Antes que nada quiero aclarar que esta historia esta en amor-yaoi.com bajo el mismo nombre pero de autora llamada Hirra, quiero decir que somos la misma persona. Solamente me parecio buena idea subir en esta pagina la historia también .
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Todo había empezado esa extraña mañana del 20 de diciembre, el último día de otoño. El cálido sol acariciaba las cumbres del paisaje, llenándolas de color y de luz. El invierno amenazaba ya con su llegada, el viento era frio pero el sol todo lo calentaba. La espesa neblina cubría los árboles de aquel pequeño pueblo donde descansaba con los ojos cerrados nuestro imponente Señor del Otoño, la armadura de piel e hierro cubría su cuerpo, y sus labios entreabiertos dejaban escapar suspiros de vez en cuando. Estaba cansado, agotado. Sus músculos palpitaban con cada movimiento, la tensión en sus nervios agregaba más pesadez a su cuerpo. Miró el cielo anaranjado y observó como descendía su amigo de toda la vida.
-Toothless, vayamos a casa-mencionó montando al lomo del dragón, quien le dirigió un alegre gruñido.
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-Vamos, Jaime...quiero jugar-soltó como berrinche sujetando su cayado, dando vueltas por el aire.
-Ya basta, Jack...Tengo que estudiar para los exámenes finales -respondió cansado y hastiado el adolescente de ojos avellana.
-Pero estoy aburrido -continuó yendo de un lado al otro mientras Jaime sólo se dedicaba a mantener su concentración en los libros de lectura. Una expresión de enojo se posó en las expresiones del muchacho, tomando el libro entre sus manos, lo lanzó en contra del albino quien se encontraba jugando con las bolas de nieve que había creado y tiempo atrás estaba arrogando contra la espalda de Jaime.
-Auch... ¡¿Qué demonios te pasa?! –resopló, sobándose la punta de la nariz, lugar donde el libro se había estampado sin misericordia. -Eso dolió, ¿sabes?
-¡Que me importa, largo! -señaló la misma ventana abierta por la Jack había entrado. -¡Necesito estudiar!
-Pero...pero
-¡Pero nada, largo de aquí!- las mejillas de Jaime estaban rojas de ira y su ceño, fruncido. -En serio, Jack ¿no comprendes lo importante que son estos exámenes para mi futuro? Si logro aprobarlos significaría que sacaría un mayor puntaje para entrar a la Universidad. Además ¿Qué no tenias una reunión en el cuartel de Santa? Mañana inicia Invierno y tienen que discutir los lugares a donde vas a ir, ¿no?
Un resoplido salió de los labios del menor...o mayor (no lo sé, Jack ha vivido 300 años pero tiene la apariencia de 17, en cambio Jaime, tiene la edad y apariencia de un muchacho de 19 años),-lo dejare en menor.
-Eres un aguafiestas, Jaime. -suspiró- Antes no eras así, antes preferías jugar conmigo sobre todas las cosas.
-He crecido, Jack, he madurado. -respondió el castaño, sobándose el puente de la nariz ya un tanto cansado - Y tú deberías de empezar a hacerlo.
Las facciones de Jack se distorsionaron. El enojo se apoderó de su cuerpo y sin decir ni una palabra más, salió volando por la ventada rápidamente. ¿Cómo era posible que Jaime le respondiera de esa manera? ¿Quien se creía él para despreciar al Guardián de la Diversión? Molesto se dirigió al cartel de Santa donde ya todos lo estaban esperando, como de costumbre había sido el último en llegar...o por lo menos, eso creía.
Echo una mirada a los espíritus alrededor de la mesa. En ésta pudo visualizar a Bunny con su clásica cara de pocos amigos, a Meme "charlando" con Hada de los Dientes, y digo "charlando" ya que Hada era la única que hablaba mientras que Meme sólo se dedicaba a asentir ocasionalmente y crear figuras de polvo dorado sobre su cabeza. También estaba Madre Naturaleza con su bello vestido de flores y ramas, adornado con detalles de oro mientras que pequeñas mariposas revoloteaban alrededor de su largo cabello castaño y ondulado que caía como cascada sobre su espalda hasta llegar a sus tobillos. Y cómo olvidar a Padre Tiempo con su impresionante bastón plateado y su larga barba blanca ceniza. De igual manera estaba la Reina de las Estaciones, Valka, una mujer calmada y muy madura de cabellos largos atados y mirada compasiva; acompañada, claro de sus dos bellas hijas: Rapunzel, el espíritu de la Primavera y Mérida, encargada de llevar el verano a todos lados. No eran precisamente las estaciones favoritas de Jack pero se llevaba muy bien con las dos chicas que eran como hermanas para él. Les dedico una sonrisa amable mientras continuaba haciendo una lista de los espíritus presentes. Se encontraba su tocayo Jack Esqueleto, dios y soberano de Villa Halloween, entre muchos otros que Jack simplemente decidió ignorar.
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Te amo más que a nada (Hijack)
RomanceEn su rostro se dibujaba una sonrisa nívea, sarcástica y satisfactoria. Jack temblaba con el solo sentir la cercanía del cuerpo ajeno. El cuero del traje no privaba al otro de sentir el calor ajeno. El Espíritu del Otoño era en comparación, más cáli...