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Shu y Edgar estaban jugando atrapadas hasta que la madre de Edgar grito.

- ¡Edgar y Shu a comer! -el castaño dejo de correr y miro a su amiga, quien lucia algo nerviosa.

- ¿Qué es lo qué te pasa? Ya te dije que le agradas -Edgar puso los ojos en blanco y Shu se sonrojo.

- ¿Seguro? -le pregunto la rubia, el castaño asintió y ambos caminaron hacia la casa.

Frente a la puerta había una mujer de cabello castaño, ojos cafés y piel morena.

La mujer sonrió hacía ambos niños. Edgar le respondió la sonrisa mostrando sus dientes, mientras que Shu intento sonreír, pero como estaba tan nerviosa le salió una mueca.

- ¿Qué clase de sonrisa es esa? -pregunto el castaño divertido y la rubia lo miró mal.

- C-callate...-murmuró antes de que su amigo abrazará a su madre.

Su madre también la abrazaba, pero no de la misma manera.

- Mamá ella es Shu, es mi mejor amiga -Edgar señalo a Shu, quien estaba muy nerviosa. Avanzó lentamente e hizo una reverencia.

- M-mucho gusto -dijo tratando de controlar sus nervios. Edgar soltó una carcajada y su madre golpeo su cabeza.

- Auch.-fue lo único que dijo Edgar e hizo un puchero.

- ¿Tú eres la famosa Shu? Edgar no deja de hablar de ti -le dijo la mujer a la niña quien inmediatamente se sonrojo, al igual que Edgar.

- ¡Oe, mamá! -se quejo el niño antes de ser abrazado por su madre.- No digas cosas tan vergonzosas...

La mujer rió y llevo a ambos chicos adentro de la casa para comer.

- ¿¡Por qué Shu tiene más carne que yo!? -pregunto indignado Edgar.

Shu se puso nerviosa al sentir la mirada de toda la familia sobre ella.

Aparte de los padres de Edgar estaban sus tres primos, cuatro tíos y cinco tías, los abuelos y dos perros bajo la mesa.

Era un ambiente lindo, pero se sentía nerviosa.

- Deja a la pobre niña y come -le ordeno su padre. Un hombre moreno, ojos cafés y cabello negro.

Edgar hizo un puchero y se dispuso a comer.

Luego de terminar la comida la madre de Edgar le pregunto a Shu si le había gustado.

- S-si, usted cocina muy bien...señora -la mujer sonrió y dejo a los niños solos en la mesa.

- Mi mamá es mía -fue lo primero que dijo Edgar para romper el silencio.

Shu empezó a reírse y el castaño la miró con el ceño fruncido.

- ¿¡Por qué te ríes!? -pregunto Edgar avergonzado y la niña detuvo su risa.

- Porqué a mi me dio más carne -Shu le saco la lengua y Edgar bufo.

Y así, empezó una pequeña pelea entre ambos niños.

La mujer los miraba desde una esquina, sonrió.

Su hijo al fin había encontrado a alguien que lo quisiera y lo hiciera feliz.

...

No ustedes pero amo el comportamiento que tienen Shu y Yuma aquí, sjjabqjalq.

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Señorita.[GenderbendDL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora