Narra Nicolas:
La Catedral de San Andrés constituye la catedral más grande del país, es un edificio religioso con gran arquitectura. La sede angelical en Singapur se establece allí. El guardia de seguridad es un querubín y al mostrarle la identificación te daba pase V.I.P. para subir a los Cielos. Por fin sacaron las odiosas escaleras y pusieron un ascensor.
*En la entrada*
-Ahí te voy San Pedro- Le dije a Pedrito, cuando llegué, para molestarlo.
-Tú y tus bromas, que gracioso- saco el libro de visitas.
- ¿Cuándo se van a automatizar? - me miro con una sonrisa.
- Cuando se me de la gana, ¿a qué viniste engendro del demonio? - me pregunto con sarcasmo.
-Tampoco te quedas atrás Pedrito, vine a ver a Raziel- me firmo la placa y me dejo pasar.
-Cuidado con lo que haces, te estamos vigilando- me dijo y se despidió.
Le mostré mi aparato de control sonriendo, me di vuelta y lo maldije. Como si no lo supiera... demasiado misterio para tan poco alboroto.
Llegar hasta donde vivían los Ángeles era tedioso, estaba lejos, o alto, pero qué bueno que tenia permiso de volar ahí dentro o fuera (depende como lo vea).
Raziel vivía en una pequeña cabaña de madera al sur del primer círculo. Era el único que interactuaba con almas humanas o semihumanas o semidemonicas, aparte de que, decidió no vivir en la Residencia Angelical. Lo que mas me gustaba de él era su humildad y que le gustaba el frio.
A llegar toque a la puerta tres veces. Era nuestro timbre secreto.
Me abrió la puerta y me dijo- te estaba esperando, mejor salgamos a caminar- tomo su abrigo y salió, cerrando con llave.
-Razi, ¿Pedro te dijo que venía? Le pregunte, mirándolo desde atrás.
- No, hace mucho que te estaba esperando- me dijo mientras seguía caminando, parecía viejo y cansado.
- Sabes que sos el único que me cae bien y casi confió, eso es un honor, yo soy un Príncipe del Infierno– en realidad lo consideraba como un mentor, un padre, desde que tengo memoria, él me ayudo y me protegió de los demás Ángeles, incluyendo mi hermano mayor.
- Lo sé pequeño, se detuvo y agarro otro camino distinto que el que te lleva al rosedal- la historia que voy a contarte es larga, tan larga como mi existencia, pero para eso debemos irnos muy lejos- agarro una gran rama del suelo para apoyarse mientras iba colina arriba- seguidme- y por unas largas horas se quedó callado.
Cada vez nos alejábamos mas del camino, cuando me di cuenta estábamos en un bosque y paramos en la entrada de una cueva.
Nos adentramos a ella y cuando salimos, no había nada. Solo un gran cielo azul, dos sillas y una mesa.
-Veni sentémonos- me dijo.
- Esto me parece demasiado misterioso, te seguí el juego porque tengo tiempo libre pero no era necesario caminar siete horas para hablar- me senté y me cruce de brazos- si querían matarme no era necesario hacerme caminar tanto-suspire cansado.
- ¿Podes dormir a la noche? - Lo mire perplejo y con detenimiento.
- No, por eso vine a verte, quería saber si sabes algo de mis pesadillas- no se veía nervioso en absoluto, suspiro y siguió hablando.
- Yo te cause esas pesadillas- se acomodo el pelo- yo te devolví esos recuerdos-
- ¿Recuerdos? - me empecé a poner nervioso- yo no recuerdo ser tan cercano a una mujer- le dije enojado- ¿Qué sucede? Dime la verdad- me levante de la silla, la verdad esto no me estaba gustando nada, yo jamás me comportaría así por alguien.
-Cuando te conocí viniste herido de muerte, ¿recuerdas? - me pregunto mirando el cielo azul- te arrastrabas pidiendo ayuda en la entrada del Cielo, un hijo de Lucifer, pidiendo misericordia, "entregaré mi inmortalidad, me uniré al Cielo, pero por favor déjenme verla una vez más"- ¿Cómo dijo?
-La primera parte está bien, yo subí al Cielo porque Padre iba a matarme, no recuerdo el por qué, pero Él me había lastimado, yo no vine por nadie, yo ni a ver a nadie- mi corazón palpitaba como un loco y ahí estaba otra vez, en mi mente, su sonrisa...
"Nicolás, ¿Dónde te escondiste? No llores ..."
"Nicolás si tu hermano te ve comiendo el pan de la cena nos va a castigar"
"Nicolás quieres un poco de carne, la traje del trabajo"
"Nicolás, el cielo esta brillando, Dios nos está mirando"
Me dolía la cabeza, de pronto las lagrimas empezaron a caer, me dolía el pecho, ardía, quemaba. ¿Quién es ella? ¿Cómo se llama?, quiero ver su rostro, no solo su sonrisa.
-Pequeño, ese día te ayudé a entrar al Cielo y te curé, estabas desesperado. Los guardias te golpearon y apuñalaron sin parar, pero la sangre de un Ángel corre por tus venas. Solo Dios podía matarte, pero sufrías, no en lo físico, tu corazón estaba destrozado, pedías a gritos la muerte. Solo tenías 20 años- le caían las lágrimas- no importa lo que digan, tu eres mi niño, te crie y tuve que borrar tus recuerdos, guardé el secreto- su cuerpo empezó a desaparecer, no podía procesar todo lo que me estaba diciendo.
- ¿Raziel que te sucede? - lo agarré de ambos brazos y lo sacudí.
- He roto mi promesa con Dios, desde ahora estas solo- me sonrió y yo trataba de sostenerlo con desesperación- pronto lo que buscas estará frente tuyo-
-No te vayas Raziel, por favor- me arrodille a llorar mientras lo veía irse.
- Hijo mío, busca tu felicidad, el universo esta de tu lado y también las personas que te aman- y así se fue.
- ¡Raziel!...
- No grites engendro- esa voz, quede paralizado por un instante.
-Hijo ven, Razi volverá pronto, lo prometo- empecé a correr por instinto para el lado de la cueva.
Apareció delante de mi -no corras, solo duerme- y todo se puso oscuro.
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Un Ángel Caído
FantasyEn el día de San Juan de Dios, ya hace algunos años, sucedió algo inesperado que hizo temblar los cimientos del Cielo y de la Tierra. Los protagonistas de esta historia ya olvidaron aquel día pero como buenos jugadores, aquellos que manejan los hilo...