Dime que SI (CamRen) [COMPLETA]

Capítulo Extra C

Narra Lucy

Razonar, tener el equilibrio y poder dar una solución a la mayoría de problemas que me cuentan, no equivale arreglar los míos de la misma forma. He intentado hablar al espejo simbolizando hablar con mi yo analítico, pero nunca resulta en la respuesta que necesito. Después de todo soy una adolescente y me equivoqué al querer decidir por las dos.

Terminar con Verónica sin decirle el porqué sin duda no es la muestra de madurez que le exijo a ella.

-Que esperabas.... que... que me quedé con el terminamos y ya-. Reprocha a mitad de la noche.

Ni siquiera me animo a reclamarle el estado en el que ha venido a buscar el argumento de mi terminación.

-No era necesario que invadieras mi jardín con tu auto-. Es lo único que puedo decir.

-Yo...-. Agacha la cabeza parece que todo le comienza a dar vueltas.

Intento acercarme, pero ella niega retrocediendo y baja tambaleante los cuatro escalones del pórtico, da unos pasos más hasta que las náuseas le ganan y empieza a descargar todo lo que consumió antes.

Yo continuo en puerta observándola y manteniendo varios dejavu, lo que me recuerda. Me apresuro en ir a la cocina, cojo la enorme jarra y abro el grifo, cuando esta lleno, giro la llave, cerrando el chorro y corriendo de nuevo a la puerta principal.

-Agua-. Grita deambulando hasta los escalones.

Se sienta en pórtico y le doy la jarra, realiza lo típico, bebé agua. Luego se lava el rostro y por último...

-¿En serio?-. Exclamo molesta, debí haber tomado la de plástico.

-Se cayó-. Excusa. Ambas miramos al suelo donde están los vidrios de la que fue jarra. -Te compraré otra-.

Me siento casi a su lado -Una disculpa estaría mejor-.

-Eso espero yo-. Me observa molesta -¿Porqué?-. Susurra su pregunta cerrando los ojos.

Fallé al decidir, y la estoy lastimado cuando eso era lo que quería evitar además de otras cosas.

-Las peleas-.

-No teníamos peleas ¿Querías peleas?-.

-No tonta-. Interfiero su apresurada interpretación -Las discusiones de mis padres no tienen arreglo, o bueno si, se van a divorciar-. Me afligen los recuerdos.

Teníamos una familia feliz, todo entre ellos era paz y amor, pero desde que mi padre consiguió el ascenso hace cuatro años, las cosas cambiaron. Me tocó quedar de lado, tomando mis decisiones sola porque mi padre solo pasa viajando lo que provoco que mi madre se volviera muy insegura por las larga semanas que no está su marido en casa. Se quebró mi familia y la única solución es que cada uno tome diferentes caminos.

-Lu-.

-San Francisco está lejos-. Murmuro, ella agacha la cabeza queriendo entender, pero discernir en ese estado debe ser difícil. -Papá viaja demasiado, y no quiero irme con él y mi madre regresará a San Francisco en unos días, ni siquiera voy a terminar el año aquí-. Puedo entender a Camila, en parte, porque la diferencia está en que yo si me iré.

-Te irás y no... no planeabas decirme-. Acepto su queja en silencio -¿Enserio?-. Pregunta mirándome fijo.

Yo sólo niego, creí que sería fácil, pero me clave una espada que también se incrusto en ella.

-No me ibas a decir-. Afirma decepcionada -Lucía-. Pronuncia mi nombre muy enojada, naturalmente me llama así en juego, pero este no es el caso -Lo acepto... acepto que no me hayas dicho, lo dejó ir... porque mi enojo está mezclado con mucha tristeza y no...-. Toma su cabeza fuerte - Hablaremos cuando este en estado de poder reclamar porque no me dijiste, pe... pero esto... tu y yo... estaremos juntas, si. No... No hablemos de ellos, no ahora-. Se acerca.