1 (continuacion)

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La cápsula 1

- Pues... - su voz fue interrumpida por el sonido de las válvulas de presión que se liberaban dentro de aquella cápsula.

Se podía sentir la ansiedad en todos ellos, el general pasaba fuerte saliva, los chicos no se atrevían a respirar, pasaron unos segundos hasta que se pudo ver el interior de la cápsula.

- ¿una chica? - el joven Moreno y el rubio apenas podían vocalizar, mientras el resto de chicos y chicas estaban tensos observando.

- general, y eso de allí - el joven pelirrojo seguía despreocupado y se acercaba a la cápsula.

- eh, ¿qué? - el general estaba fuera de sí, sin poder dejar de temblar de ansiedad.

- eso, general. - el chico se acercaba hacia la entrada de la cápsula.

- ¡Keith! - el anciano de menos de un metro sesenta trató de sujetar al chico.

- podrías calmarte, sólo... - el chico no pudo acabar la oración dado que fue lanzado atrás como un balón.

- ¡qué demonios! ¡Keith! - el joven Moreno tomó su arma y apunto a la cápsula.

- ¡NO! - el anciano grito tratando de impedir lo obvio.

El joven Moreno también fue rechazado y lanzado atrás en dirección a las rocas.
Todos los demás entraron en pánico cogiendo sus armas del piso o tomándolo de su uniforme, todos apuntaban a la cápsula.

- ¡IDIOTAS! -El anciano gritaba para que parecen, pero cada uno de ellos salía volando más lejos que el anterior.

- demonios... ¡anciano! ¡Anciano! - el joven pelirrojo trataba de gritar aún más fuerte para que lo oigan.

- dejen sus armas inútiles ¡obedezcan! - el anciano ignoraba al pelirrojo y trataba de acercarse a la cápsula calmando a él resto de jóvenes.

- viejo... - el general aún estaba petrificado, sin poder moverse sólo veía al anciano como si fuese la última vez que lo veía y fuesen a despedirse.

- we - dijo mientras señalaba a su alrededor. - friends, amigos ¿me entiendes? ¿Eres Europea o americana? ¿Entiendes este idioma? ¿Estas herida? Somos amigos. ¿Lo entiendes?

Poco a poco se veía a una joven de cabello negro y ojos de un verde muy fuerte asomarse hacia la entrada de aquella cápsula metálica. Parecía desconcertada.
Su expresión cambio al ver a tres chicos aún con sus armas.
El anciano giro y les lanzó una mirada severa, los jóvenes soltaron, en un error, sus armas al piso.
Una de estas disparo al vacío por el impacto y sólo eso basto para cortar la calma de la joven.

- corran. - el anciano que apenas vocalizó sus palabras mientras retrocedía de la mirada severa de la joven.
Los jóvenes uniformados cogieron sus armas con miedo mientras que los que fueron lanzados por los aires regresaban cojeando hasta el resto.

- no pierdan su tiempo atacando ¡corran! ¡Corran IDIOTAS! - el anciano que ya se había alejado y ahora estaba al lado del pelirrojo trataba de alejar a los jóvenes.
En un descuido del anciano uno de los jóvenes disparo hacia la joven.

- ¡IDIOTAS! - el anciano corrió junto a él pelirrojo arrastrando al general que en shock no podía andar. Seguidos del resto de chicos que corrían asustados estos cayeron al piso.

- ¿qué demonios? - el chico pelirrojo golpeaba frente suyo al igual que el resto - atrapados...

- Keith... - el anciano lanzó una mirada hacia el joven y su muñeca simultáneamente.

- claro. - el joven presionando en su brazalete logró salir mientras el resto aún se quedó en ese extraño campo de fuerza.
La joven de cabello negro miro desconcertada al pelirrojo mientras hacía movimientos extraños con su mano.

- lo siento hermosa, eso ya no te funcionará. - el joven que retrocedía rápidamente ahora giraba y corría hacia las rocas.
La joven empezó a perseguirlo lentamente mientras el pelirrojo corría, el anciano y los otros jóvenes continuaban atrapados.
Pasaron unos minutos en silencio y de repente el anciano sólo se levantó y sacudió sus prendas.

- bien, hora de irse. - el anciano presiono su muñeca y simplemente camino hacia afuera rumbo a él auto híbrido. - oh, se me olvidaba esto...
El anciano se acercó a una roca al lado del camino y tomó dos mochilas.

- anciano... - el joven rubio miraba suplicante, tomando una bocanada de aire para darse fuerza continuó - viaje con cuidado... - suspiro una vez más y giro a ver en otra dirección.

- ¿no necesitará ayuda para conducir? - una joven castaña con los ojos llorosos miraba al anciano con una sonrisa.

- estoy bien, gracias - el anciano continuó su camino sin mirarlos nuevamente.

- ¡viejo! - el general grito para llamar su atención. - ¡mi última voluntad es que el niñato soberbio de Braizer no tomé mi puesto! - el general grito mirando al vacío.

- Adiós, ¡cabeza de balón!

- ¡Adiós duende gruñón! - el general grito con una sonrisa vacía mientras el anciano subía al vehículo.
El anciano se quedó frente a la puerta del vehículo observando en silencio frente suyo los escalones que estaban a su altura.

- demonios estos autos de ahora... - tomando aire el anciano giro nuevamente en dirección a los chicos atrapados - Eh mocosos y calvito ¡necesito piernas largas aquí! - el anciano grito hacia los jóvenes mientras sacaba un arma de una de las mochilas.

- atrás, no toquen ningún borde, no quiero estorbos quemados en mi vehículo.

- gracias... - una chica rubia comenzó a llorar mientras que con el resto de jóvenes se abrazaban algo alejados de donde estaban antes, y el general sólo estaba con los brazos cruzados y se acercaba a ellos firme.

- bien... Ahora, esto lo hago por mi bien, no crean que los estoy salvando, no es así. - el anciano tomó una bocanada de aire y apunto el arma hacia ellos.







L.U.C.I.F.E.RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora