Capitulo 3: Juegos

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Capítulo 3: Juegos

Cuando no tenía absolutamente nada que hacer solo me quedaba echado en el sofá mirando lo que sea que Stanford hiciera, claro que también había veces que Fordsie no quería hacer nada y se echaba en la alfombra a dormir gran parte del día, eso era muy aburrido así que no podía permitirme gastar un día entero así.

Conseguí un par de plumas del último animal que maté, las amarré a un hilo y ese hilo lo amarré a un palo. Al principio me ignoró como habitualmente lo hace, no es que nuestra relación haya progresado a gran escala estos meses que ha vivido en mi casa, pero al menos ya no me miraba con odio e incluso admito que he disminuido mis salidas a cazar por mantenerle contento, a fin de cuentas ¿Quién no quiere una mascota feliz?

Volviendo al asunto de mi aburrimiento, llamé la atención de la bestia con mi improvisado juguete, no quiso hacerle caso pero al final se rindió e intentó atraparlo con sus patas. Claro que yo lo movía rápido para que no pudiese atraparlo, era divertido al principio pero al final acababa con un animal de casi ochenta kilogramos sobre mi espalda, ahí acababa la diversión para mí.

—Podrías jugar en el suelo, solo digo...

—Tú eres quien empieza a joder con esto siempre.

Ford se tomó su tiempo antes de levantarse de mi espalda para irse a acostar en el sofá, esa era la única negociación con la cual podía lograr que se apartara. Otra cosa que ahora me permitía hacer era la de acariciarle, antes con suerte podía tocarle sin salir con la mano rebanada, tal vez Fordsie al fin me cogió cariño ¿no es encantador? Es bastante curioso, más que un capricho ahora me agrada bastante la compañía de ese animal, supongo que si necesitaba un poco de compañía pero no hablare de esa clase de cursilerías. Lo dejaré así porque me duele la espalda y estoy fastidiado, ¿Quién leería? Tal vez unas idiotas hormonadas lo encuentren cuando yo muera y piensen que tenía tendencias zoófilas, al menos cuando me acerco al pueblo de vez en cuando las chicas me parecen más imbéciles que antes. Tal vez escriba un manual aparte de cómo lidiar con estúpidas, pero no soy de ir mucho por el pueblo, ni yo se lidiar con eso a lo mucho les volaría la cabeza con mi escopeta.

—De nuevo escribes en esa cosa ¿algún día me dejaras ver?

—Por supuesto que no, tendrás que morir con las ganas querido Fordsie.

Lancé el diario en algún lugar de mi habitación antes de salir, a fin de cuentas Stanford tenía que ir a cazar y a ver a su ridícula familia, si, era algo que le tenía permitido al menos cada tantos días pero eso no es muy importante.

Continuara...

Hola, no diré demasiado porque seré sincera, odio este fic. Amo el AU, a los personajes, pero cuando idee esto pensé que haría algo largo y que la inspiración me desbordaría como en otros fics, pero no, simplemente estaba a nada de borrarlo. El siguiente es el último capítulo, nos vemos. 

Manual para cuidar a un gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora