Había pasado una semana desde aquella petición de Himeko hacía Chikane, su relación había dado un cambio drástico. Himeko impuso reglas y Chikane las aceptó, porque sabía que para Himeko esto, de salir con una mujer, era completamente nuevo.
En la escuela apenas se dirigían la palabra, Chikane tenía que aguantarse las ganas de acercársele y besarle. En cuanto Himeko tenía que reprimir aquellos sentimientos nuevos: Celos. Detestaba ver a Setsuna cerca de Chikane, y también a muchas otras.
Pero para Himeko, ellas no tenían suficiente peso, Chikane la quería a ella y Himeko con eso estaba feliz. Sabía que Chikane se había vuelto adicta a Himeko, cada que salían, ella se abalanzaba para besarla y Himeko no oponía resistencia. Descubrir aquel nuevo mundo le estaba agradando y más si era al lado de esa mujer, esa mujer que con solo mirarla la hipnotizaba. Si alguien en el pasado le hubiera dicho que se enamoraría de una mujer, lo hubiera tachado de loco, jamás se lo creería.
-¿Himeko?- Hizo ademán con las manos, enfrente de esos ojos amatistas para que le hicieran caso.- ¡Himeko!- Grito ahora.
- Disculpa Mako-chan, últimamente he estado más cansada de lo habitual.
- El trabajo te consume por completo, ¿Sabías? Debes dejarlo.
- Necesito el dinero, no quiero ser tanta carga para mis padres.
- Yo sé que te preocupas por ellos, pero, ahora tú estás estudiado.
- Y yo puedo.
- También con tu nueva conquista.
- ¿Conquista? ¿De qué hablas?
- ¿Por qué no me lo habías dicho?- Pregunto y dio un mordisco a su sándwich.
- No sé de qué hablas.
- Se te ve en la cara, ese brillo de que tienes a alguien especial, ¿Quién es?
- No hay nadie, ya regreso.- Se levantó y se dirigió al baño, necesitaba mojarse la cara para poder despertar un poco y también, para dejar de pensar en Chikane.
Entró y se dio cuenta que el baño estaba completamente solo, así que entró en un cubículo, salió, abrió el grifo y se lavó las manos, también la cara.
- Parece que he muerto y estoy en el cielo, porque creo ver un ángel.
A Himeko se le erizo el vello, siempre que Chikane le decía algo así, lograba hacerla temblar.- Estas tonta.- Dijo dándose vuelta para ver a Chikane a los ojos.
- Y es que tú eres la culpable.- Y la besó. En cuanto termino el beso, Chikane guío de nuevo a un cubículo a Himeko y se encerraron.
Chikane recargo a Himeko en la pared y empezó a devorarla, bajo por su cuello dando besos suaves. Mientras que sus manos recorrían su cuerpo y Himeko a su vez, se apretaba más contra Chikane. Himeko se tensó al sentir como la mano de Chikane se colaba por su pantalón, intentando llegar a su zona más íntima.
- Para.- Ordenó y escucho gruñir a Chikane.- Nos van a descubrir.- Le espetó.
Chikane se detuvo a regañadientes, no sin antes mirar fijamente a Himeko, ambas estaban acaloradas, ambas ansiaban más.
Primero salió Himeko, volvió a mojarse la cara y esta vez también se mojó un poco el cuello, regreso con Makoto. Pero su amiga la conocía demasiado bien.
- ¿A qué fuiste al baño?
- ¿A qué vas tú? Supongo que vamos a lo mismo.
- Andas muy agresiva.- Makoto miró discretamente hacia el baño y vio salir a Chikane.- ¿Está saliendo con Himemiya?-Pensó. Luego vio a Setsuna llegar hacia a ella.- Solo estoy alucinando.
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Una Tal.
RomansaSabía que era la chica nueva, pero también sabía que tenía gran influencia, ¿Cómo lidiaria con ella? Simplemente no soportaba tener a gente hipócrita cerca y justamente ella lo era en todo su esplendor. No, ella no podía sentir nada especial.