-¿Realmente no te acordas de nada? ¿En absoluto?- Fue lo primero relevante que escuché cuando llamé a Benjamín para agradecerle. Le había pedido el teléfono a Clarisa porque sabía que era lo correcto (Y porque quería ver realmente que había pasado)
-No, quiero que me expliques por favor.
-Empezaste la conversación diciendo que me llamabas para darme las gracias...
-Cambié de parecer. Quiero saber la situación por la cual estoy agradeciendo.
-No es complicado chiqui. Estabas borracha,te subí a mi auto, te lleve, abrimos juntos la puerta, subimos a tu habitación..-
-¡¿QUÉ SUBISTE A DONDE?!- Me dió un mini paro cardiorespiratorio cuando pensé en todos los corpiños, maquillajes, ropa, libros y no se cuantas cosas más podía haber tiradas en mi cuarto. Hasta que me acorde que era un hombre, no se percatan de esos detalles.
-A tu habitación, no podías ni subir la escalera sola. Y después me fui.
-¿Y nada más?
-Nada más
-Bueno, entonces supongo que ahora si mereces que te de las gracias.
-No quiero que me agradezcas
-No te hagas el modesto
-Lo soy
-No me gusta la gente modesta
-Y a mí no me gustan las borrachas
-Creo que tenemos algo en común
-¿Tampcoo te gustan las borrachas?
-No. No nos gustamos mutuamente
-No estaría tan seguro de eso, chiqui.
No sé si me desconcertó más su frase o el apodo que por segunda vez (si, las había contado) me había puesto.
Del otro lado se escuchó una risita cuando no hubo respuesta de mi parte.
-¿Te das cuenta? Tengo razón. Mejor cortemos así no te sigo conquistando.
-Pobre de vos creyendo que...
Y me corto. El me corto.
¡POR DIOS! Qué vergüenza. Pensé en no salir nunca más de mi casa por si me lo cruzaba. Entrar y salir de la escuela con una bolsa en la cabeza por si se le ocurría ir a buscar al primo de Clari. O cambiarme de escuela. O de nombre. O de país. Si, cambiarme de país era la mejor alternativa.Esa noche no pude dormir sin pensar en que hubiese pasado si no tomaba tanto. Tal vez podía haber por lo menos entablado una conversación coherente. O bailar con el. O por lo menos moverme. Pero... Que estaba diciendo. Fue un favor. Solo un favor que le hace una persona a otra. No tenía que confundir las cosas, por mi bien.
¿Cómo termine en una de las habitaciones encerrada con Benjamín? Pues no se. Lo que sí aseguro, es que nadie nunca me había hecho sentir lo él me hizo sentir cuando me besó. Un beso que comenzó tierno y después se volvió apasionado. Que cuando termino, ambos nos quedamos mirándonos. No sonreíamos, solo respirábamos. Pero tampoco nos apartamos, solo dos centímetros separaban nuestras bocas. Fue un largo minuto de miradas, para luego quitar esos dos centímetros y juntar nuestros labios para volver al comienzo.
Y luego de eso sonó la alarma a las siete de la mañana que marcaba el inicio de la semana.
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Y por eso cortamos
Teen Fiction¿El amor todo lo puede? ¿Juntos por siempre? ¿Final feliz? No. No me gustan los finales. Prefiero una buena historia.