Capitulo 5

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Al terminar la cena, fuimos nuevamente a la habitación de Jeldy para seguir conversando de cosas triviales, el sol ya empezaba a ocultarse y Elieen me había mandado un mensaje para decirme qué pasaría por mí en diez minutos.

—Elieen viene por mí —le informé a mi amiga, quién me reprochó.
—Quédate, por favor —me rogó.

—Lo siento, pero hoy llegaran mamá y papá temprano, y tú sabes que eso no es normal, así que será mejor que vaya —le expliqué. Mis padres casi nunca llegan juntos a casa, mucho menos temprano, y eso me preocupaba.

—Está bien —dijo con resignación.
—Entonces, ¿por qué no le has dicho a Silver sobre lo de Erick? —pregunte cambiando de tema.
—Quería decírtelo primero a ti, además, Erick se lo quiere decir, con eso de que Silver es como nuestro hermano.
—Entiendo. Vamos, tengo que despedirme de tu mamá y hermanos.

Ambas fuimos a la planta baja, en donde se encontraba la señora Amberstone peinando a la pequeña Ana, me acerqué y me despedí de ella con un fuerte abrazo. Al abrazarla, sentí tristeza y envidia... jamás he recibido un abrazo así de mis padres, a veces envidio la bonita familia de Jeldy y aunque envidiar es malo no puedo evitarlo daría todo por tener una familia así.

—Fue un gusto volver a tenerte aquí querida, espero  verte  aquí muy pronto —dijo dulcemente deshaciendo el abrazo.

—Muchas gracias, señora Amberstone y no se preocupe puede que muy pronto vuelva a venir. —Sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, era un mensaje de Elieen de que ya estaba afuera—. Ya debo irme. Nuevamente gracias, adiós Ana, adiós Tom.

—Adiós Kiara —contestaron los pequeños Amberstone.

Volví a despedirme de Jeldy y su madre, salí de su casa y vi el auto de mi hermana estacionado enfrente, la saludé y caminé  hacia ella, pero no sin antes escuchar un "nos vemos en la escuela" de mi mejor amiga.

—¿Qué tal la cena?  —me preguntó cuando ya estaba dentro del auto.

—Bien la señora Rosaly es muy amable —respondí.

—Mamá y papá están esperándonos. —Al decir eso, su semblante cambió a uno más frío.

—Eso no es normal

El camino fue silencioso a excepción de la música de la radio y afuera se podía ver cómo las nubes lloraban y las pocas estrellas del cielo  brillaban. En momentos así, empiezas a pensar sobre la vida, el futuro, pasado, presente y el destino. Dicen que cada persona nace por una razón, yo sigo buscando la mía. Que la vida te golpea pero no te mata, pero la vida me ha dado unos golpes que me hacen creer que ya no podré seguir.

Mis padres nunca están en casa, mis hermanos ya son personas adultas y en algún momento sé que los perderé. Mis decisiones para muchos son infantiles. En mi familia, soy la infantil e inmadura, a mí no me molestaría serlo. Sé que no soy infantil e inmadura, es sólo que yo veo las cosas de manera diferente y manejo las cosas de manera distinta. No veo lo malo en eso, pero para mi familia, eso está mal al tener diecisiete años.

—Kiara, ¿qué pasa? Estás muy callada y pensativa. —La pregunta de mi hermana me sacó de mis deprimentes pensamientos.

—En lo aburrido que será volver a levantarse temprano —contesté, mostrándole una sonrisa.

—Bueno, pero será mejor que te empieces  a acostumbrar nuevamente, porque si no, Wes será quien te vaya a despertar junto con un balde de agua y hielo sabes que no es delicado.

—Tienes razón —contesté, ampliando mi sonrisa.

Ya estábamos en casa y Elieen estacionó el auto en el garaje.

