Una Tal.

Primer día de clases.

Otro año más, otro día más en ese colegio en el cual pudo entrar gracias a una beca otorgada por el Gobierno de Sapporo. Sabía que ese año sería más complicado que cualquier otro, pues era el último, por fin lograría sus sueños junto con su amiga Saotome Makoto. Ansiaba graduarse y no tener que estar aguantando a toda esa gente creída y millonaria que la hacían sentir menos por estar con beca.

-¿Has escuchado?

-Perdón, estaba pensando en otra cosa, ¿Qué decías?

-Este año un Himemiya cursara con nosotros.- Nota el desconcierto de su amiga.- Es una de las familias multimillonarias del mundo, tiene propiedades en toda la extensión territorial.

-¿Cómo?

-Miya World Tower, Miya Hotel Las Vegas, Miya Ocean Club International Hotel y Tower, una serie de hoteles Miya en varias ciudades y también son dueños de antiguos casinos, tiene un hotel nuevo en la Isla Palmera de Dubái, actualmente están construyendo una Miya Place.

-Interesante, otra niña altanera con quien lidiar. ¿Cómo es que le conoces tanto?

-Estudio cada uno de los millonarios, tú no sabes para quien podrías llegar a trabajar.

Himeko era la persona menos interesada en trabajar con familias de sus futuros ex-compañeros. Sabía que tenía cualidades la cual le permitirían conseguir trabajo en el lugar que ella quisiera.

La primera semana había transcurrido con normalidad, hasta que el viernes Himeko había tirado accidentalmente jugo en la chaqueta de Himemiya.

Tan solo verle la cara, le hizo sentir inferior, tuvo una sensación nunca antes conocida. Tuvo también pánico.

-Puedo ayudarte a limpiar.- Se había ofrecido a limpiar los rastros de jugo.

-Gracias, puedo sola.- Contestó.

Vio como aquella mujer de tez nívea y cabello negroazulado se iba al baño.

-Es genial.

-Demasiado genial, ¿Sabes lo que podría hacerte? Seguro que esa chaqueta vale más dinero que lo que gana tu padre en un año.

-Probablemente dos años. Ahora tendré una enemiga potencial.

-Chikane no es así, es diferente a todas las ricachonas.- Argumento Makoto.

-¿En cuanto a qué?

-No es vengativa, bueno... tal vez, pero ese es un accidente, un mal pequeño, no te hará nada.

Había pasado el fin de semana más rápido de lo que Himeko hubiese querido, mientras iba entrando al colegio vio como el auto de Himemiya se detenía en la entrada, la vio deslizarse del asiento de cuero. Tenía que irse o muy probablemente le intentaría buscar pelea y ella lo menos que quería era causar problemas. Ahora solo esperaba que ella no sobornara al director para que la sacaran de ahí.

Himeko camino con paso firme, faltaban solo dos salones y podría sentirse segura, se sentaría en su pupitre a lado de su mejor amiga.

-Tengo la sensación que huyes de mí, ¿Estoy en lo cierto?

Himeko volteó y se sorprendió al verla, una pregunta altanera como esperaba pero por lo menos no la insulto.

-No, yo jamás huyó de nadie.

-Mi chaqueta se estropeó gracias a tu jugo, ¿Cómo piensas reponérmela?

-¿Estas de broma?

-No, estoy hablando muy seriamente.