Tu y yo...

522 32 0
                                    

Cuando la hipocresía va más allá de lo real se convierte en ridiculez...

Las manos me sudan, ¿porque? si hablar con ella era lo que deseo, giro lentamente la perilla y abrió la puerta de la habitación, el sol iluminaba de lleno ese lugar, había una ventana en la que se encontraba Kodachi, mirando hacia el patio, cuando escucho que alguien entraba solo la miro por unos segundos y continúo observando el jardín.

Nabiki se acercó lentamente a ella, miro a sus alrededor, todo estaba perfectamente acomodado.

-Kodachi, tenemos que hablar –Dijo la mediana de las Tendo en un tono muy seguro.

-¿yo? ¿Qué tengo que hablar contigo? –su voz era tranquila, pero ni siquiera giro para verla de nuevo.

-Yo sé muy bien lo que estás haciendo –su tono cambio, ahora se notaba su enojo.

-Claro, mirando hacia el patio –su sarcasmo le saco una leve sonrisa y se giró para ver a Nabiki –Solo dime que Kuno te ha botado y déjeme en paz.

-No te hagas la estúpida, ustedes fueron tan tontos como para cometer errores y por eso sé que fuiste tú –apretaba sus puños.

-Aquí la única estúpida eres tú, vienes y pretendes culparme de algo que no hice –se acercó a ella con una mirada amenazante –No eres más que una zorra arrastrada, buscando la fortuna de nosotros.

-Esa fortuna es la que te ha delatado –Nabiki no retrocedió y la miro de la misma manera –Yo sé que tú fuiste y pagaras por esto –Sonrió un poco.

-Yo ni siquiera me he metido con tu estúpida hermana, aunque debo admitir que nunca debieron casarse y tú nunca debiste poner los ojos en mi hermano jojojojo –comenzó a empujar a Nabiki hacia afuera de la habitación, mientras reía de una manera muy sádica.

-Pobre niña tonta – comenzó a retroceder pero con una sonrisa triunfante.

El guardia de seguridad llego a la habitación, junto con dos enfermeros que tomaron a la rosa negra y le inyectaron algo, inmediatamente ella se tranquilizó, el guardia jalo del brazo a Nabiki y con gran fuerza la saco del lugar.

-¡Suélteme! yo puedo sola –forcejeo un poco con el guardia.

-Me dieron ordenes de sacarla del lugar, no regrese –no la soltó y la arrojo afuera de la clínica.

Nabiki se sobo el brazo, tenía una marca morada en él, algo le extraño, miro la hora y no habían pasado ni 10 minutos y lo más importante ella misma se delato. Camino por un tiempo y agarro su celular, marco el número de su casa.

-¿Kasumi? –pregunto Nabiki

-Si hermana ¿Dónde estás? –su voz era un poco intranquila

-Afuera de la clínica, estoy caminando y pienso tomar un taxi directo a la casa –la voz de Nabiki era tranquila –debo decirte que ahora no hay duda, ella está molestando a Akane, solo queda averiguar ¿Quién la está apoyando?

-Ahora solo enfócate en llegar bien a la casa, te espero, cuídate mucho y no tardes.

-Si Kasumi, ahora mismo voy en el taxi –colgó y dio la dirección al taxista.

El dolor en pecho de Akane aumento e incluso comenzó a formarse un nudo en su garganta.

-Pero está bien, lo acepte, decidí ser su mejor amigo y también su protector –dijo Ryoga un poco triste.

Akane no dejaba de ver a su amigo, pero a pesar de todo lo que estaba experimentando no lo soltó, aunque sus manos parecían sudar a amares.

-Por eso hoy quiero decirlo, Akane yo te amé desde que te vi y...

Desde antes de nacer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora