Capitulo 1

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2 años antes...

Después de una tarde llena de hojas por aquí y por allá, y que el reloj marque las 2 y 45 de la madrugada, aun no podía conciliar el sueño, y no ayudaba de mucho eso de mirar el techo (y darte cuenta que no tienes idea de qué color esta por la obscuridad) y  tener a alguien en tu mismo cuarto y no poder despertarlo y decir: “no puedo dormir, podría dormir contigo”, por más gay que fuera , ni estando loca haría o diría tal cosa

-Lara ¿estás dormida?- dijo Carter, mi mejor amigo, lo mejor de todo es que ¡es gay!

-No, estoy pensando en qué lugar podemos irnos, tengo dos opciones- lo admito mi techo es hipnotizante, aun lo seguía mirando

-Lara, es muy tarde como para pensar en eso- me dijo el

-¿No quieres saber que sitios me gustaría?- le pregunte, esta vez despegando mi mirada del tan hipnotizante techo, y levantándome de la cama, aproximándome “peligrosamente” como diría el.

-¡Joder Lara!- grito el, al darse cuenta de mi cercanía- me has dado un buen susto- el al igual que yo, nos sentamos en su cama y prendió la lámpara que estaba en su velador, bueno en nuestro velador

-Perdón, no ha sido mi intensión, pero es que eres un desconsiderado, no quieres saber que sitios quiero, o ¿acaso tienes unos tú?

-Bueno, no, pero- hizo una pausa y bostezo- está bien Lara, ¿Cuáles son tus opciones?- me pregunto resignado

-Pues España o Italia- la verdad es que ambos necesitábamos estas vacaciones, igual ya era el clásico y típico “viaje de fin de año”, los papas de Carter están muy emocionados, al igual que nosotros, pero esta semana ha sido la más cansada de todas.

-¡Vaya!, niña de buenos gustos- se bufó de mi- pero prefiero Italia

-Italia…-estaba sopesando la idea de ir a ese país, instintivamente baje la mirada, era imposible no hacerlo, y es obvio, ¿Quién quisiera ir al lugar donde tu madre nació y murió?, pues yo no.

-Joder, Lara, no ha sido mi intensión, son las altas horas de la madrugada que me han hecho decir estupideces, no…-coloque una mano en su boca, para que así deje de dar sus disculpas, que por cierto las odio

-Basta Carter, se te salió y ya, no pasa, nada- decía mientras regresaba a mi cama.

Esa noche, solo soñaba con el entierro de mi mamá, de todos los típicos lamentos de las personas: “era una buena persona”, “cuenta con nosotros en lo que necesites” y muchas mierdas más.

Me desperté antes que el despertador hiciera su labor, no tuve una buena noche, y sinceramente aun me sentía rara por lo que dijo Carter, ¿porque rayos las personas se disculpan por algo que no tuvieron la intención de hacerlo?, ¿acaso no se dan cuenta que la cagan más o qué? En fin, a cada instante que cerraba mis ojos, tenía la imagen de mi madre en su ataúd, así que hasta esa “ducha relajante” fue peor, no niego que se me salieron algunas lágrimas, tampoco soy de piedra. La Sra. Smith, la mamá de Carter, nos llamó para el desayuno, y no fue más que un incómodo silencio, al igual que todo el camino hacia el colegio. Llegamos a los casilleros y cada quien cogió lo necesario para las siguientes horas de clase. Nos dirigimos a clases solo con mono y bisílabos. En fin, llegamos al salón antes que el profesor, era entrega de las últimas pruebas que necesitábamos para graduarnos, los nervios me comían, hacían que todo mi sistema nervioso se note, ¡me temblaban cosas que pensé que nunca temblarían!

-Bien alumnos, sabemos todo el esfuerzo que han hecho durante esta larga y estresante semana, quiero decir que hay muchos alumnos que se destacan por sus altas calificaciones, antes de que prosiga con la entrega de exámenes, quiero que sepan que esta ha sido una buena generación, sin más, les deseo mucha suerte en su futuro, para los que se gradúen.- justo en ese instante, sentí el ardor en mis dedos, ¡me estaba devorando mis uñas! El profesor comenzó a repartir los exámenes, veía muchas caras tristes, otras llenas de felicidad.

Look After MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora