Capítulo 3

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-Hemos hablado mucho de mi madre y de mí, pero apenas de tí.

-Es cierto -me moví en mi asiento-.

-¿Que hay de tu padre? -preguntó-

-Bien... él es mi ejemplo de todo. Toda su vida la pasó conmigo, creo que por eso soy muy pegada a él. Siempre tuve la misma relación que cualquier chica con su madre, sabía si me gustaba un chico, le conté de mi primer beso, de todo. Él sabe todo de mí y cuando se separó de mi madre definitivamente terminó de ocupar su puesto. Mi madre se mudó a otro edificio, al tiempo mi hermano y luego ambos vinieron a trabajar aquí. Él fue como un mejor amigo, madre, padre y hermano a la vez en esos momentos -sonreí, extrañaba a mi padre-.

-¿Y tu madre? ¿Cómo te llevas con ella?

-No habíamos hablado por un año, creo que el primer mes llamó y luego fue como si se hubiese olvidado de mí. Ni un mensaje, ni una llamada, ni una carta, ni un mail.

-¿Sigues enojada con ella?

-Nunca lo he estado, sólo es... dolor -lo miré-. Me dolió pero no estoy enojada con ella por eso -sonreí de lado-. ¿Y tu padre?

-No lo sé. Pero apuesto que ahora mismo en un bar. No tengo relación con él desde los diez años. Hasta esa edad él era mi compañero a pesar de que estuviera ya separado de mi madre. Pero luego él comenzó a alejarse más y más hasta hoy que sólo llama cuando es año nuevo, supongo que no me felicita en mi cumpleaños porque no lo recuerda -rió, aunque sabía que le dolía y que ese era solo un gesto para parecer que él era fuerte y que le era indiferente lo que hiciera su padre, pero podía ver que no era así-.

-Vaya, tú madre es tu compañera y yo no hablo con la mía, mi padre es mi mejor amigo y tú no hablas con él.

-Sí, la diferencia es que tú puedes hablarle cuando quieras y yo a ninguno de los dos a pesar de que me esté muriendo de ganas de hacerlo -rió y luego su cara se transformó cuando vio mi rostro entristecido y mi cabeza a gacha.

-Lo siento, no-no no quise decirlo así. No quise decir eso, yo... -él se apresuró rápidamente a disculparse-.

-Está bien -sonreí levemente aún sin mirarlo-. Es verdad.

-No, no, en serio, lo siento tanto -me tomó de la mano-. No quería decir eso.

-No, pero es verdad -volví a sonreírle pero esta vez lo miré, me había dolido tanto pero ya no me importaba, esas gotas de agua perfectamente azules que tenía como ojos podían arrancar cualquier dolor que sintiera-. Debo irme.

-Te acompaño.

-No, está bien. Es sólo una cuadra -lo miré-. Quédate con él -señalé el paraguas con mi cabeza y él volteó para verlo y luego volvió a mirarme a mí-. Tal vez llueva cuando tengas que volver y... yo no lo usaré.

-¿En serio? -asentí- Espero volver a verte y poder devolvértelo.

-Claro -le sonreí levemente-. Adiós, Jane -miré a su madre inmóvil-. Adiós, Louis -me acerqué a él y de puntitas rodeé su cuerpo con mi brazo-.

-Adiós, Juliette -antes de salir volví a mirarlo y le sonreí, cerrando la puerta no sin antes mirar el número de habitación-.

Volví a caminar por el mismo lugar por el que pasé junto a Louis hacía algo de cuatro horas, habíamos llegado alrededor de las seis de la tarde y ya eran pasadas las diez. A pesar de estar en una habitación, jamás me había aburrido en todo este momento, la había pasado bien aún en la situación en la que estábamos, había reído e incluso llorado, también nos habíamos jugado unas bromas y antes de despedirme él dijo algo que me hirió. Vaya si hacía frío ya a esta hora, tampoco había Sol, sólo una tenue claridad en el cielo. 

I never told you - Louis Tomlinson fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora