Prologo.

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POV Camila Steele.

Camino directo a mi casa, luego de un largo día en el colegio. El aire helado corre por mis mejillas, el sol no había salido en todo el día, en su lugar, relámpagos se han encargado de alumbrar el cielo. Las hojas de los arboles ya comenzaban a caer sobre el sucio suelo de la calle.

Me encuentro a solo una cuadra de mi casa cuando la veo, esa señora de cabello blanco y manos arrugadas, la señora a la que todos llaman loca. Las vecinas más chismosas del vecindario se habían encargado de informarnos a todos sobre la profesión de la señora Lara, al parecer se dedicaba a la magia negra o eso era la que se decía de ella.

Paso a un lado de ella dedicándole un "buenas tardes". Mi madre me ha dicho que tengo que mostrar mi educación, así que es lo que pretendo hacer.

—Esto se te ha caído—dice haciendo que me detenga en seco.

Extiende una carta que he hecho en clases, tiene una foto de los chicos de CD9, mi banda favorita.

—Gracias—evito su mirada, la verdad es que ella me da un poco de miedo.

— ¿Podría saber quienes son?

—Seguro—sueno despreocupada—. Es un grupo que me gusta, se llaman CD9, son Alan, Freddy, Bryan, Jos y Alonso.

Comienzo a señalarlo en la foto aun que se que ella no me lo ha pedido.

— ¿Los conoces?

Niego con la mirada, veo la fotografía para luego decir: —Estoy juntando dinero para uno de sus conciertos.

— ¿Te gustaría conocerlos?

—Obviamente—digo segura—. Siempre he querido saber lo que se siente estar en los brazos de Alonso.

Suspiro, y se que ahora mismo me estoy comportando como una tonta.

—Puedo ayudarte.

Bufo mientras niego con la cabeza.

—Claro que no, el esta a cientos de kilómetros.

—Entra y te enseño que si.

Contemplo su expresión un par de minutos, luce malvada y decidida. Sin embargo, hay algo en su forma de mirarme que me hace sentir segura. Quiero decir que si y pasar a ver que es lo que tiene para decirme, la idea de conocer la casa en la que la señora Lara hace brujería es interesante y por alguna razón la oferta luce tentadora, más de lo que debería.

Asiento con la cabeza, la señora Lara me dedica una sonrisa mientras comienza a caminar hasta la tétrica puerta principal. Después de todo, no puede ser tan malo ¿o si?

La casa era extraña, había artículos de brujería en el centro de una mesa, los colores eran fríos y el ambiente se sentía realmente pesado.

—Siéntate.

— ¿Usted se dedica a la brujería?

Pregunto aun que ya se la respuesta. La señora Lara me dedica una mirada cargad de diversión lo cual me hace sentir aun mas tonta.

—Necesito una fotografía tuya.

Abro mi mochila para buscar las fotos de mi credencial de estudiante. La extiendo a ella con la esperanza de que funcione. La toma en sus viejas manos y luego me arrebata la foto de los chicos, la rompe de tal manera que solo quede Alonso, me parece un poco extraño pero prefiero quedarme callada. Abre un cajón de madera, parece viejo en realidad todos sus muebles lo son, no hace falta mirara mucho para darse cuenta. Saca una vela roja y un marcador.

En el reverso de la fotografía de él escribe algo que no puedo ver, y en el reverso de mi fotografía, escribe "me amas". Enciende la vela y mira ambas fotos. Gotea la cera de la vela en los lados frontales de ambas fotos y las une rápidamente.

"Dos almas se juntan en una. Bajo el sol, y bajo la luna"—dice y me saca completamente de balance—. Desliza el par de fotos debajo de tu almohada y duerme con ellas allí hasta que.

— ¿Hasta que? —pregunto cuando veo que ella no va a seguir hablando.

—Puedes irte.

Me entrega las fotografías unidas. Quiero preguntarle sobre lo que acaba de hacer, que me diga que significo ese conjuro. Sin embargo no me atrevo, me pongo de pie, tomo mis cosas y salgo lo más rápido que puedo de esa casa. Me arrepiento completamente de haber entrado, y ahora se que fue una mala decisión.

Cuando por fin llego a casa me aseguro de poner seguro a la puerta. Mi madre no se encuentra en casa y lo ultimo que quiero es que alguien entre. De pronto miedo e inseguridad se filtran en mi sistema, quiero esconderme debajo de mi cama mientras que no dejo de repetirme que estoy bien, que la señora Lara es una vieja loca y que aquí no puede hacerme daño.

Estoy dispuesta a dormir hasta mañana. Contemplo de nuevo las fotos que la señora Lara me dio mientras comienzo a debatirme entre ponerlas debajo de mi almohada, tirarlas o simplemente ignorarlas.

Luego de quince minutos tomo una decisión. Las coloco con mucho cuidado debajo de mi almohada preferida. Observo los posters de CD9 que cubren casi toda mi habitación y voy cerrando los ojos lentamente, después de todo, son solo fotos. Nada malo va a pasar. 

Antes de CD9 [correcciones]|Alonso Villalpando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora