En el cine...

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El jueves, luego de que Paola y Santiago conversaron, este se marchó.

El calendario marcaba sábado, era el día que Santiago y Paola quedaron en ir al cine.

A las 2 de la tarde, Paola recibió un mensaje de Santiago que decía:

«Hola, Paola. ¿Cómo estás? :) ¿A qué hora puedo pasar por ti para ir al cine?».

Paola respondió:

«Muy bien Santiago, ¿y tú? :) Como a las 3:30 puedes pasar, ya estoy arreglándome».

«Bien, Paola. Pasaré por ti a las 3:30 Nos vemos ;) ».

«Perfecto ;) ».

Cuando el reloj marcaba las 3:30 Santiago tocó la puerta, Paola abrió.

-Voy a buscar mi cartera y ya vuelvo -le manifestó Paola antes de dirigirse a su habitación a buscar el celular y su cartera, mientras Santiago la esperaba en la sala.

A pesar de que el cielo estaba gris y era muy probable que lloviera, Paola y Santiago decidieron ir al cine, se marcharon en un taxi que los dejó en la entrada de un centro comercial muy reconocido de la ciudad.

Santiago tomó de la mano a Paola y juntos entraron al centro comercial, luego subieron por las escaleras eléctricas hasta llegar al tercer piso, donde se ubicaba el cine, sus sonrisas dejaban al descubierto su felicidad.

Al llegar al cine, Santiago le preguntó a Paola:

-¿Cuál película vamos a ver?

-«Un amor imposible» -respondió Paola tras recordar que hoy en la mañana había leído una reseña de esa película en el periódico.

-Perfecto -le dijo Santiago a Paola antes de dirigirse a la taquilla a comprar las entradas.

Paola esperaba a Santiago frente a la dulcería del cine, donde estaban ubicados unos asientos, ella se sentó en uno.

-Buenas tardes. Me da, por favor, dos entradas para la película «Un amor imposible» -le dijo Santiago a la vendedora que lo atendió en la taquilla.

-¿Para cuál función? -preguntó la vendedora.

-La más próxima.

-La más próxima comienza a las 4:40, es decir, en 10 minutos... ¿Quiere para esa función?

-Sí, esa es perfecta.

Tras comprar las entradas, Santiago se dirigió nuevamente hacia donde estaba Paola.

-¡Tengo las entradas! -le manifestó Santiago a Paola mientras sonreía dulcemente y le mostraba las dos entradas que tenía en su mano derecha.

-¿A qué hora es la función? -quiso saber Paola.

-Dentro de 5 minutos, pero antes de entrar, vamos a comprar unas cotufas, ¿te parece? -le consultó Santiago a Paola mientras guardaba las entradas en el bolsillo derecho de su pantalón.

-Sí, está bien -respondió Paola.

Tras llegar a la dulcería del cine, Santiago pidió unas cotufas, dos doritos y un chocolate Savoy mediano.

¿Algo más? -le preguntó el vendedor a Santiago.

-Sí, me da dos refrescos de...
-Santiago miró a Paola para que le comunicara el sabor del refresco su preferencia.

-Yo quiero Pepsi -manifestó Paola.

-Bien, me da dos Pepsis -le informó Santiago al vendedor tras escuchar la decisión de Paola.

-¿Más nada? -preguntó el vendedor.

-¿Paola, quieres algo más?
-preguntó Santiago.

-No, con eso está bien -replicó Paola dulcemente.

-No, nada más. ¿Cuánto le debo? -le preguntó Santiago al vendedor.

-5.000 bolívares -respondió el vendedor.

Santiago sacó su cartera y, al ver que no contaba con suficiente efectivo, decidió pagar con tarjeta de débito.

Una vez que pagó, Santiago se dirigió junto a Paola a la puerta de la sala 8 del cine, donde les tocaba ver la película.

Santiago sostuvo la bandeja de las cotufas con una mano mientras que con la otra sacaba las entradas del bolsillo derecho de su pantalón para luego entregárselas al personal del cine que se las estaba solicitando para poder pasar a la sala.

El personal del cine, una vez que vio las entradas, les dio luz verde para que pasaran a ver la película.

La película no había comenzado, estaban pasando «trailers» promocionales de otros largometrajes; Santiago y Paola permanecían ansiosos por ver el «filme».

-¿Y cómo supiste de la película?
-le preguntó Santiago a Paola.

-Leí en una reseña del periódico está mañana que era muy buena, está basada en un libro y, como su nombre lo dice, su historia trata de un amor que no se puede dar por diferentes circunstancias, entre ellas diferencias entre las clases sociales.

-Suena interesante...

-Sí, mira ya va a comenzar -le comunicó Paola a Santiago mientras con su mano derecha le señalaba la proyección del cine.

La película por fin había comenzado, trataba de un joven de escasos recursos que vivía en un barrio pobre y tuvo que hacer cosas inimaginables por sacar a sus hermanos adelante y un día conoció a una bella chica, cuya familia tenía mucho dinero y por eso no querían que ellos estuviesen juntos, sin embargo, lucharon por su amor, un amor imposible.

Santiago abrazaba a Paola mientras estaban viendo la película.

Paola y Santiago disfrutaron de la cinta, la cual tuvo una duración de 1 hora y 40 minutos, lo que significa que el reloj ya marcaba las 6 y 20 de la tarde cuando terminó y, además, estaba oscureciendo.

Paola y Santiago salieron del cine e intentaron usar el ascensor para llegar más rápido a la planta baja del centro comercial, pero estaba colapsado de personas, razón por la cual bajaron por las escaleras eléctricas.

Se dirigieron hacia el estacionamiento, pero no había taxis disponibles, a causa de que se aproximaba una tormenta, razón por la cual esperaron unos minutos para luego dirigirse hacia la avenida principal a esperar un medio de transporte que los llevara a sus casas.

Había demasiado ruido, se escuchaban muchas cornetas de carros particulares, cuyos choferes estaban apresurados por llegar a casa antes de que comenzara a llover.

Paola le dijo a Santiago que si quería podían irse caminando, por lo menos hasta que consiguieran un taxi, Santiago estuvo de acuerdo y, tras unos minutos más de espera, procedieron a caminar...

Continuará... Paola todavía no sospecha que Santiago le oculta algo, ¿qué será?

Pronto subiré el capítulo número cuatro, el cual llevará por nombre «Bajo la lluvia».

Una historia original de Néstor Fereira.

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