Una Tal.

Eres una...

Había pasado ya más de una semana desde aquella cita con Chikane y no se había vuelto a acercar a Himeko, posiblemente ya le daba pena estar con gente pobre. Incluso cuando se la encontraba de frente, parecía ignorarla y pasaba de largo.

Pero ya por fin mañana Himeko le podría dar la chaqueta y dejaría de pensar en ella, lo haría.

Al día siguiente Himeko llegó esperando ver a Chikane en la entrada del Instituto, la vio llegar junto con Setsuna, aquella mujer que siempre la hacía sentir menos, se les veía contentas.

-Chikane, tengo algo que darte.- Observó aquella sonrisa de altanería de parte de Setsuna y notó la incomodidad de Chikane.

-Claro.

Chikane camino hacia Himeko la cual estaba lo suficientemente apartada de Setsuna.

-Aquí tienes, la chaqueta.- Decía mientras sacaba una bolsa de su mochila.

-Puedes quedártela.

-¿Cómo? Tú me la exigías.

-Solo estaba jugando.- Rodó los ojos.- Nunca se estropeó, solo se le cayó jugó y nada más.

-¿Y la salida? Me forzaste a ir contigo.

-Nunca lo hice.

-Eres igual a todas.

-Sí, supongo que sí.- Chikane logró ver aquellas lágrimas en los ojos amatistas de Himeko.

Himeko tiró la bolsa y se alejó de Chikane, probablemente era obra de Setsuna, quizá ellas habían planeado aquello junto con Kuu y Miyako.

-No entiendo porque me odian.

-Porque eres inteligente.

-Chikane había dicho eso, ahora no estoy muy segura de ello.

La semana había transcurrido normalmente, en el salón evitaba tener cualquier tipo de contacto con Chikane, cuando su grupito pasaba por donde la banca de Himeko, comenzaban a reírse.

-En esta parte del libro, los mandaré a hacer trabajo de campo, pasarán conmigo para que les diga quién será su compañero de equipo.- Todos observaron al maestro escribiendo y borrando, empezó a hablar y a armar equipos, paso Setsuna, seguida de Miyako y luego Kyoshiro. Escucho en el momento que Chikane paso y le lanzó una mirada, ¿Qué tramaba?

A ella el maestro no le hablo, solo esperaba que no la hubiera emparejado con alguien que no quisiera hacer el trabajo. Tendría que hacerlo ella sola, esperaba que Makoto tuviera más suerte.

-Bien, todos los equipos ya están armados, a los que no llamé, esperen a que su compañero se les acerqué, él ya tiene el tema a tratar.- Escucharon la campana, el fin de clases y el fin del día.

Himeko salió sola, Mako se quedó ya que su compañero de equipo, Ryosuke se había acercado a ella. Escucho pasos atrás de ella, probablemente era su compañero, volteó y se encontró con Chikane; no tomándole importancia siguió caminando hasta que sintió que la detenían del brazo.

-Espera Himeko.

-¿Ahora qué quieres?

-El maestro decidió que tú y yo trabajáremos juntas.

-¿Qué?- Himeko volteó, sorprendida, no podía ser cierto. Los astros no podían estar en su contra.- ¿Estas de broma?

-Me temo que no.

-Está bien, yo haré el trabajo y antes de presentarlo te enseñaré lo que debes decir.

-Yo ayudaré.