El sábado había llegado rápido. Lily, Melisa y yo nos habíamos arreglado en una hora (en realidad, yo en media, no me había hecho gran cosa). Cuando llegamos a la casa de Liz, el lugar estaba atestado de gente. ¿Serían todos de la escuela?
Entramos como pudimos, había muchos llendo de un lugar a otro como locos y mucha prisa, aún haciendo preparativos de última hora. Liz estaba por allá, diciéndole a un chico que el letrero de no subir debería estar en el primer escalón. Lucía un hermoso vestido strapless rojo por arriba de las rodillas, se ajustaba muy bien a su cuerpo. ¡Que digo bien, perfectamente! Me sentí fea con mi blusa sin mangas y escote estilo hatler y jeans un poco rotos por el muslo. Lily y Melisa habían sabido vestirse mejor.
Busqué a mi alrededor pero no vi a Seth en ninguna parte. Tal vez no había ido, tal y como dijo.
Mis amigas y yo estábamos sirviéndonos un poco de refresco cuando un chico llegó alarmado a la casa y comenzó a gritar:
-¡YA VIENE, TODOS A SUS PUESTOS!
Todo el mundo comenzó a correr hacia todos los escondites posibles. Liz se escondió debajo de las escaleras, otros muchos en el baño, otros detrás de los sillones, en una pared, camuflándose. Melisa, Lily y yo nos pusimos detrás de mesa. El chico apagó las luces y todo estuvo en silencio. Se escuchó el manipular de la chapa y unas voces ahogadas.
-¡Hombre, te digo que estaban buenos esos tacos! ¿No crees, Seth? -¿Ese era Humberto?
-Sí -reconocí la voz de Seth.
-Como sea, sólo debo entregarle esto a Liz y nos largamos- ese era Jamie.
-¿Podrías apurarte? Está fresco aquí fuera -me pareció escuchar a Mario.
-Qué desesperado. James, ya sabe cuál es la llave, ¿verdad? -preguntó nuevamente Humberto.
-Eh... creo que es esta -dijo Jamie.
-Esto no es posible -susurró Mario.
-Déjame hacerlo -se ofreció Seth.
-¡A un lado, idiota, yo sé cómo hacerlo! -replicó Jamie.
-Chicos, por favor. No discutan -escuché por primera vez la voz de Louis. Nuevamente, cuestioné por qué tanto odio de Jamie hacia Seth.
Se escuchó la puerta abrirse y los chicos entrar.
-¿Soy yo o está todo oscuro? -preguntó Louis. Repentinamente, las luces se prendieron y todos saltamos de nuestros lugares gritando SORPRESA. Algunos gritaron eufóricos, otros soltaron en el aire bolsas llenas de pepelitos de colores. Todo se puso muy animado y admito que me sentí muy cómoda en ese ambiente.
Todos aplaudimos mientras veíamos a Louis totalmente sorprendido y conmocionado. Nos miró a todos y les dirigió una rápida mirada a sus amigos. Todos le sonreían, incluso Seth, que me pareció que sostenía la sonrisa más sincera que le había visto.
Liz se le plantó a Louis en frente y ambos se fundieron en un abrazo.
-¡Felicidades, Tony! -gritó Liz. Louis agradeció.
-Realmente no creí que fueran a hacer esto.
Seth se encogió de hombros con una sonrisa. Sus ojos encontraron los míos y le devolví una sonrisa. Sentí que todo esto, de algún modo, lo ponía de buen humor.
-¡QUE SUENE LA MÚSICA! -gritó alguien y eso fue lo que pasó. El lugar comenzó a retumbar gracias al volumen de la música pero nadie se veía afectado por ello. Mundo y medio se puso a bailar como si el mundo se fuera a terminar. Liz sacó a Louis y a Jamie a bailar. Otras chicas fueron por Humberto y Mario para bailar en la sala.
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Cambio
Teen FictionSeth McFare y Jenna Kent no se llevan lo que se puede llamar... bien. Pero un buen golpe del destino hará un cambio de ciento ochenta grados que los involucrará completamente en la vida del otro. ¿Quién diría que un tropezón en las escaleras te podr...