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Laura se encontraba cansada, pero feliz. Se había pasado todo el día limpiando el internado, el cual consistía en un edificio de tres pisos junto a un patio trasero, y un sótano.
Los niños la habían ayudado bastante limpiando, lo que la ponía feliz. Se escuchaba alboroto por todo el lugar, ya que los niños andaban jugando al atrápame si puedes.

Ya era hora de cenar. Dallas y Raini seguro que ya habían puesto la mesa. Se escucharon unos metales chocando entre sí, esa era la señal de que la cena estaba lista. Me levante de la cama y ajuste mi vestido. Me puse mis zapatos y cerré la puerta. Ay, me pesan bastante los pies. Por suerte habían instalado un ascensor, ya que Harty había sufrido un accidente, que lo paralizó para estar en silla de ruedas por unos meses.

Me sentía mal por Harty, ya que su sueño era ser corredor. Entre al ascensor, el cual casi siempre estaba vacío. Ya que estos niños siempre quieren andar correteando y haciendo carreras por las escaleras, lo que ocasionó el accidente de Harty. Les dije que tengan mucho cuidado. El ascensor abrió mostrando una sala de bienvenida vacía. Supongo que todos están en el comedor. Fui al comedor para encontrarme a mis cachorros: Jaden, Loren, John, Richard , Terrence y Harty.

Todos miraban sus platos hambrientos. Yo sonreí enternecida. Puse ambas manos a los costados de mi cadera y carraspee mi garganta fuertemente llamando su atención.

- Cachorros solo..¡Arrasen con sus platos! -exclamé sonriente esperando sus reacciones.

Y así se formó lo que podrían llamar desorden. Me causo gracia verlos comer así. La única que se comportaba como una dama, era Loren. Yo carraspee falsamente haciendo que se inmovilizarán, no movían ningún músculo, solo sus cabezas las cuales giraron a verme.

- ¿No están avergonzados de comer así frente a Loren? -pregunte enarcando una ceja mientras enfatizaba Loren.

Ellos voltearon a ver a Loren, la cual se encontraba comiendo con sus cubiertos, como toda una dama. Ellos tomaron sus servilletas y quitaron cada rastro de suciedad. Tomaron con manos temblorosas sus cubiertos y comenzaron a comer como príncipes. Yo sonreí por mi gran trabajo. Loren me miró sonriente mientras yo le guiñaba un ojo y emprendía mi camino hacia la cocina.

Me daba pena por los chicos. Ya que Loren es la única chica, todos están enamorados de ella. No los culpo, Loren es muy linda y amable. Además de que se conocen hace aproximadamente 8 años. Así es, todos mis cachorros tienen 8 años. Por lo que intentan llamar su atención de alguna manera.

Empuje la puerta de la cocina, la cual se abría y se cerraba sola, para encontrarme con mi novio bebiéndose un jugo de naranja.

- ¿Cómo estás cariño? -preguntó Dallas limpiándose los restos de jugo con la manga de su polera.

- Estoy bien, gracias -respondí besando su mejilla, caminando en dirección a mi mejor amiga.

- Hola Rai -la salude dándole un abrazo.

- Hola Lau -me saludo con una voz alegre.

Ella des-amarro sus brazos, los cuales se encontraban cruzados, y correspondió a mi abrazo. No solemos hablar mucho, pero siempre está conmigo cuando la necesito. Dallas, fue mi príncipe azul cuando lo conocí. Llego a el internado porque es huérfano. Ya que tenía nuestra edad, podía ayudarnos siendo Staff.

Llevamos siendo novios por ya 6 meses. Dallas a cambiado un poco, no puedo decir que ha madurado, pero a cambiado. Lo amo y él me ama a mi ¿Qué más puedo pedir?

- Oye Amor, mañana el Señor Wild anunció que vendría un nuevo chico, de 17 años -comentó Dallas abrazándome por la espalda, apoyando su mentón en mi cabeza.

- Hmmm ¿De veras? Tal vez nos sea útil siendo Staff -sugerí apoyando mis manos en la encimera de la cocina.

- Escuche que es un chico rebelde, y que ha estado en varios internados, dicen que si es expulsado de este, lo mandaran a la calle -expulsó Raini luego de estar un par de siglos en silencio.

- Vaya..los chismes son lo tuyo Rai -la elogie sonriente.

- Bueno señoritas, debo ir a ver a los cachorros, de seguro están haciendo un alboroto con la comida -dijo Dallas negando con la cabeza repetidas de veces.

Yo gire los ojos. Se va a llevar una gran sorpresa.

- Iré a leer mis revistas de moda, te veo más tarde -dijo Raini saliendo de la cocina.

Escuche las puertas metálicas del ascensor cerrarse con Raini adentro y bufé cansada. Estoy ansiosa de conocer al nuevo. Espero que todo se lleven bien con el. Sonreí para mis adentros. Hasta que escuche a Dallas gritar:

- ¡Carambolas! -escuche gritar a Dallas.

Reí ruidosamente y salí de la cocina para encontrarme a un Dallas sorprendido. Los cachorros comían como príncipes.

- ¿Q-Qué pasó? -preguntó confundido Dallas.

- La pregunta es quién paso -le dije dándole unas palmaditas en su espalda.

Me encaminé hacia el ascensor con mi orgullo en los cielos, y las puertas metálicas se cerraron justo cuando Dallas salía de su trance. No lo culpo por reaccionar así. Esos niños dejaban un desorden indescriptible. Algunas veces los platos quedaban rotos ¿Y quién era que tenía que recoger todo? Pues Dallas.

Debería agradecérmelo. Lo extraño es ¿Porque no se me ocurrió antes? Las puertas metálicas se abrieron mostrando varias puertas. Cada puerta ocupaba el nombre de su propietario. Eran 11 puertas, y cada uno tenía su propia habitación decorada a su antojo, con un cartel con el nombre del propietario de esta.

Sobraban unas dos puertas. Una que estaba al frente mía, y otra que estaba a un lado de esa. Supongo que el nuevo usará la que está enfrente. Suspiré cansada, mañana será un largo día. Entre a mi habitación y me dispuse a darme un baño. Para después caer en Los brazos de Morfeo.

Hasta las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora