Olvido

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Jeongguk era diferente, eso era algo obvio, poco a poco se olvidaba de los juguetes y de los juegos para niños, su telescopio ya estaba sin uso y sus libros acerca de los planetas se encontraban arrumbados en una esquina de su habitación, habían pasado ya algunos años y sus intereses habían cambiado por supuesto, sin embargo aún se negaba a dejar ir a aquellos muñecos que siempre se mantenían juntos de alguna manera, Jimin con la tela ya demasiado sucia y Yoongi con varias grietas más y los ojos ya no tan brillantes como en un principio, ciertamente no causaban una buena impresión, sin embargo, Jeongguk los guardaba con especial afecto. Le recordaban sus momentos más inocentes y felices.

Todo parecía marchar con tranquilidad, Yoongi había aceptado finalmente lo que era y se sentía bien estando con Jimin, como si este fuera su único impulso para seguir esforzándose por sentir, el muñeco de cabello pelirrojo le había demostrado sentimientos grandes y sensaciones completamente humanas, sus emociones brotaban por todos lados con un simple roce de manos y estas parecían llegar a su punto más alto cuando Jimin le daba un simple beso en la pálida mejilla o en la comisura de los pequeños labios, esto último le hacía llenarse aún más de recuerdos inexplicables. Jimin era la única razón de Yoongi para no destrozarse por completo, a pesar de los años y de los cambios.

Sin embargo, Jeonggukie crecía y las emociones de Jimin eran cada vez menos presentes, la constante alegría en su semblante ya no era tan usual como al principio. Yoongi trataba de levantarle el ánimo pero ambos parecían cada vez más simples objetos, nada especiales. Jimin dejaba de darle los recurrentes abrazos que en un pasado eran comunes entre ellos para hundirse más en aquel estado de vacío que lo embargaba a ratos, Jeongguk ya no les estaba prestando la atención que necesitaban y por ende, su pequeña chispa de vitalidad se iba apagando.

Yoongi se sentía de pronto muy vacío, pues en algún momento había creído poder haber sido mucho más que una simple pieza de decoración, creía que todas esas emociones que se agrupaban dentro de él cuando estaba con Jimin tenían realmente un significado profundo, pero viendo a su alrededor como todo se llenaba de grietas y semblantes serios, se dio cuenta de que finalmente no era nada, sólo era las ilusiones acumuladas de un niño que había decido crecer muy rápido. El hecho de que Jeongguk creciera, también representaba una amenaza para Jimin y Yoongi.

La situación de aquel par que aún mostraba su cariño a escondidas de los demás se había mantenido estática, aún tenían sentimientos y aún trataban de mostrarlo disfrutando de los pequeños detalles que les daban un poco más la sensación de estar vivos, sin embargo, dentro de ellos estaban conscientes de que cada sonrisa y toque de manos podía ser el último en cualquier momento, una vez que Jeongguk los olvidara por completo, su entera existencia dejaría de tener sentido pues ellos existían por y para su pequeño amo, eso era algo que ya habían entendido hace mucho.

Tal parecía que el temido día estaba tardando demasiado en llegar, de alguna forma, Jeongguk se negaba a dejar ir a Jimin y a Yoongi, el niño de las sonrisas recurrentes y la mirada llena de ilusión se había esfumado poco a poco y de una forma tan sutil que parecía que ya nadie, además de los dos muñecos, recordaba aquellos días de constantes juegos y visitas al parque. En ese momento también se dieron cuenta de que los buenos tiempos se habían ido, quizá, para siempre.

Jimin apenas si encontraba la voluntad para seguir sonriendo y Yoongi preocupado constantemente no quería ser olvidado, no quería que todas aquellas emociones dentro de él no fueran más que un simple pensamiento infantil y un anhelo de cumpleaños. Aunque, por otro lado, también estaba feliz de haberle regalado sonrisas a Jeongguk y haberse llevado consigo mucho de los secretos del pequeño. Jimin también se sentía de aquella forma, pues había cumplido con su único deber que era hacer de Jeongguk un niño feliz, aunque sea por algunos años.

Jeonggukie crecía y las emociones de Jimin eran cada vez menos presentes, Yoongi trataba de levantarle el ánimo pero ambos parecían cada vez más simples objetos, nada especiales.

Finalmente Jeongguk cumplía 12 años y entraría a la secundaria, hasta los 7 años había festejado aquel día con regalos y sus padres le cantaban una canción antes de que apagara las velas del pastel, siempre con Jimin a un costado. Sin embargo, ese día era distinto, su madre estaba ocupada con su hermana pequeña, su padre apenas le dio un sobre con algo dentro y el pastel y las velas eran inexistentes. Los únicos al lado del niño en aquel comedor vacío eran un gastado muñeco de trapo y una figura de porcelana llena de grietas.

Ese mismo día, Jimin y Yoongi sabían que todo había terminado y lo confirmaron cuando sintieron como Jeongguk los miraba con una sonrisa ladeada y una mirada melancólica, pero fue todo, al final simplemente los dejó en el desván sin titubear un poco, ni una palabra salió de sus labios y ambos muñecos sólo pudieron ver como la puerta se cerraba dejándolos solo en aquel montón de cosas olvidadas. Ellos tampoco se animaron siquiera a soltar una palabra, no se sentían asustados o intentaron escapar, pues no tenía caso ahora que si deber estaba hecho, el haber hecho feliz a un niño era su consuelo y sin quejarse aceptaron aquello, no sin antes sujetar la mano del otro con fuerza.

El cariño de un niño es poderoso, el único defecto es que es efímero y se disuelve rápidamente, en aquel desván lleno de polvo Jimin y Yoongi recibieron los últimos gramos de emoción antes de convertirse en solo trozos de tela y cerámica. Sus sentimientos, sus dudas y sus miedos quedaron disueltos y el único indicio de que alguna vez sentimientos tan fuertes como el cariño existieron en aquellos peculiares muñecos, fueron las pequeñas manitas entrelazadas en espera del final, como si estuvieran hechos para permanecer siempre juntos.

***
Todavía queda un capítulo más, en el que explicaré un poco más de Yoongi y Jimin, gracias por leer. (Mañana subiré la última parte)

Porcelain and Poetry | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora