Capítulo 2

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Las once dieron paso a las doce y con el tiempo aumentaban los vasos, el alcohol, el calor... Todo. Recuerdo haber dicho que no me gustaba salir. Hasta esa fiesta. La estaba pasando muy bien, me sentía muy cómoda y suelta, bailaba muchísimo (y tomaba cada vez más). Supongo que el estado al cuál me llevaba el alcohol me daba seguridad.
En uno de esos cambios de canciones, lo vi al amigo del primo de Clarisa hablando con una chica. Y no se cómo, ni tampoco sé por qué, pero sentí que quería ser yo esa chica. Por dios, que estaba diciendo. No me caía bien. O eso quería creer... Sabía que no debía ilusionarme con un muchacho así. Más grande, muy lindo, misterioso. Era la clase de chicos a los que nunca les atraía.
¿Por qué nunca les atraía? Porque yo no quería hacerlo. Pero esa noche, en ese momento, decidí que quería atraerle (o por lo menos besarlo)
Cuando la chica con la cuál Benjamín hablaba se fue, me le acerqué.
-¿Y qué estás tomando?
-¿Nos conocemos?- Era el colmo.
-Si tarado, soy la amiga de Clarisa. Vine en tu auto.
-Ah, sí. No te vi mucho, perdón.
-Ningún problema. Vine a hablarte para hacer tiempo. Clarisa está con un chico arriba y tengo que esperarla. No quería estar sola en ese tiempo- por supuesto que era una mentira para hacerle creer a ese imbecil que mi interés no estaba en hablarle, si no en hacer tiempo.
-Clarisa está bailando al lado de aquella mesa.
Y señaló por sobre mi hombro izquierdo. Qué vergüenza. Ahí estaba mi amiga bailando.
-Oh, claro. Se ve que ya bajo.
-Creo que solo buscabas una excusa para hablarme.
-Y qué te hace pensar que quería hablarte?
-Pues este momento en particular. Estas acá parada al lado mío y buscaste una excusa para acercarte. - Sonrió y sus ojos se volvieron un poco más chinos. Por dios, que hermoso.
Me irrité cuando no supe que responderle, me di la vuelta y me fui.
Qué vergüenza. Un completo papelón. Luego de ese momento, comencé a tomar más y más. Descontroladamente. Hasta no controlar siquiera mis movimientos. Hasta no controlar mis emociones. Hasta ni siquiera controlar mis recuerdos.

 Hasta ni siquiera controlar mis recuerdos

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