Suicidio.

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Me monte en mi Mustang, vi pasar varios árboles y postes con la gran tentación de estrellarme en alguno de ellos... pero mis manos o mi conciencia no me daban para tanta valentía.

A mí me encantan las alturas, siempre me gustó el hecho de sentarme en la orilla de un edificio tipo New York, estar a un solo paso de vivir o morir, me gustaba esa adrenalina que se sentía, saber que con un paso en falso todo se acabaría, nunca le temí a las alturas.

Decidí ir a Madrid, legazpi... un pequeño vecindario donde crecí hasta los 17... en busca de un edificio para ya acabar con tanto sufrimiento...

Llegue al punto de querer colapsar por todas las lágrimas retenidas que tenía al pensar en todos los momentos felices. Sentir esa presión y vacío era más fuerte de lo que me esperaba, sabía que algún día todo se iba a acabar, nada es eterno...

Pero ¿Quién quiere que todo se acabe consiguiendo a tu Ex cogiendo con tu Ex mejor amigo? No se lo deseo a nadie la verdad, es la peor forma de que todo acabe.

Llegue hasta el vecindario (legazpi) el vecindario de mi infancia... llegue al edificio donde vivía, tenía como unos 20 pisos si mal no recuerdo.

Se me venían muchos recuerdos en esos lugares tan inolvidables.

Subía piso por piso... vecinas se asomaron para ver quien lloraba y subía por las escaleras, yo intentaba acelerar el paso para pasar por desapercibido de todos los vecinos...

Llegue hasta el risco de concreto... me sentía cansado después de subir tantos escalones.

Me senté en la orilla a contemplar un rato la vista, acepto que la caída si daba un poco de vértigo, pero se sentía increíble estar tan cerca de ser liberado de tanto sufrimiento, a tan solo un paso y no iba a ser en falso...

Llore sin miedo a que nadie me viera, solo veía a las personas desde arriba... era tan alto que ni notaban que había alguien arriba viéndolos.

Mientras mis lágrimas caían en las aceras del edificio, me mataba con cada recuerdo hermoso que tenía con Mari... Cada recuerdo solo me aumentaba las ganas de saltar... y como siempre echándome la culpa de todo lo que había pasado, siempre le buscaba la vuelta para sentirme culpable y que ella no se sintiera mal... creó que hasta se volvió costumbre...

Cuando ya estaba a menos de un paso de dar el salto...

Escucho una voz a lo lejos que me pregunta curiosamente -¿Por qué quieres hacerlo? - sentí como que si fuera un sueño. Era una voz hermosa... no era Mari obviamente, se me hacía muy difícil encontrarle coincidencia con alguien conocido...

-Jesús, no lo hagas...- me dice nuevamente esta extraña y hermosa voz, no decido voltear por miedo a que sea Mariangel... algo me decía que no debía hacerle caso.

Una mano toca mi hombro temblorosa y cuidadosamente.

-Vamos a hablar ¿sí?- me dice sutilmente para que dejara mis pensamientos suicidas.

Sin voltear y con mucho miedo se me sale una lagrima y bajo la mirada hasta el punto de mirar mis piernas ensangrentadas.

-Si no te bajaras de ahí, entonces yo me subiere contigo... si saltas te tomaré muy rápido para que me jales con tu caída- me dice muy segura y se sube conmigo al pequeño muro que evita el gran salto hacia el precipicio de concreto.

-No sabia quien era y ya se quería suicidar conmigo... Esto es extraño- digo en mi mente.

-¿Hey? ¿Por qué tan triste campeón?- me dice con voz divertida tratando de animarme... me sigue encantado su voz, pero seguía con el miedo de mirarle la cara, tenía mi mirada hacia abajo, tratando de evitar que mirara mis lágrimas, pero mis suspiros me delataba.

Vivir Sin Sentir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora