ONE ¤ SHOTS X-MEN

III.

Tema: Primera cita
Personaje: Bobby Drake
Alias: Iceman

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Jamás hubo un día más caluroso que este, no que yo recuerde al menos.

Y lo peor había sido que Charles nos había obligado a tomar clases al aire libre.

Se supone que teníamos que poner atención a la explicación pero mientras me estuviera derritiendo no podría hacerlo.

Y Bobby lo había notado.

Me miraba de reojo con una gran sonrisa.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó después de unos minutos.

-No creo que puedas hacer algo- contesté intentando concentrarme.

-Se nota que mueres de calor- comentó divertido. -Puedo abrazarte si quieres.

-¿Eso en qué ayudará?- pregunté confundida.

El chico levantó una ceja.

-Bueno yo eh.... técnicamente soy de hielo así que si te abrazo te sentirás más fresca- explicó mientras se rascaba la nuca nervioso.

Cierto, lo había olvidado por un segundo.

-De acuerdo Bobby- sonreí y al instante sus ojos se iluminaron.

Comenzó a acercarce y me rodeó con sus brazos.

Yo me acomodé y recosté mi cabeza en su hombro.

Por unos minutos había olvidado en dónde nos encontrábamos.

-Chicos, las muestras afectivas son al final de mi clase- habló Charles devolviendome a la realidad.

De golpe nos separamos.

-Lo siento- dijimos al mismo tiempo.

Mis mejillas ardían ya que el resto de la clase nos miraba.

En cuanto la campana sonó me levanté y él me imitó.

-Lamento que nos regañaran- dijo divertido.

-Yo no lo lamento- sonreí traviesa.

-¿Aún tienes calor o...?

-Si te necesito te aviso- interrumpí depositando un beso en su mejilla.

Fui a mi siguiente clase y así sucesivamente hasta terminar el día.

Cuando llegué a mi habitación más tarde, noté al entrar que hacia más frío de lo normal.

Sabía perfectamente que era él y efectivamente salió de uno de los rincones más oscuros.

Eso era tenebroso.

-Yo quería preguntarte algo- dijo nervioso. -¿Te gustaría salir conmigo mañana en la tarde?

Me veía algo apenado.

-Me encantaría- intente no sonar desesperada o incluso nerviosa.

-¡Genial!

Se despidió y se retiró emocionado.

Al día siguiente apareció con una suave sonrisa.

Me había llevado a un lago no muy lejano.

Hicimos una especie de picnic a la orilla.

Al terminar de comer miramos el lugar.

Como era de costumbre últimamente, hacia mucho calor.

-Tengo una idea- dijo rompiendo el silencio incómodo que se habia comenzado a formar.

Dicho esto se levantó y acercó al lago.

-Mira- comenzó comenzó hacer que éste se congelara. -¿Sabes patinar?- me ofreció su mano.

Negué divertida.

Pasamos un buen rato patinando torpemente ya que yo siempre resbalaba.

Ya era tiempo de volver.

-Hice algo para ti- dijo antes de abandonar el lugar.

Me giré a verlo.

Abrió sus manos y me entregó un pedazo de hielo.

Formaba un hermoso corazón.

-¡Bobby, es muy lindo!- respondí literalmente muriendo de ternura por aquel detalle.

Me limité a abrazarlo y disfrutar de él.

Fue el abrazo más cálido y reconfortante que alguna vez sentí.