彡 Ron Weasley

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   Renée estaba loca.

   Aunque para ella y medio Hogwarts era algo obvio. 

   Sentía el corazón acelerar cada vez que pensaba en el rostro pálido y pecoso de Ron Weasley. Las manos le temblaban cada vez que el chico las tocaba. Y una ira desenfrenada la recorría por completo cada vez que veía a cierta prostituta -digo, Lavender- abrazándose de él.

   Giró la cabeza levemente y vio a sus mejores amigos, lucían tan felices, haciendo únicos los momentos que pasaban juntos; Harry posó sus manos en la cintura de Ginny y la elevó hasta quedar a la altura de la punta del árbol, para que pusiera la inmensa estrella.
Harry sonrió y la bajó. Ambos sonreían el uno al otro. El chico acarició tranquilamente la mejilla de Ginny, hasta que la chica poco a poco se acercaba a él.

   Sin embargo, y como todos sus momentos siempre acababan de la misma forma, Ronald carraspeo la garganta, haciéndoles separar.

   Ginny se sentó en el sofá, con las mejillas ligeramente coloradas. Harry desvió la mirada de la pelirroja a la estrella, mordiendo el labio superior. Renée inmediatamente reconoció ese gesto, el chica estaba reprimiendo una sonrisa satisfecha, por no morir en manos de su mejor amigo.

   Molly pronto llamó a Harry y Ginny para que le ayudaran en la cocina, y los dos la siguieron sin titubear.

Ron, aprovechando el momento, se acercó a Renée; no tenía idea de como iniciar una conversación con esa chica, desde pequeños le es cantaba pasar el tiempo con ella, sobre todo platicar, no paraban de hablar entre sí, pero cuando se trataba de iniciar una conversación era el peor, sobre todo en momentos como ese.
Mejor optó por ofrecerle un pedazo de pastel, que sin duda era mejor que alguna bobería que fuera a decir.

   La chica negó amablemente y se acomodó incómoda en el sofá. Ron, al notar eso, prefirió ir al grano y sacó de su bolsillo el regalo que le había comprado a Renée meses atrás; no era la pulsera más cara, ni la más brillante, pero era la que más le recordaba a la chica y esperaba que eso fuera suficiente para que le encantara a la rubia.

   Mmmh, Renée.

   La chica alzó la cabeza, confirmando que lo escuchaba, pero sin verlo.

   Tengo algo para ti.

   Renée lo vio y ladeó la cabeza, expresando confusión.

   Para mí, ¿por qué? Rió suavemente, causando un gran revoltijo en el estómago del pelirrojo.

   Por Navidad, tonta Soltó una pequeña risa. Espero te guste.

   Le pasó la pulsera. Renée la sostuvo con cuidado, una enorme sonrisa se extendió por su rostro; era el mejor de los regalos que le habían dado.

   Sé que no es la más cara, ni la más grande o brillante, pero al verla pensé en ti. Esas hermosas piedras pegadas en desorden me hicieron recordar a tu espontaneidad; tu brillante forma de ser se asemeja al lindo color; la sencillez con la que está hecha es similar a tu forma de ser.
Renée, puede que solamente me veas como un simple amigo, pero yo no. Te quiero, y no de la forma en que se quieren los amigos, tú me gustas mucho...

    El pequeño y un poco torpe discurso fue cesado por los labios de Renée, que fueron directo a los de Ron, besándolo suavemente.

   Ninguno de los dos creía lo que estaba sucediendo. Tal vez era un milagro de Navidad. O tal vez no. Puede que su destino sea estar juntos.

Harry Potter » One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora