Marvel Imaginas

065 - Tony

Tony Stark
a.k.a Iron Man     

- No sé cómo terminé contigo, ¡no eres más que una niña!

Aquello fue una punzada a tu pecho.

-¡Vete a la mierda Stark!

-¡Ahí está! ¿Que más falta? ¡Que salgas corriendo y cierres la puerta fuertemente! Eres una inmadura.

-¿Ah si? ¿Entonces que mierda haces conmigo? Terminemos con esto de una vez.

-¡Bien!

-¡Perfecto! Ahora dejame salir dramáticamente de aquí. ¡Espero que encuentres una mujer apta para tu grado de madurez!

-¡Cualquiera será mejor que tú! -lo miras por última vez, ambos con lágrimas picando en sus ojos.

Caminas fuera de la habitación tapando tu boca para evitar cualquier sollozo.

No eran muchas sus peleas, no eran más que pequeñas discusiones pero esta había pasado sus límites, se habían herido.

Y todo por esto gracias a tus celos.
¡Pero no lo soportaste!
Ver a una súpermujer abrazando y besando a TU prometido no era agradable.
Y más aún si fue una de sus ex parejas.
Él dijo que sólo era una reunión de negocios pero jamás menciono la presencia de ella.
La temperatura en la habitación subió con la furia de ambos, simplemente las palabras escaparon y salieron por sus bocas sin previo aviso.

El millonario estaba por sacar una de sus botellas cuando sintió la puerta de su habitación sonar.

Le indica a Friday que abra y no vio venir cuando tenía el puño de una agente rusa en su cara.

-¿Pero que mier...

-¡Natasha! -escuchó el reclamo de su amigo.

-No pude evitarlo -la interpelada mencionó.

-¿Que hacen aquí?

-Tratar de salvar tu relación. ¡Sabíamos que lo primero que harías sería tomar una copa! -sentenció Rhodey.

-¿Piensas quedarte ahí sin hacer nada por tu relación? Qué débil Stark.

Mira a la pelirroja y luego baja la cabeza. Tenía razón.

- La traté muy mal, le dije que era una niña y muchas otras cosas. -suspira frustrado.

-Resulta que esa niña es quien tanto te ha ayudado. La misma que te vuelve loco sólo con mirarte. -Nat responde.

-¡Lo sé! -exclama con los brazos abiertos.

-¿Entonces que esperas Stank?

El millonario entró en aquel edificio en donde suponía estabas.

Eras secretaría en aquel edificio y sabía que esta era tu hora de trabajo.

Frunce el ceño y apresuró el paso al ver como un tipo de traje trataba de coquetear contigo. Lo sabía por tu cara de fastidio total.

- Hola a ti. Te agradecería que dejaras a mi mujer tranquila si no tiene nada que ver con su trabajo.

Él hombre lo miro asustado al reconocerlo, o tal vez por el tono que usó. Tú lo mirabas confundida.

- ¿Rebecca, puedes atender un momento? -preguntas a tu amiga y ella asiente comprensiva.

Caminas con Tony detrás tuyo entrando a la sala de los trabajadores.

- ¿Que haces aquí? -suenas débil, tus ojos están hinchados aún, logrando que el pecho del filántropo doliera.

- Te amo. -tu respiración se corta por unos segundos y te quiebras en sus brazos. -Te amo, te amo mucho.

Llorabas en sus brazos, sólo habías querido estar entre ellos.

Besaba tu cabeza repetidamente, abrazando tu cuerpo con fuerza.

- Lo siento. -dices contra su pecho más calmada.

- Ambos estuvimos mal. Más yo, sabes que soy un idiota a veces.

- ¿A veces? -lo miras y el ríe.

- No arruines el momento.

Baja su cabeza para unir sus labios, perdonándose durante ello.

Bien en el fondo sabían, que por muy fuerte que fueran sus peleas, no podían estar un segundo separados.

- Te amo Anthony. -besas su barbilla, la cual tenía su usual barba.

- Te amo pequeña.

Y así como no podían estar separados, no podían estar juntos sin besarse cada vez que estaban cerca.

Pedido por: CristinaDeStark