IV-La Fête de la Musique

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Habían pasado unas semanas desde la llegada de Ethan a la casa y podía decir con certeza que nos habíamos vuelto amigos. Hablábamos mucho del uno o del otro, principalmente temas triviales, pero a veces si teníamos momentos más íntimos...por así decirlo. Como la noche en que dormimos juntos porque Ethan le tenía pánico a los truenos. Tenía que admitir que esa noche, me había gustado la proximidad con la cual habíamos dormido, su dulce aroma a melocotón y su sedoso cabello...

- Alex...estás fantaseando de nuevo... Era mi tía hablando.

- Perdón tía Sarah, que decías?

- Hoy es día de La Fête de la Musique y quería saber si querían ir a la ciudad a disfrutar de la música. 

- Ahhhh, claro. A Ethan le encanta la música... Miré al rubio que no había dicho palabra. - seguro y nos vamos a divertir mucho, verdad.

- Si. 

Terminamos de desayunar tranquilamente mientras la tía Sarah, hacía los preparativos para ir a París esta tarde. Me encantaba la idea de poder ir allá contigo, sobre todo una noche tan divertida como hoy.

Estábamos caminando por la veranda de la casa, disfrutando la suave brisa de la mañana. Cuando te sentaste en la madera. 

- Te vez muy emocionado por esta tarde. Comentaste.

- Claro que si, tu no lo estás? Pregunte. - O acaso nunca has ido a un festival así?

Negaste suavemente. - Nunca. Es una fiesta de verano y no suelo estar aquí en verano.

-Cierto, lo había olvidado...Normalmente pasas el verano en otro país. Me senté a tu lado. - te encantará...hay conciertos gratis a todos lados. Te va a encantar, más porque te gusta la música.

Sonreíste, sin pensarlo acaricie suavemente un mechón de tu cabello. - me gusta cuando sonríes...Deberías hacerlo más seguido. Volteaste el rostro.

- Deja de decir cosas. Me harás sonrojar.

- Querrás decir que ya estás sonrojado.  Dije riendo.

- ¡No te burles! Exclamaste, escondiendo el rostro. Seguí molestándote por un rato, hasta que note que ya te estaba incomodando.

Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando subí a mi habitación para ducharme y cambiarme, la tía Sarah había dicho que nos iríamos temprano para llegar al centro de la ciudad temprano y poder disfrutar de la tarde un poco

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Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando subí a mi habitación para ducharme y cambiarme, la tía Sarah había dicho que nos iríamos temprano para llegar al centro de la ciudad temprano y poder disfrutar de la tarde un poco.

Había tomado una ducha de agua fría, ya que había sido un día caluroso. Y ahora estaba eligiendo que ropa me iba a poner, opté por un jeans desgastado a nivel de las rodillas y un t-shirt sin mangas negro. Me acerque al espejo para alborotarme el cabello y listo, tome mi teléfono para luego bajar a la sala y esperarlos.

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