Capítulo 2: Limpieza
Si había algo a lo que Stanford se dedicara bastante era a la higiene, por supuesto que como todos los felinos, usaba su lengua para limpiar partes de su cuerpo. Claro que, no es algo que yo haya visto bien en realidad, porque necesitaba privacidad para hacerlo. No tengo mucho que escribir sobre esto en realidad, siempre que intento verlo me gruñe y deja de hacerlo hasta que me vaya, es bastante testarudo ese gato.
—Déjame solo—bufó mirándome como si me quisiera arrancar los ojos por haber interrumpido su baño.
—Que amargado eres—gruñí mientras me tumbaba en mi sillón de piel mi dedicaba a observarle—. Te recuerdo que es mi casa así que no es algo que pueda hacer a menos que me vaya a cazar.
Él volvió a gruñirme, enseñándome esos colmillos que tanto me fascinaban antes de echarse dándome la espalda, no continuaría su labor conmigo presente, en todo el tiempo que llevaba ahí podía esperar hasta saber que yo debía irme a lo que fuese. Realmente no es algo de lo que tenga que escribir mucho, aunque cuando va a pescar, se permite entrar al agua a nadar un poco, supongo que es algo que compartirá con los tigres.
Me gusta sentarme bajo la sombra de un árbol y verle nadar un poco antes de salir con un pez muerto entre sus fauces, pero bueno la parte de la alimentación ya la escribí ¿para que repetir sobre eso? En fin, su higiene es algo que le importa mucho aun cuando es algo bastante privado.
—¿Qué tanto escribes en ese cuaderno? —le escuché preguntar, no es que fuese de darle mucha importancia a las cosas que yo hacía, así que no pude evitar sonreír bastante complacido por su pregunta.
—Esto, mi querido Fordsie, es una especie de diario, aunque no sobre mí sino sobre ti—expliqué simple pero solo me miró con desconcierto—. Si vas a ser mi mascota, debo anotar lo que considere importante sobre tus cuidados.
Él volvió a gruñirme por enésima vez en el día, odiaba mucho que yo lo llamara mascota y para mí era hilarante que incluso me rugiera. Oh, como me encantaba ver todo lo que este animal hace, pero en fin.
...
No sé si esto entre en la categoría de higiene pero algo que no puede evitar hacer es afilarse sus garras y probablemente es una de las razones por las que yo soy quien le dice que salga ¿por qué? No quiero que destroce mi piso ni mis muebles, deberían ver cómo quedan los troncos de los arboles después de que acaba, aunque claro que ¿Por qué dejarle tener garras tan afiladas si podría intentar matarme con ellas? Es un riesgo que debo correr, además aunque podría cortárselas para evitar eso, le sería más difícil cazar y su alimentación es un espectáculo que no me perdería por nada del mundo.
Ahora Fordsie se está afilando sus garras en un árbol de la cercanía, me divierte el sonido de la madera bajo sus garras, además también es bueno porque ahuyenta a otras criaturas que quizás no sepan que hay un cazador que podría matarlos de un disparo si se acercan,. Si quiero ir a cazarlos es porque me gusta buscarlos, sentir su miedo y verlos morir después para beneficiarme de sus cuerpos, así como los animales carnívoros lo hacen, que vengan directo a mí es muy aburrido. Por ahora cierro este capítulo, no tengo mucho más que contar sobre la higiene del gatito.
Continuara...
No tengo absolutamente nada que decir, más que solo planeo hacer como unos cuatro capítulos más de esto, nunca pretendí que fuera muy largo pero me cuesta escribirlo y eso que son capítulos cortos. Sobre si habrá yaoi me preguntaron por ahí, no sé, depende de cómo gusten verlo en realidad, no se me da la zoofilia así que yo manejaré más una relación amistosa, si gustan verla de otra manera por mí no hay problema. Ciao ciao
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Manual para cuidar a un gato
FanficA muchas personas les gustan los gatos, Bill no era la excepción. El suyo hacía y necesitaba las cosas básicas que cualquiera necesita: afilaba sus garras, necesitaba cepillado, afecto, comida, arena, algo de aire libre, dormir mucho tiempo al día...