Danp's Academy: The origin

CAPÍTULO I: Recuerdos

Foto multimedia: Keyla

Me desperté y vi el reloj que marcaba las ocho en punto de la mañana, deslicé mis pies afuera de la cama y me dispuce a tomar una ducha como era habitual desde que terminé la preparatoria. Bajé las escaleras, me dirigí haciala cocina y preparé mí desayuno. Mis padres no se hallaban en casa, cosa que era muy usual en ellos puesto que siempre salían de noche y regresaban antes del medio día. Varias veces busqué sonsacarles la verdad sobre el lugar a donde iban pero siempre me respondían que era por razones de trabajo.

Al finalizar regresé nuevamente a mi habitación, me coloqué audífonos y comenzé a realizar una serie de trazos en un antiguo cuadernillo de dibujos. Al inicio estos carecían de un sentido concreto pero luego me encontré retratando al mismísimo bosque de Forks, no aquel de la saga de Crepúsculo escrita por Stephenie Meyer, por la cual cabe mencionar que el bosque recibió una elevadísima popularidad que conllevó a que muchas chicas acudieran al bosque, ansiando encontrarse con "Edward Cullen".

Recuerdo que cuando aún era pequeña, luego de haber tenido un día funesto, me adentré en el bosque llorando despavorida y caí en medio de césped y rocas. Tras haberse secado todas mis lágrimas y haber exteriorizado todo rastro de melancolía, me dispuse a observar el hermoso paisaje que tenía frente a mis ojos. Me pareció ver que en algún punto del panorama los rayos de sol, que se filtraban entre las hojas de los frondosos árboles, cambiaban su curso, me acerqué rápidamente a esa zona, y me quedé petrificada, una especie de cristal translúcido se alzaba imponente, cualquiera hubiese pensado que ese "portal" era una químera, incluso yo hasta el día de hoy tengo mis dudas. Mis padres aseguraron que aquello había sido una ilusión y pidieron que por ningún motivo me acercase allí de nuevo.

Mi vida siempre había sido complicada. En la escuela no tuve muchos amigos pues no volví a confiar en nadie después que una "supuesta" amiga me pusiera en vergüenza frente a todos al decir unas mentiras sobre mis padres. Ellos trataron de que me sintiera mejor, pero lastimosamente ese hecho me arrebató la confianza por el resto de personas.

Mi padre siempre había buscado hacerme sentir protegida por lo que no dudó en entrenarme desde los nueve años, me enseñó artes marciales mixtas y defensa personalsalíamos a correr por las mañanas, recuerdo que cuando empezamos a luchar, él me derribaba con facilidad, pero hoy en día es todo lo contrario. Al cumplir los catorce me regaló mi primera arma: una navaja Leatherman Crater c55B.

Por otro lado estaba mi madre, ella también contribuyó en mis luchas aunque más en mis estudios. Por lo que constantemente me regañaba ya que estas eran regulares, no me agradaba nadie de mi escuela, cada chica añoraba ser bonita, encontrar un príncipe azul, y tener vivir una vida de cuento de hadas; yo por otro lado no era ese tipo de chica, es decir, no era exageradamente bonita y mi apariencia no me preocupaba extremadamente, era normal, de alguna forma lo que más resaltaba de mí eran mis ojos, eran de un color celeste profundo, aunque esto resultase incómodo ya que llamaba mucho la atención.

De pronto algo interrumpió mis pensamientos, Sky se encontraba lamiendo mi mano. Sky es mi perro siberiano, en otras palabras, mi mejor amigo; mi padre lo trajo cuando era cachorro, hace más de siete años, es increíble, cuando le hablo es como si lograra entender, y cada vez que lo necesito está conmigo, es muy especial.

- ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre? - al escucharme, paró sus orejas y movió su cola - Está bien, vamos antes que lleguen mis padres.

Bajé nuevamente a la cocina y coloqué unas croquetas en el recipiente de Sky, al instante se lanzó a comer, fue muy gracioso, como si no hubiese comido en años; de pronto se empezó a escuchar el timbre de la puerta, sabía que eran mis padres, pues no existían amigos que me visiten, ni familiares, o eso dicen ellos; llegue rápidamente a la puerta y la abrí, me coloqué en posición de combate y ágilmente esquivé un puño, pero el adversario no esquivó mi patada y lo derribé.