Capítulo 7

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Eran más o menos las 6 p.m. La tormenta aun no paraba, truenos y relámpagos salían ni cesar, era una buena tarde-noche para ver una película con palomitas. No había nadie en casa, mis padres habían salido de compras, ellos son los únicos que se les ocurre salir con esta tormenta.

Puse en el microondas un paquete de palomitas mientras yo ponía en mi televisión Netflix. Claro, tenía que ver una de película de miedo, era el ambiente perfecto.

-¿Cuál pondré?- decía mientras cambiaba.

Cuando cambiaba de película a ver cual de todas me llamaba la atención se escucha un pitido en la cocina, ¡eran las palomitas!

-Vaya susto me di - digo mientras voy por ellas en la cocina.

Mientras las voy colocando en un plato las palomitas, las luces empiezan a parpadear. Mi vista de nuevo se vuelve a nublar. Me tallé los ojos para ya poder ver un poco mejor. La luz dejó de parpadear, pero al fondo de la sala se encontraba teddy.

El se suponía que aun debería de estar en la repisa justo arriba del comedor. Quite por un momento la mirada de teddy para ir a buscar alguna salsa que le pueda agregar a mis palomitas. Agarré la salsa y fui directamente para el plato donde se encontraba mi bocadillo, agarré el plato y al levantar la mirada estaba ese demonio frente a mi cara solté el plato y salí corriendo por el pasillo, lo cual fue inútil porque el era más rápido que yo. Me agarró de los pies que hizo que cayera al suelo, no se para donde me llevaba, pero gracias al cielo mis padres llegaron y ese demonio desapareció.

Mis padres me encontraron tirada en el suelo llorando mientras yo decía el muñeco y lo señalaba. Y justo en aun lado del muñeco se encontraba una mancha de una mano pintada con sangre, pero no era una mano común como la de un humano, era mucho más grande y en la parte de donde estaban las uñas había un rasguño. Como si un oso hubiera aruñado su pared.

Mis padres me habían preguntado que había pasado, porque estaban esos rasguños, ah y por que estaba tirada.

Yo levante la mirada, y les dije:

-El muñeco...- lo señalaba mientras mi mano temblaba. Ellos pensaban que me estaba volviendo loca, pero no yo sabía que era el, que era el demonio!

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