_capitulo 37

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Ya pasaron como cuatro semanas básicamente un mes, y mi panza ya se muestra mas a una embarazada normal.

No volví a ver a Derek, ni a Alec y Andrew, básicamente estoy aburrida y si no fuera porque tengo que ir al baño cada una hora a mear estaría en la cama

Las chicas del servició siempre me traían algo de comer pero esta semana mis antojos eran por la noche anterior tuve que bancarme las ganas de comer una hamburguesa completa ya que eran las 2:49 de la mañana

Y ni hablar de que estoy entrando a la desesperación, me ponía histérica porqué ya la ropa que tenia no me entra.

Luego a llorar porque estaba encerrada en esta casa y nadie se preocupaba por mi era tonto pero por lo menos traigan me algo de ropa

Pero para mi desgracia solo puedo usar camisones.

Escuchó como se abre la puerta y entra Camil con un par de bolsas yo me siento despacio ya que levantarme rápido no puedo

Camil estaba como mas tranquilo aunque sus ataques de bipolaridad  siguen

-ten, no tuve mucho tiempo para comprar pero creo que te sirve - dice dejando las bolsas en la punta de la cama ya que como sabrán el no puede acercarse mas porque mi bebe no quiere 

El no dice nada mas y tampoco espera un gracias de mi parte.
Y se va de la habitación me muevo un poco para ver las bolsas que traían

Había diez bolsas de diferentes marcas abro una que traían una blusa suelta gris y unos pantalones cortos pero parecían cómodo y así estuve hasta terminar de ver dos bolsas con marcas de bebe

Camil también le compro ropa a su hija, mis lágrimas comienzan a asomarse por mis ojos ni siquiera sabia porque lloraba

Malditas hormonas...

Veo la primera bolsa y veo como había dos mamelucos de un rosa pálido y uno blanco con capucha que tiene unas orejitas de panda

Abro la otra y traían cosas para la bebe como mamaderas chupetes, baberitos, pañales para recién nacidos, y medias

Dios esto esto muy tierno, cuando estaba doblando para guardarla siento un golpe en mi vientre miró mi panza y levanto la remera y veo como no se si es su mano o algo que se marcaba muy escaso yo sonrió y pongo mi dedo donde algo de su cuerpo apoyaba en mi panza

Era la primera vez que ella daba un golpe

- es la primera señal que no te dejara dormir- esa voz...

𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora