Capítulo 2

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Solo un día para que empiece el instituto y ya tengo casi todo preparado. A diferencia de otros años, estoy ansiosa por empezar el curso. "Algo me dice que este año va a ser diferente".
Voy a la librería del paseo marítimo a por unos libros que me faltan. Esta mañana no me apetece andar y cargar con las bolsas así que cojo la bici. Cuando llego, la aparcó en la puerta y saludo a la Sra. Johnson con la mano.
Entro y la veo hablando con una mujer sobre una casa enorme que acaban de construir. Escucho algo sobre una familia grande. Un matrimonio y la hermana pequeña de uno de ellos, con sus respectivos hijos: una niña de 14 años, Carla; dos mellizos de 17, Miranda y Derek; y luego, un chico de 18 años, bastante problemático según ellas, Lucas.
Al darse cuenta de que yo estaba esperando, la Sra. Johnson me da mis bolsas, me cobra y me voy, dejándolas seguir con su conversación.
"Parece que va a haber de quién hablar en el instituto este año. Pobres nuevos vecinos... No saben lo que les espera..."
Al salir, doblo la esquina a pie, con la bici al lado y escucho a varias personas hablando de la nueva familia, los Hunter. La gente en este pueblo es odiosa cuando a noticias se refiere. Todo vuela como la pólvora y parece que todo el mundo tiene cierto interés en estos nuevos vecinos. Me subo a la bici cuando salgo de las calles principales, meto las bolsas en la cesta y empiezo a pedalear. Me pongo los cascos y enciendo la música para evitar seguir escuchando sobre los Hunter y sigo hacia mi casa.
No parece que la música ayude. Sigo pensando en cómo serán ellos para haber montado tanto alboroto.
"Agh, parezco otro de los vecinos chismosos".
Miro a los lados antes de cruzar hacia la siguiente calle y cuando me dispongo a avanzar... un mustang azul oscuro con los cristales tintados viniendo a toda velocidad frena ruidosamente a diez centímetros de mí. Me caigo al suelo por el susto y, en seguida, de la puerta del conductor, sale un hombre vestido de chaqueta. "Creo que con un uniforme de... ¿Chofer?... Nadie aquí se permitiría un chofer. Bueno, supongo que nadie menos..."
Otro hombre sale del coche pero se queda junto a la puerta. Lo miro fijamente. "Es muy atractivo". Mayor, de unos 55 años se podría decir. Pelo rubio platino, de piel muy blanca y unos impresionantes ojos verdes que solo puedo admirar durante un momento, cuando se baja las gafas para preguntar:
-¿Estás bien?- Creo que lo estaba mirando fijamente. El hombre con el uniforme me está ofreciendo la mano desde hace no sé cuánto tiempo.
-¿Señorita?
-Gracias- Me incorporo y empiezo a recoger las cosas que se han caído de la cesta.
Cuando me levanto para recomponerme, el señor de los ojos hipnóticos ya ha vuelto a entrar en el coche. El conductor hace lo mismo después de asegurarse varias veces de que me encuentro bien.
Y tan rápido como han llegado, se van.
Me quedo paralizada un momento.
"Vaya, parece que he conocido al Sr. Hunter. Esto ha sido muy raro. Definitivamente mis pesadillas me están afectando".
No pongo música en el resto del camino. Si antes los tenía en la cabeza, después de esto no puedo parar de pensar en ellos.
"¿Por qué ha causado la noticia este efecto en mí? No suelo preocuparme mucho por ningún vecino nuevo"
Más adelante, me veo recordando los imponentes ojos verdes del Sr. Hunter "¿Había visto un destello amarillo en ellos? No, no es posible. Parece que me he dado un buen golpe".
Por alguna razón, no cuento nada sobre el accidente y continuo con mi lista de tareas "pre-instituto".
Al caer la tarde, estoy cansada de las preparaciones pero como estoy demasiado agobiada por todo, en vez de correr, decido dar un paseo.
Al salir de casa y llegar al final de la calle, ya me he formulado millones de preguntas sobre los extraños vecinos.
Cuando me doy cuenta, he cogido una dirección que no es la habitual. "No voy a dar la vuelta ahora". Así que sigo adelante por una gran cuesta que acaba justo abajo, sin salida. "Esto es increíble. Y yo que quería despejarme..."
Miro a mi alrededor y veo un camino de piedra que entra en el bosque. En principio lo descarto, pero al ver que es mi única opción, decido ir por ahí.
El bosque es precioso, tal vez un poco sombrío. "Bueno, puede que muy sombrío" pero se respira olor a pino y a madera. Eso me relaja, aunque se levanta un viento que me provoca escalofríos. Oscurece un poco, demasiado rápido. "Ya es hora de volver". Mientras camino, memorizo el lugar. Me gusta.
El aire se para bruscamente sacándome de mis pensamientos. "Vale, esto no pinta nada bien". Un silencio sepulcral y terrorífico lo invade todo y... algún animal pasa de un árbol a otro con tanta velocidad, que casi no lo veo. Sin pensarlo dos veces, corro fuera de este sitio tan extraño y tenebroso pero que aun así sigue conservando esa belleza salvaje que me gusta tanto.

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