Saqué mi mochila y fui a la cocina a ver qué había de beber, pero no sin antes lanzar mi mochila en el sofá de la sala, abrí el congelador y saqué un gatorade rojo. Al salir al comedor, vi a mis  padres y a Wes con una cara de pocos amigos. Esto definitivamente no es normal, sentí que mis piernas temblaban y un escalofrío corrió mi cuerpo. Vi que Elieen ya estaba en el comedor sentada, tomé valor y  me acerqué, con el fin de sólo saludar e irme, mala idea.

—Hija, siéntate tenemos que hablar. —La voz de mi padre me estremeció, sin embargo obedezco y tomo asiento junto a mi hermano.

—¿De qué quieres hablar, padre? —pregunté, disimulando mi nerviosismo.

—Sí, ¿de qué quieren hablar, "queridos" padres? —El sarcasmo de Wes estaba lleno de odio y rencor.

—Wes —le reprochó Elieen, pero este sólo bufó.

—Queremos hablar sobre el futuro de las empresas y las responsabilidades que tendrán con ellas.

—¡Ay, por Dios! Siempre es lo mismo con ustedes malditos viejos, ya les dijimos que no estamos interesados en ello —gritó Wes, golpeando la mesa, lo que me asustó un poco— Sus empresas pueden metérselas por el...

—¡Wes! ¡Respeta a tus padres! —le gritó mi padre, molesto, pero luego continuó—. Eso no es decisión suya. Su madre y yo hemos tomado la decisión. Kiara, tú serás la heredera de las empresas de vino de la familia Blair.

Estaba en shock, inmóvil, estática, no sabía qué decir o qué contestar. Mis hermanos estaban tan sorprendidos como yo, ¿cómo se atrevían a tomar decisiones por mí, si nunca han estado presentes en mi vida? Sentí una mezcla enorme de rabia y frustración, mis manos estaban completamente frías.

—¿Por qué... yo? —Mi voz salió casi inaudible.
—Porqué nosotros lo decretamos.
—Pero ese no es lo que yo quiero hacer en un futuro, yo quiero ser una gran pianista, viajar por el mundo, ser...libre.
—Estás hablando como una niña pequeña, Kiara, ya tienes diecisiete años, piensa como tal, no puedes desperdiciar tu futuro en algo tan infantil. Ser pianista no te dará un futuro.

—¡Claro que sí lo dará! Hay personas que llegan a reconocer tu trabajo y te ayudan a tener conciertos, puedo llegar hacer giras mundiales y ser más reconocida, mi más grande sueño es ser pianista  —le grité a mi padre, levantándome de la silla al ver que con sus palabras intentaba destruir mis sueños—. Yo puedo hacerlo y jamás, ¡jamás! —grite recalcando lo ultimo— Desperdiciaría mi futuro en una empresa.

—Pero tú no decides eso Desde un principio nos desobedeciste hiendo a esa escuela de música cuando te lo prohibimos, ahora no permitiremos que desperdicies tu futuro en algo que no te ofrece nada  y que ni siquiera es una carrera, deberías agradecernos.

—Claro que sí, ademas ¡es mi vida! —grité golpeado la mesa.

—¡Pero yo te la otorgué! —dijo mi padre levantándose de la mesa— hoy no tengo ganas de discutir —vuelve a tomar asiento y acomoda su corbata— Bien, hagamos esto, quiero que me des una prueba de que serás exitosa como pianista antes de Navidad u obligatoriamente serás la hereda y encargada de las empresas y te olvidas de esa tonterías de la música para siempre. ¿Te quedó claro?

—Bien —dije decidida, pero por dentro estaba muy asustada, mientras mis hermanos están muy sorprendidos por la discusión—  te demostrare  lo equivocado que estas, "padre"

Todos estaban sorprendidos,nunca había alzado la voz de esa manera. Elieen se levantó, se acercó a mí y me abrazó por la espalda.

—Vamos, tienes que dormir, no debes alterarte. —El susurro de mi hermana me tranquilizó.

—Permiso —dije, para luego ir ambas a mi habitación dejando a mis padres muy molestos, especial mente mi madre, quien me miraba con mucho enojo.

Una pasión del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora