Volviste...

27 4 1
                                    

Intente una y otra y otra vez encontrarle coincidencia a esa voz tan hermosa de la chica que decidió sentarse a mi lado en medio de mi depresión extrema. Pero no encontraba nada de nada en mis recuerdos.

Solo sabía hacerme una pregunta concreta… ¿Cómo o quien rayos le dijo mi nombre?
Voltee levemente y vi sus manos… son hermosas… un tono de piel blanca como una hoja.

Mire un poco más arriba y note que si tenía muchas pulseras… y pues claro como pude ver muy de cerca vi unas cortadas entre las pulseras negras que tenía como prenda…

Se veía muy valiente como yo al montarse conmigo en el precipicio de concreto… eso me gustaba un poco… a quien engaño, me mataba que una mujer fuera así de valiente… lástima que Mari nunca fue tan valiente como para hacer estas clase cosas conmigo…

-¿Te has vuelto asocial o que Jesús? Jajaja- me pregunta tratando de hacer un chiste…

Todavía no sabía quién era, al parecer nos conocíamos de antes pero su voz no me suena conocida.

No sabía cómo reaccionar, seguía sin levantar la mirada… ya era muy obvio que no era Mari, pero me quede en shock…

-¿Cómo sabes mi nombre?- le pregunte calmando mi respiración

-Respóndete esa pregunta tú mismo y alza la mirada Jesús- dice con un tono hermoso… no superaba su voz, era hermosa.

Alzo la mirada, y veo a una hermosa chica ojos claros verde oliva… con un cabello pelirrojo y pecas en el rostro… una hermosa sonrisa con dientes perfectamente alineados… no usaba nada de maquillaje y era hermosa, dios… vestía de negro con una franela, unos blue jeans y unas botas que llegaban hasta un poco más debajo de la rodilla.

Fácilmente la reconocí… se llama Gabriela, fue mi primer amor, antes de irme a la universidad hace 4 años, ella fue la primera mujer de quien me enamore, seguía igual de hermosa… tuvimos que terminar nuestra relación gracias a mis planes de irme a la universidad y mi mama, estaba bastante lejos de mi vencida y por lo tanto tener una relación así nunca nos iba a funcionar…

Me acuerdo perfectamente cuando me fui… dijo que me esperaría y que más nunca iba a amar a nadie como lo hizo conmigo… yo fui un poco más realista y directo, le había dicho que no podía seguir con esa relación, que me iba a enamorar de nuevo. Que ella no era el fin del mundo.

Bastante idiota y duro que fui con ella en ese momento.

Todo fue por un casquillo de mi mama que me decía que no iba a funcionar, no me quedo de otra que superarla en ese momento.

Recuerdo claramente cuando veía sus lágrimas salir de esos ojos verde olivo por lo que había dicho, y sin después poder arreglar las cosas, me había bloqueado de todos lados, entendía todo perfectamente por lo que cabía en la mente de mi mama.

-Ga… Gaby…- dije impresionado y boquiabierto – ¿Cómo supiste que era yo? ¿Cómo sabias que venía?- le pregunte con ansias.

-Jajaja tonto… no sabía que venias, escuche que alguien subía por las escaleras llorando y me preocupe.- dijo animada –Apenas vi tu espalda reconocí que eras tú… jamás olvidaría tu espalda, fui lo último que vi cuando te fuiste de la vencida.- dijo desanimada pero firme.

-Discúlpame Gab…- me interrumpió para hablar ella…

-No hay nada que disculpar tonto… después de años entendí que lo hiciste por tu futuro.- dijo segura de sí misma -¿Sabes que estoy esperando? Que me cuentes el por qué subiste esas escaleras como loco y por qué estás aquí a punto de saltar…-

-Ha pasado mucho tiempo Gaby, dios… como has crecido, no te reconocí ni la voz- dije para cambiarle el tema, no quería caer nuevamente en los pensamientos de Mari.

-Seeh… ya creo que van a ser 4 años y medio desde que te fuiste… tenía que crecer ¿no? Jajaja- dice alocada… no había cambiado su forma de ser a pesar de los años, se ve más madura.

- Estas hermosa…- digo sin pensarlo dos veces y sin parar de mirarla – Digo… Emm ¿Cómo las has pasado en estos años?- pregunto apenado tratando de remediar lo que había dicho.

- ¿Si? Jajaja gracias- responde mi cumplido con una hermosa sonrisa –Si te soy sincera, te asustaras de muchas cosas que han pasado en estos años.-

-Tratare de no asustarme… jajaja- me rio con un poco de dolor, sentía que era muy malo ya que vi unas cortadas en sus muñecas.

-Mi mama murió Jesús…- dice desanimada y quitando la hermosa sonrisa que tenía.

Murió de un infarto mientras dormía, nadie se lo esperaba y ahora estoy prácticamente sola, mi tío se la pasa tomando en burdeles todas las noches, es el único que me acompaña en esta vida tan miserable… llega ebrio y solo se queja de mi como si yo fuera su esclava.- dice retirando la mirada de mí.

-Te… ¿te pega?- pregunto con miedo a obtener una respuesta certera…

-No siempre… pero si lo ha hecho…- dice con los ojos aguados.

-¡Pero que pendejo! Que se cree el…- digo súper molesto

-Si Jesús, pero no le pares mucho, yo tampoco dejo que lo haga por mucho.- dice sonriendo nuevamente

-No debería de ser… ni por que fuera tu tío te debería de tocar con la intensión de hacerte daño de ese modo.- digo con un gesto de odio

-Siempre tan defensor de las mujeres… eso es lo que siempre me encanto de ti Jesús.- dice sonriendo mirando hacia la vista hermosa que proporcionaba aquella orilla.

-¿Te puedo hacer dos preguntas sin que te molestes? Si la hace solo dime y retirare lo dicho- digo con ganas de saber lo de sus muñecas…

-Claro… tranquilo jajaja- ríe con simpatía

Note que estaba muy feliz y por lo que me conto no esperaba tanta felicidad…

-Sé que no es de mi incumbencia, pero… note que…- me interrumpe agarrando mi mano suavemente.

-¡Jesús! ¿Qué demonios tienes en los pantalones? ¿Eso es sangre?- dice impresionada y molesta

-Emm… ¿sí?- Respondí.

-¿Que te paso? ¿Qué tienes debajo de los pantalones que botas tanta sangre?- me pregunta extremadamente preocupada.

-Es que yo…- me vuelve a interrumpir, ella sabía lo que había hecho, pero no encontraba palabras para explicarle…

-¡¿te cortaste?!- me dice mientras levanta sus piernas para bajarse del muro… sin saberlo ya se había hecho el atardecer.

-Vente, vamos a ver que estupidez hiciste con tu cuerpo- camina hasta la puerta de las escaleras.

Me quede impactado sentado… no sabía cómo reaccionar, y eso que el efecto de las anfetaminas ya se habían desvanecido.

-¿Vas a venir o no? Preferiría curar esas heridas mientras me cuentas que te paso Jesús ¿sí? Porfa…- me dice mientras da más pasos hacia la puerta.

Me bajo apresurado para no quedarme atrás…

Al llegar a su posición me alza su mano para tomar la mía.

Vivir Sin Sentir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora