La reconciliación (Cap. 16)

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Entonces entramos en su casa, era un piso dúplex en el que los gatos tenían su habitación propia, me contaron que les recogió de la calle un señor que lo único que tenía era su hijo que vivía en otra casa. Afortunadamente, les cuida de maravilla y atiende a todas sus necesidades.

Hermanos: ¿Quien eres?

Había pasado mucho tiempo desde que les vi por ultima vez, a si que por eso no me reconocieron.

Misino: Soy Misi... Vuestro hermano ¿No me recordáis?

Hermanos: ¡Ah, es verdad! ¡Cuanto tiempo! ¿Y que has hecho todo este tiempo?

Misino: He vivido aventuras con Zoe, pocas de momento...

Zoe: ¡Hola! Encantado.

Hermanos: ¿No decías que querías ir solo?

Misino: Es que cuando le conocí era muy pequeño y estaba desnutrido, me daba mucha pena dejarlo y nos hicimos amigos. Pero... ¿Seguís enfadados?

Hermanos: ¡Ah, que va! desde que vinimos a esta ciudad hemos vivido como unos auténticos reyes.

Misino: Entonces... ¿Hacemos las paces?

Hermanos: ¡Claro!

Sinceramente, me quite un gran peso de encima. No solo por hacer las paces con mis hermanos, sino por saber que mi familia se encuentra bien.


Desde los ojos de un gato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora