Capitulo 3

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—Kiara, ¡despierta! —Sentí un golpe en mi cabeza, nada delicado, que me hizo reaccionar.

—Te quedas dormida a mitad de la clase y ahora llegaremos tarde a la siguiente, mueve tu trasero y vámonos —dicho eso tomé mis cuadernos y salimos corriendo al salón de química.

Pasamos corriendo y Jeldy tocó la puerta mientras regularizábamos nuestra respiración después de esa pequeña carrera, dos semanas sin realizar actividad física se vieron claramente reflejados en nuestra poca resistencia. El profesor de Química abrió la puerta muy molesto, aunque el siempre lo está, lleva su bata blanca, sus gafas y un bisturí que lo hace ver muy aterrador.

—Señorita Amberstone, señorita Blair, ¿saben que llegan tarde?
—Sí y lo sentimos mucho profesor, es que se nos hizo tarde —dijo Jeldy muy nerviosa.
—¿Puedo saber el por qué de su tardanza?
—Pues, verá...
— Es que había perdido mi lapicera y Amberstone me estaba ayudando a buscarla —dije al ver que Jeldy ya no sabía que decir.
—Ya veo, y se tardaron siete minutos buscándola. —Se acomodó sus lentes. Oh, no, eso no era buena señal—. Pues ahora les doy el resto de los minutos de mi clase hasta la siguiente clase, para que preparen una mejor excusa, ya que a mi clase no entran hoy.

¡Gran primer día!

Dicho eso el profesor cerró la puerta, ambas soltamos un suspiro y nos sentamos recargadas de la pared cuando vimos dos siluetas que se acercaban, no tardamos mucho en descubrir que esas siluetas eran Silver y Kilian, ambos lucían bastante molestos.

—¡Hey, Silver! ¿Qué hacen fuera de clase?
—Un problema con el idiota de Leo —respondió frunciendo el ceño, sin embargo relajó sus facciones— y ustedes, ¿qué hacen aquí afuera?
—Aquí la señorita Blair se quedó dormida y Frankenstein no nos dejó entrar por llegar tarde.

—Pues se salvaron, hoy es lunes y es día de disección y casi siempre son ranas —comentó Silver, haciendo que Jeldy pusiera cara de asco.
—Creí que por ser el primer día de clase después de vacaciones, no haríamos eso —se quejó, algo decepcionada.
—Al loco profesor no le importa eso, Jeldy, él sólo quiere diseccionar —dijo burlón.
—Odio a ese profesor.

Seguimos conversando un rato, pero discretamente miraba de reojo a Evans, quien estaba recostado en los casilleros, viendo su celular. En un abrir y cerrar de ojos, él ya no estaba en los casilleros recostado, estaba caminando hacia el pasillo por donde había venido y Silver lo notó.

— ¡Kilian!, ¿a dónde vas? —preguntó Silver.
—A la cafeteria, ahora vuelvo —contestó sin mucho interés.
—De acuerdo —dijo, para luego seguir conversando con Jeldy.
—Voy a la cafetería, ¿quieren algo? —pregunté, mientras me ponía de pie.
—No, gracias, Kiara —me contestaron mis dos amigos. Aunque la verdad dudo que me hayan prestado atención.

Tomé marcha a la cafetería mientras tarareaba una canción y jugaba a no tocar las líneas del suelo, hasta que choque con algo o "alguien". Kilian estaba frente a mí, viéndome con esos hermosos ojos verde oscuro. Mi distracción y juego infantil hicieron que chocara con la espalda de Evans. Puedo ser estupida, pero tengo suerte.

—Lo siento, iba distraída —me disculpé muy apenada y algo sonrojada.
—No importa —dijo, para luego volver a su camino.
—Evans, yo... yo voy a la cafetería, ¿no quieres algo? —pregunté intentando que mi lengua no se trabara.
—No, yo también voy a la cafetería —contestó y siguió su camino.
—Claro. —Me sentí estúpida, minutos ante el dijo a donde iría.

«Genial, ahora pensara que soy estupida, si es que no lo piensa ya»

Vi cómo se dirigía a la máquina de golosinas, mientras yo iba a la de bebidas. Observé la lista de bebidas y opté por un refresco de limón. Jeldy siempre dice que ese refresco es horrible, ya que pareciera que está echo solamente de limón sin agua, sin algún químico, sin azúcar, sólo el limón, pero a mí me gusta y de hecho es uno de mis favoritos. Coloqué el código y deslicé mi billete para luego escuchar como caía la lata. Me agaché y la agarré, abrí la lata y tomé un sorbo, arrugando la nariz por lo amargo de este, es un extraño placer en el paladar. Di media vuelta sobre mis talones, pero choque con alguien. ¡Vaya suerte la mía, he vuelto a chocar con Evans!

—Disculpa —le dije, mientras seguía mi camino apenada.—Vaya día el mío —murmuro para mí misma.

Caminé por los pasillos y vi el reloj de mi muñeca, faltaban diez minutos para que iniciara la siguiente clase. Iba dándole pequeños sorbos a mi refresco mientras volvía al lugar donde estaba con Silver y Jeldy.

—¡Puaj! Kiara, ¿cómo puedes tomar eso tan... ¡Tan horrible!? —Prácticamente me reprochó, al ver de qué era mi refresco.
—¿Esto? —pregunté mientras movía mi bebida—. A mí me gusta.
—Y al parecer no eres a la única que le gusta —contestó Silver, señalando con la mirada a alguien detrás de mí, Evans, quien venía con el mismo refresco.

Pasaron los minutos y la campana para la siguiente clase sonó, así los cuatro fuimos a nuestras respectivas clases.

Terminadas ya las primeras tres clases, fui junto con Jeldy a la cafetería, ya que era nuestro tiempo de receso. Tomamos nuestras bandejas y comida, yo opté por una hamburguesa, un pequeño pastel y té, Jeldy escogió una ensalada y una botella de agua.

— Kiara, mi mamá me dijo que te preguntara si te gustaría ir a cenar hoy a casa, preparará espagueti con albóndigas.

—Claro, sólo deja que le pregunte a Elieen —no puedo resistirme, las albóndigas de sus madre son deliciosas.

—¡Pues avísale ya! —me gritó.

—Voy, voy.

Saqué mi celular y le envié un mensaje a Elieen sobre la invitación de la madre de Jeldy, esta no tardó mucho en contestar.

— Dice que sí.

—¡Sí! Así podré contarte algo. —Al decir eso, pude ver que se sonrojó. ¿Qué querría contarme?

—Está bien... vamos a buscar una mesa.

Fuimos a buscar una mesa vacía para poder comer tranquilas, pero todas ya estaban llenas. Hasta que Jeldy vio a Silver junto con Kilian en una mesa, me tomó del brazo y me jaló hasta donde se encontraban los chicos sin darme tiempo de protestar o huir.

—¿Podemos? —preguntó Jeldy, haciendo que ambos nos vieran.
—Claro, igual aunque me hubiera negado te hubieras sentado —contestó Silver, en tono burlón.
—Me ofendes, ¿de qué hablan? —preguntó Jeldy.
—Del juego del viernes —respondió Silver.
—¿Podemos ir?
— Claro, necesitamos animadoras personales —respondió sonriente Silver.
— ¿Animadoras? No, no, eso ya quedó en el pasado, pero Kiara estará encantada, ¿no Kiara?
—Estás loca.
—Tranquila que yo te enseño todo lo que debes saber.
—No. —volví a negar y todo reímos, excepto Evans que había pasado su atención al teléfono.

Silver y Evans, al igual que Thiago otro de mis mejores amigos, son jugadores del equipo de básquetbol de la escuela, aún que Thiago también juega a fuera de la escuela. Silver se hizo amigo de Evans gracias a que ambos son los mejores del equipo, pero actualmente son vecinos. Jeldy, hace un año era animadora, sin embargo una serie de problemas con Kata la chica más "guapa y popular de la escuela", novia de Leo el capitán de equipo de futbol hizo que renunció al equipo. Leo es lo que se llama "ir de mal en peor", en el jardín de niño molestaba demasiado, siempre acosando a los demás, conforme fue creciendo fue mejorando su aspecto físico haciendo que varias chicas con las hormonas alborotadas murieran por él, eso hizo que su ego aumentar. Kata fue un chica que sin duda llamo a la atención de todos, rubia, ojos claros, cuerpo escultural, animadora y sin cerebro, el sueño de muchos. Es un lastima que la mayoría de sus "atributos sean falsos. De ahí el problema con Jeldy, la vio como una amenaza, Jeldy siempre fue buena en gimnasia lo que la hacia una de las mejores incluso pensaban ponerla de capitana, a Kata no le pareció nada bien, armo un serie de problemas que hicieron que la poca paciencia de mi amiga se agotará y al final renunciará. Yo en cambio soy pésima en las destrezas deportivas.

Las clases ya habían acabado y estaba junto con Jeldy, esperando a su madre para ir a su casa. Conozco a la familia de Jeldy desde muy pequeña, el padre de Jeldy es la mano derecha de mi padre, prácticamente nos criamos como hermanas. Como mis padres siempre trabajaban, Nana me cuidaba pero aveces iba a casa de mi mejor amiga . Los Amberstone son como mi segunda familia, la madre de Jeldy, la señora Rosaly, es muy dulce y amable, sus hermanos menores, Anabeth de seis y Thomas de siete, son unos pequeños traviesos a los que también quiero mucho. Ellos siempre me han brindado su apoyo. Son personas muy buenas a las que les agradezco muchas cosas.


💙💙❤️❤️

Una pasión del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora