos indicó hacia dónde estaba esa calle. Según nos ha contado, hay tiendas de ropa, cafeterías, librerías, peluquerías, quioscos, tiendas de comida, etc.

Cuando llegamos, esa calle se parecía a las de la ciudad. Solo que sin todos los edificios esos gigantescos. Había mucha gente paseando con bolsas, carritos y más. A pesar de conocerse como un pueblo pequeño y tranquilo, esta calle de Springdale le daba más vida a este pueblo. La verdad es que me sorprendió bastante.

-Ei chicos, ¿qué os parece si vamos a mirar ropa?

-De acuerdo, vayamos a esa tienda de allí.

Entramos en la tienda y había mucha ropa juvenil. Bonnie y yo nos probamos muchas camisetas y pantalones cortos y nos hicimos fotos en el probador. No sé si es lo correcto, pero después de todo, soy una adolescente más y me encanta sacarme fotos. Al igual que Bonnie.

Al final salimos con dos bolsas de ropa cada una. Los chicos nada más se compraron dos camisetas y algún pantalón.

-¿Pero por qué las mujeres compráis tanta ropa? Si luego no os la ponéis nunca.

-Eso no es verdad. Hay que elegir bien la ropa que te pones para cada día. No puedes ir de amarillo chillón un día de lluvia, sería horrible.

Yo me reí ante el comentario de Bonnie. La verdad es que no me apetecería ponerme un conjunto así en un día de lluvia.

-Chicas, hablando de lluvia...

Empezaba a tronar y no tardaría mucho en empezar a llover. Nos metimos en una cafetería y nos sentamos en una mesa pegada a la ventana. Desde allí se veía la calle.

-¿Qué os parece este pueblo?

Preguntó Pierce.

-Pues la verdad, no está mal. Es muy tranquilo y no se escuchan a penas bocinas de los coches. Mi nueva casa tiene una piscina y con eso ya estoy contento.

Bromeó Jack.

-¿Habéis conocido ya a alguien nuevo? Para empezar a hacer amistades nuevas, que se añada gente a nuestro grupo.