Destiny se detuvo y tomó su estela con rapidez, en su fugaz mirada hacia los cazadores de sombras observó que daban vuelta para llegar a bajar las plantas y poder salir de ahí. Tomó la estela con su mano izquierda y con dolor, y dificultad empezó a trazar una runa en la palma de su mano.
Los vampiros estaban a pocos metros de ella y su sed aumentaba aún más.
La runa era una clase de ondas con algunas diagonales de intermedio, aquellas terminaban creando un círculo. La runa brilló sobre su palma y en un veloz movimiento alzó su mano hacia el pasillo, una enorme y cegadora luz salió de su mano. Era luz solar. Los vampiros no pudieron evitar soltar gritos aterradores, cada uno de los vampiros empezaron a desintegrarse poco a poco mientras ella trataba de aguantar el dolor de su brazo.
Cuando no pudo evitar bajar el brazo se encontró el pasillo totalmente vacío y montones de cenizas en el suelo. Se apresuró a llegar con los cazadores de sombras cuando Raphael apareció por el pasillo.
—¿Qué le has hecho a mis vampiros?—cuestionó furioso. Su voz era demasiado diferente a la de la otra vez.
Nuevamente el pasillo mugriento se empezó a llenar de vampiros puesto que los anteriores habían sido una pequeña fracción de ellos. Destiny tragó saliva y apretó su estela. No quería volver a usar la runa, pero no tenía otra opción, sabía de algún modo que los vampiros no se detendrían.
—No dudaré en hacerlo de nuevo. —amenazó Destiny con la garganta seca. Gotas de sudor escurrían por su frente hasta sus sienes.
—No te atrevas. —gruñó Raphael.
Destiny se acercó la estela a su mano y cuando iba a trazar la runa, Raphael se echó para atrás. Tampoco él podía poner en riesgo a todo su clan de vampiros.
—Tú ganas, nefilim, sólo por ahora. —murmuró antes de indicarles a sus vampiros que se alejaran.
Raphael corrió con velocidad y todos sus vampiros lo siguieron. El pasillo quedó solitario y solo las pequeñas cenizas de los vampiros quedaron en el suelo. Destiny no podía creer lo que había hecho. Si su abuela se enterara que aquel vampiros había bebido su sangre, ésta hubiese venido a fusilarlo de inmediatamente. Aunque no fue falta porque se deshizo de él, se sentía más angustiada.
Habían acordado que ella le dirigía absolutamente todo sobre el Instituto de Nueva York, pero no quería que ella llegase. Quería tener algo bajo control por una vez en su vida. Todos creían que era la mejor cazadora de sombras y la verdad era que no era la mejor, aunque eso la hacía sentir bien, ella sabía que era igual que otros nefilims.
La sangre brotó lentamente de su herida, los dos pequeños orificios sobre su brazo se irritaron. Destiny dio vuelta en el primer pasillo y cuando llegó a la orilla alguien la tomó del brazo. Ella se sobresaltó y se volteó al instante. Automáticamente pensó en un vampiro, pero lo que más le sorprendió es que fuera Alec.
Destiny soltó un suspiro de alivio y se tranquilizó.
—¿Estás bien? —le preguntó mostrando menos preocupación de la que tenía. Honestamente Alec sabía bien disfrazar sus emociones y aunque a veces no le resultaba como a él quería la mayoría decidía restarle importancia a sus asuntos privados.
—Sí, solo que... cuando salga de aquí me pongo un iratze.
—Déjame ver. —Alec le tomó el brazo con delicadeza.
Con ayuda de sus guantes, Alec, pudo quitarle la sangre del brazo. Sacó su estela y le puso un iratze, Destiny gimió con dolor y apretó sus dedos un poco. Después de la runa se sintió mucho mejor.
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Angel Power [Shadowhunters].
Fiksi PenggemarDestiny Herondale es un miembro más de la Clave, siempre está bajo supervisión de la Inquisidora y es extraño que una joven de diecinueve años trabajase con gente de muy alto nivel, la mayoría dice que era gracias a su vínculo con la Inquisidora otr...