Isabel
A pesar de que los hubiera no existen, es inevitable pensar en que hubiera pasado si... y esa es una constante en mi vida, me planteo diariamente que hubiera pasado si el no estuviera muerto, sin embargo eso no evita que otras consecuencias llenen el espacio de su muerte, siempre hay una piedra en el camino, es inevitable no verlo, aunque su partida me dolió como muy pocas cosas en esta vida, no haría nada para cambiar lo que sucedió, ni su muerte por más que duela, ni nuestros planes de venganza; no estoy dispuesta a ceder ni un poco de mi pasado ni tampoco a perder mas de mi presente pero esto, lo que siento solo es consecuencia de cada decisión del pasado, mis cambios, esta persona que estoy siendo es el reflejo de lo que era, mi personalidad y mi vida cambiaron, incluso mi físico cambio, mi rudeza se fortaleció y el miedo desapareció, tengo la misma piel pero no la misma visión, por eso y por muchas otras cosas no cambiaria lo que paso esa noche de noviembre.
ANTES
-Estas loca si crees que me voy a poner eso.
-No estoy loca, solo soy positiva, no te vendría mal un poco de positivismo - dice mirándose al espejo mientras ajusta su escote.
-Soy positiva, mira incluso accedí a ir a la condenada fiesta - digo sentándome en el borde de la cama - además era mi día de maratón de películas.
-Deja de hacerme pucheros y ven para que te arregle pareces un pordiosero - me escanea con los ojos - o no, un pordiosero se ve mejor que tu.
-Ja ja muy graciosa - pero al mirarme al espejo puedo ver que es verdad, una de mis malas decisiones fue cambiar el color de mi cabello, cabe aclarar que no salió como esperaba, ahora cuento con una maraña que pasa del castaño al rubio y que por alguna razón se esponja con solo respira, mi ropa tampoco ayuda con mi apariencia pues se compone de un pantalón viejo y un suéter desgastado que están cubiertos de manchas de grasa y dulce, soy un poco torpe, ahí el porque de las machas - ahora que lo veo, mejor me doy una ducha.
-Cuando obedeces te ves tan guapa - dice cuando paso por su lado y me da una nalgada.
Cuando veo mi cuerpo en el espejo del baño, tuerzo el gesto, me gusta mi cuerpo, agradecería un par de centímetros más pero me conformo con lo que tengo, mi busto es pequeño, mi cintura solo es una ligera curva pero me gusta, mis glúteos y piernas siempre han contado con un buen volumen y agradezco a la genética por regalarme eso, paso las manos por mi rostro, puedo apreciar unas ligeras bolsas bajo mis ojos, una ligera capa de pecas cubre mi nariz, me doy un ultimo repaso y me voy a duchar.
Me tardo unos 30 minutos en salir, antes de volver con mi prima cepillo mi cabelo para dejarlo seco y liso, cuando me encuentro contenta con el resultado me dirijo a la habitación y lo que veo sobre la cama me genera un total disgusto, no pienso ponerme eso.
-Buhu - hago otro puchero - estoy replanteándome la idea de ir.
-No seas tonta, póntelo se te va a ver bien - dice dejando el vestido en mis manos.
Una hora mas tarde no logro reconocer mi reflejo, mis ojos almendrados lucen del doble de su tamaño mi cabello esta completamente lacio y un poco mas rubio, Vann tenia razón este vestido no se me ve mal, es un vestido negro que deja al descubierto uno de mis hombros llega un poco mas arriba de la rodilla y la abertura de la espalda llega justo donde termina mi cabello, unos zapatos altos se abrazan a mis pies.
Mi tez blanco contrasta con la morena que tengo al lado, al igual que su cabello ondulado y negro, contrario a mi vestido ella lleva un vestido rojo con un escote en forma de corazón, las mangas son transparentes y en sus pies, un par de tacones plateados que se ajustan a sus pies con una correa delgada que recorre su tobillo en forma de cadenas, su maquillaje es menos dramático que el mío, sus pestañas espesas hacen todo el trabajo.
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DEL CIELO AL INFIERNO
Teen Fictionla luz del sol iluminaba su silueta, delineaba cada detalle de su cuerpo, su mirada aun no captaba mi presencia, entonces lo recordé era todo como antes, ella y yo, en un lugar, nuestro lugar, las olas eran testigos de nuestro secreto y él sol un có...