Ya era viernes a la noche, y mi celular explotaba de mensajes por el grupo de las chicas. Haríamos previa en la casa de Luciano, un amigo de Aldana, y luego iríamos todos juntos al boliche. Nada raro. Hasta que me entere que Luciano iba al curso del primo de Clarisa. Con lo cual había posibilidades de que el primo de Clarisa este ahí. Con lo cual había posibilidades que los amigos del primo estén ahí. Y por amigos del primo, me refiero especialmente a Benjamín.
-Yo no voy- dije el jueves, cuando saque las conclusiones.
-Si, vos si vas. Olivia, le pregunte a Aldana y solo va a haber gente del curso de Luciano, no gente de afuera. No te vas a cruzar con Benjamín si es tu preocupación.
-No es preocupación, y tampoco era el motivo por el cual no quiero ir.
-Dale, y yo soy una prostituta rubia que vive en Estados Unidos. Sin vueltas, te quiero lista mañana a las once. Paso por tu casa a esa hora.Asique, ahí estaba, once menos cinco ya lista. Había evaluado mil veces la posibilidad de cruzarme a Benjamín, y mil veces más lo que haría si eso pasaba. Pero llegue a la conclusión que nada. Eso haría. Nada. Si la situación lo ameritaba, quizás incluiría un saludo en mi nada. Solo si la situación se daba.
Como sea, me había vestido muy linda (no por si me lo cruzaba, me quería convencer). Estaba de estreno, con un vestido quizás un poco por de más ajustado negro y unos zapatos del mismo color. Maquillaje sobrio, pero con labios rojos. Y una colita alta bien tirante. "Estas perra" me respondió Clari cuando le mande una foto.
Entre una cosa y la otra, Clari y su papá me buscaron tipo once y diez y a las y media ya estábamos en la casa de este chico. Le mandamos un mensaje al primo de Clari para que le diga a su amigo que nos abra, ya que solo Aldana tenía confianza con Luciano. Nosotras lo conocíamos y nos saludábamos si nos veíamos, pero no éramos específicamente amigos. La casa era enorme y muy elegante. Todas las paredes y muebles blancos, llenos de fotos y cuadros. Y sin rastros de Benjamín. Gracias Dios (¿Realmente quería que no este?)
Por supuesto que sí. Basta a mi propia mente de pensar cosas que quiero pensar.Tomamos y bailamos de manera tranquila , charlando entre los que estábamos ahí. Realmente la estaba pasando bien y ya me había relajado cuando faltando media hora para ir al boliche no había llegado el sujeto en cuestión. Aldana se había acercado un par de veces diciéndome que dos o tres chicos habían preguntado por mí.
-Uno de ellos es Agustín, Oli. Es divino! Y ese arito en la nariz no puede quedarle mejor.
Ya sabia quien era. Agustín Ferrer. Alto, morocho, con piel blanca y ojos marrones, pero con una nariz y un arito en ella que lo hacía parecer perfecto. Perfecto si, pero no de mi tipo.
Cuando nos dimos cuenta que los descuentos eran hasta la una y media y ya eran una y diez, comenzamos a organizarnos en los autos de los chicos.
Como yo no conocía a ninguno prácticamente, no hable, solo espere que me digan en qué auto ir.
Pero me di cuenta que estaban todas mis amigas organizadas, menos yo.
-Clari, ¿con quién vas?
-Me dijo Santiago que puede llevarme- Con una cara de enamorada total. Santiago era el amor platónico de Clarisa desde tiempos remotos. No podía subirme a su mismo auto, claramente.
-Bueno, supongo que voy en taxi.
Pero entonces me dijeron:
-Yo puedo llevarte si estás sola.
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Y por eso cortamos
Teen Fiction¿El amor todo lo puede? ¿Juntos por siempre? ¿Final feliz? No. No me gustan los finales. Prefiero una buena historia.