Cuando nos volvimos a ver

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Ya pasaron varios días desde que Paola y Santiago se vieron por última vez, quedaron en salir juntos nuevamente el sábado. Sin embargo, Santiago no pudo resistir un día más sin saber de Paola, razón por la cual decidió llamarla.

Paola se encontraba en su casa con Susana, su mejor amiga, cuando su celular sonó y, al ver que se trataba de Santiago, decidió contestar inmediatamente:

-Aló

-Hola, Paola. ¿Cómo estás?

-Muy bien Santiago, ¿y tú?

-Bien. Aunque no nos hemos visto desde el martes y extraño tu compañía.

-¡Tienes razón! Deberías venir hoy a mi casa...

Susana, quien estaba escuchando todo lo que Paola le decía a Santiago, exclamó:

-¡Estás loca!

-Shhh -Paola le pidió a Susana que hiciera silencio y continuó hablando por teléfono con Santiago.

-Yo también disfruté mucho de tu compañía, si gustas, puedes venir hoy en la tarde.

-Sí, por supuesto. ¿A qué hora puedo ir?

-A partir de las 5.

-Perfecto. Estaré en tu casa a las 5 en punto.

-Bien, te estaré esperando. Nos vemos.

-Bien, nos vemos en la tarde.

Susana se interesó por saber a quién Paola había invitado a la casa y, una vez que esta colgó la llamada, le preguntó:

-¿Con quién estabas hablando?

-Es una larga historia...

-¿Una larga historia? Cuéntame.

-Está bien. El lunes, mientras caminaba por La Urbina, dos hombres muy extraños estaban en medio de la calle, en ese momento, me detuve y ellos comenzaron a acercarse, yo les dije que no fueran a hacerme daño, pero continuaron aproximándose hacia mí. En ese instante, llegó Santiago, con quien estaba hablando por teléfono, y me defendió, aunque después fue golpeado por los dos hombres, pero no le importó lo que pudieran hacerle solo por defenderme a mí.

-Entiendo, pero si no lo conoces, ¿Por qué lo invitas a tu casa?

-Luego de que fuese golpeado, lo traje aquí para curarle las heridas, le di mi número telefónico y salimos el martes a tomar un café. Fue lo menos que pude hacer por quien salvo mi vida, además, es una persona muy agradable.

-Pero, Paola. ¿Estás escuchándote?

-¿A que te refieres?

-Fuiste a tomar un café con alguien que no conocías y afirmas que es una persona muy agradable. ¿Ya se te olvidó que dijiste que el amor no era para ti y que no volverías a estar con nadie más? -cuestionó Susana.

-Pues no lo sé. Solo lo conozco desde hace algunos días, pero tal vez en un futuro lleguemos a tener algo. La vida da muchas vueltas y por eso ya no me atrevo a decir que el amor no es para mí -argumentó Paola.

-Bueno... En eso tienes razón, la vida da muchas vueltas -respondió Susana dándole la razón a Paola.

Susana y Paola se dispusieron a ver una película y cuando el reloj marcaba las 4 de la tarde Susana se levantó del sofá y decidió marcharse:

-Tengo que irme -dijo Susana.

-¿Te vas? Pero... ¿No vas a esperar que llegue Santiago para conocerlo? -preguntó Paola.

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