Capítulo 5

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A las 16:59, Sarah toca el timbre de mi casa con demasiado entusiasmo. Me despido de mi madre y salgo con desgana.
Quiero mucho a Sarah desde que éramos pequeñas pero no estoy cómoda entrando al bosque con ella. Aun así, la conozco bien y sé que no me queda otra opción. Puede ser muy persistente cuando quiere averiguar algo, quizás incluso me sirva de ayuda.
Le muestro el camino y, aunque damos vueltas y vueltas, nada parece diferente o fuera de lugar como en mis anteriores visitas.
Una hora más tarde, Sarah, triste, se va con la excusa de tener que volver a casa antes de las seis y media, dejándome sola en el bosque una vez más.
Empiezo a caminar de vuelta a la civilización un rato más tarde, pero escucho... "¿Agua?" Cambio de idea y me dirijo hacia el lugar de donde proviene el sonido. Allí encuentro un hermoso lago. "Es precioso". Sus aguas azules y calmadas crean armonía con el completo paisaje verde y las flores a su alrededor.
Meto un dedo en el agua y crea unas ondas que llegan hasta el otro lado del lago.
Entonces, me doy cuenta de que en una enorme piedra, en medio de la masa de agua, hay una camiseta y unos zapatos. Instintivamente me doy la vuelta y salgo corriendo. Noto que alguien viene detrás de mí. Corro lo más rápido que puedo. Es como si el mundo a mi alrededor pasara volando.
Cuando noto que vuelvo a estar sola, me relajo. Me siento en la sombra de un árbol para recobrar el aliento, y cuando me levanto, miro detrás y veo algo que no esperaba, "¿cómo no he oído hablar de ello nunca?".
Una gran valla metálica, escondida por enormes enredaderas, delante de una parte del mismo bosque, pero a la vez diferente. "Parece otro mundo. Es difícil de explicar". No se ve gran cosa al otro lado de la valla, así que intento rodearla, pero no consigo llegar al final.
Es una parcela enorme. Demasiado grande para no haber oído hablar de ella. Encuentro un pequeño agujero, suficientemente grande para que pueda entrar  y, con sumo cuidado, paso un pie a través de él y... Una especie de alarma empieza a sonar, y todo se llena de luces rojas. "Oh, no".
Empiezo a correr, y cuando llego al lago, me vuelvo a chocar con el mismo chico. "Vaya, esto es embarazoso".
-¡Ey, ey, ey!- me agarra del brazo antes de que pueda caer al suelo esta vez, con unos reflejos increíbles. - Parece que huyeras de algo. - "Tengo que salir de aquí".- ¿Estás bien?
- Sí. Bien. Gracias... Yo... - Es muy atractivo. Recoge su camiseta del suelo y me fijo por primera vez en su fuerte torso desnudo, que me deja sin habla. Se pone la camiseta enseguida y se dirige a mi.
-Soy... Adam, ¿quién eres tú?- lo dice con cierta incomodidad. "Vaya, creo que lo estaba mirando fijamente" Mierda, estoy tardando mucho en contestar"
-Blanca- "Soy estúpida. Debe pensar que estoy loca".
- No te he visto antes por aquí- "Sus ojos...
- Ni yo a ti, ¿vives en el pueblo?- "¿brillan?"
- No... Realmente, es difícil de explicar- se le ve molesto o ¿nervioso?- Me tengo que ir. Ya nos veremos.
Recoge sus cosas y se va, en la dirección por la que yo he llegado, dejándome aquí, quieta como una piedra.
Mi pulso se estabiliza y vuelvo a respirar bien.
Todo esto está empezando a perder el sentido, no entiendo nada.
Ya en casa, veo un mensaje de Sarah, preguntando si algo ha pasado desde que se fue. Lo ignoro. No es el momento de esto.
Por la noche, cuando me voy a acostar, veo me mi ventana está abierta, así que la cierro y corro las cortinas.
Me meto en mi cama y... Abro los ojos en el bosque. Un río. "Estoy en un río. No recuerdo un río". Camino por lo que parecen horas hasta una hermosa cascada. Se respira paz allí. A partir de ese momento, todo se vuelve borroso. Ojos que brillan, lobos, gente corriendo, cosas moviéndose.... Todo se junta en un revoltijo sin sentido.
Me despierto de golpe, sudando, pero con mucho frío. La ventana está abierta. "Bianca, no seas ridícula. Ha sido el viento, solo el viento".
La cierro y vuelvo a la cama, aunque me quedo despierta toda la noche, mirando fijamente al techo, sin moverme ni decir nada.

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