CAPITULO 2

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Gaby gira su cabeza por cada rincón del coliseo buscando desesperadamente a Iván, ―lo encuentra, su mirada se entristece y parece que quiere explotar... ella es demasiado impredecible― Caballero está charlando sonriente con una tipa de cabello oscuro, seguro es su próximo empate y mi pobre amiga esta que se la comen los celos por dentro ¿Y adivinen qué? No son nada. Noto tristeza y cólera en su mirada.

―No vine a un baile ―ruedo los ojos por la música alta, mi amiga suspira haciendo una mueca de desánimo―. Me jode saber que Arturo alias el príncipe de la noche no esté aquí en este momento. ¿Gaby? ¿Me estas escuchando?

―¿Que? Ah... ¿Disculpa?

―Despabílate, si las miradas apuñalaran esa chica hace rato estuviera guindada es esa pared ―aprieta sus puños mordiendo su labio muy fuerte a tal punto de dejarlo en un tono rojo vivo―. Vente... vente ayúdame.

―Eso quiero ¡Matarla... matarlo! ―me vuelve hacia ella desapaciblemente, es muy tarde para agarrarla porque la veo caminar a paso firme justo en la dirección de ellos ¡Ay no! Pobre chico

―Espérate ¿Qué vas hacer? Gaby... Gaby.

Mi amiga es tozuda pero de esas que llegan al monte Everest.

Obligo a mis pies moverse para detener a una alocada chica celosa sin necesidad, mucho menos derecho para reclamarle algo a Iván.

―¡Hey tú!

Su voz parece un chuchillo, la parejita se queda un poco nula mirando a mi amiga con rareza.

―Amiga ―la jalo de su brazo―. Sera mejor que nos vayamos, tú no tienes derecho a ninguna escenita. Cuidado con lo que vas hacer.

―No, Ximena, no. Es mi platónico ―posando sus pupilas en las mías, añade―: Yo no he gastado la mitad de mi cuaderno de borrador en escribir su nombre completico junto con el de mis futuros hijos por gusto.

¡Vaya... los cuadernos si tienen derecho!

Iván alza las dos cejas esperando una respuesta de la arbitraria de Gaby, me saluda con un beso en la mejilla.

―Hola ―articula el susodicho. Gaby se pone helada al presenciar los delicados labios de Iván posarse en sus pómulos a medio rubor. A mi amiga le cuesta recomponerse de tal suceso―. ¿Desean algo? Ximena ¿En qué les puedo ayudar?

Al ver que mi amiga no puede ni siquiera respirar decido salvarle la campana.

―¿Arturo no piensa llegar? ―quiero matarlo porque niega lentamente con la cabeza―. Veras, él es el principal de nuestra obra ¡No nos puede hacer esto!

―Creo... creo ―alarga mientras me desespero―. Creo que, no sé.

―¿No viven en la misma casa? ¿Cómo que no sabes?

―Sí ―sacude su cabello y vuelve loca a Gaby. Su olor se queda en el ambiente―. Pero estaba muy extraño así que no sé si...

―Gracias ―lo interrumpo mientras que saco mi móvil de adentro de leggins con la intensión de ponerlo en su lugar.

―¿Qué acabas de hacer? Ximena ¿No escuchabas el tono sexy que empleaba? Oh por todos los santos ¡Que hombre!

Abro la boca, su suspiro atraviesa hasta lo más profundo de mi alma pintándole pajaritos de colores por todas partes.

―Gabriela ¿No te das cuenta que estamos en problemas? Chica reacciona.

Mis palabras le valen muy poco, ella está convencida que Iván será el padre de sus cinco hijos, sus tres perros y sus dos tortugas.

EquisYe y Zezlin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora