Señorita.[GenderbendDL]

Epílogo.

Habían pasado cinco años desde que Edgar se había muerto.

Y como todos los viernes, Shu iba a la aldea-o lo que quedaba de ella-para depositar un ramo de flores en dónde había estado una vez la casa de Edgar.

Y como siempre, Shu lloraba en silencio observando todos los escombros.

No se atrevía a tocar nada, le dolía.

- ¿De nuevo estás aquí? Ya sabes que no te hace bien venir -Reiji soltó un suspiro y fue a dónde su hermana, quien estaba en silencio, con lágrimas en sus mejillas.

Shu había cambiado demasiado. Después de la muerte de Edgar parecía ser que nada tenía sentido para ella, empezó a ignorar a su madre completamente, al igual que a Reiji, ni siquiera estaba presente cuando su padre venía de visita.

Cuando Beatrix, su madre, murió también. Había sido peor. Shu sentía una gran culpa a pesar de que no hizo nada. Se sentía mal por el hecho de que no la hizo feliz sus últimos momentos, ni un te quiero fue capaz de decirle.

Todo había cambiado.

Shu se había vuelto fría y distante. Parecía un cadáver.

Y Reiji había estado haciendo su mayor esfuerzo en ayudarla a salir de eso, hasta que lo consiguió.

Aún así, Shu seguía llorando cada vez que visitaba aquel lugar.

Reiji odiaba que lo hiciera, siempre se ponía mal, su belleza era opacada por aquellas ojeras, labios partidos y cabello sin brillo.

La rubia observó a su hermano y suspiro.

- Lo lamento, no tienes que venir a buscarme, Reiji -dijo con suavidad tocando la mejilla de su hermano.

Reiji había estado con ella cuando más lo necesitaba y nunca se había ido.

El azabache relajo su rostro y negó.

- No tienes que disculparte, odio que llores -beso la frente de Shu y ella sintió un nudo en la garganta al recordar a Edgar, sin embargo no dijo nada.

..

- ¿Qué demonios quieres? -pregunto la rubia con fastidio observando al enorme chico frente a ella.

- Oh, lo lamento, señorita -respondió con burla el castaño.

Shu abrió sus ojos y lo observo, esa palabra...

» ¡Hey, señorita! «

- No me digas de esa manera -dijo cerrando sus ojos con molestia.

Yuma fruncio el ceño.

- Hmp...niña mimada.

» ¡Niña mimada!«

Shu sintió su garganta arder al escuchar eso. Y lo observó de nuevo. Sus ojos. Su cabello. Sus labios.

- Eres feo... -dijo Shu sin pensarlo.

Yuma la miró mal.

- Tu cabello es feo.

» ¡Tu cabello es feo! «

Los ojos azules de Shu se cristalizaron. Sentía una presión en el pecho. ¿Por qué recordarlo en él? ¿Por qué pensar que ese Mukami era su Edgar?

- ¿Qué es lo que te pasa? -el castaño miraba confundido a la chica por su reacción, ésta vez él no había hecho nada.

Edgar siempre hacía eso...

Cuando ella se sentía mal...

Cuando ella necesitaba desahogarse...

» ¡Puedes contarme lo que sea, soy tu amigo! «

Shu cerró sus ojos tratando de calmarse.

Era una coincidencia.

Sólo...

- Tu cabello no es feo... -murmuró Yuma tras pensar en que había dicho. Aunque le parecía patético, todas las chicas eran iguales, se ponían mal si decían un insulto hacía cosas superficiales.

» Tu cabello no es feo... «

Era...

- Disculpa -el chico soltó un suspiro. ¿Cómo había llegado a eso? Tan sólo pensó en recorrer la mansión y se encontró con la señorita Sakamaki. Y ahora, estaba pidiéndole disculpas.

» Disculpa «

» ¿Amigos? «

« Amigos. »

Coincidencia...

La rubia soltó el aire acumulado en sus pulmones acompañado de un sollozo.

- Yuma, ¿no recuerdas tu pasado?

Shu necesitaba saberlo.

Yuma fruncio el ceño ante el cambio de humor de la chica y por la pregunta.

- No...pero desde niño tengo una pesadilla con un incendio, no sé que significa. ¿Por qué?

Entonces Shu lo comprendió todo.

- Lo siento -fue lo único que dijo Shu antes de teletransportarse a su habitación, dejando a Yuma confundido.

Edgar no podía ser él.

Yuma no podía ser él.

Y mientras Shu volvía a llorar recordando todo, Reiji se encontraba molesto.

- Pensé que habías muerto, Edgar.

.
.
.

Y pueeees, listo, el epílogo.
Me dolió escribir lo de Shu:'v, lo siento si Yuma es muy directo, no supe como ponerlo, por cierto, escuche canciones depresivas para esto, JAJDKALA.

¡Gracias por todo! ♥