Capítulo 5.

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La hora de salida había llegado, Marinette y Adrien se habían puesto de acuerdo para hacer una pijamada viendo anime toda la noche. Después de todo era Viernes.

Adrien y iba en el auto privado hacia su casa, todo era perfección en sus planes, pero todo se iba al caño dependiendo de lo que su padre dijera. Si o No. Suspiró con algo de cansancio y dejó su mirada en el techo del auto.

Él seguía pensando aún en como Marinette le había rechazado el beso, se suponía que ella estaba enamorada de él... O al menos eso le había dicho Alya como un apoyo para que la invitara a salir, hace como tres meses.

—¿Sucede algo que te moleste, Adrien?—Preguntó Natalie, con una leve sonrisita plantada en sus labios. Adrien lo pensó un momento si debía o no contarle.
—No —Respondió Adrien.—No es nada de lo que debas preocuparte, sólo es mucha tarea.—Le dedicó una leve sonrisa, de esas que tal vez tan sólo Adrien podía darle a una persona.
—Entiendo.—Hizo una pausa y luego continuó.—Ah, y por cierto, el joven Félix ha llegado de su viaje por América.—No fue necesario que ella volteara a ver a Adrien para saber que estaba a punto de gritar de la emoción y que en sus ojos había un brillo sin igual.
—¡¿Enserio?!—Preguntó lo obvio, Natalie tan sólo asintió, Adrien soltó un chillido de emoción.

Todo el camino estuvo impaciente, y aunque el camino a su Mansión tan sólo duraba cuatro minutos esos cuatro minutos se le hicieron una eternidad.

Y al momento en que llegaron y el auto se detuvo Adrien literalmente saltó del auto, corrió lo más rápido posible a la puerta y la abrió para encontrarse a Félix frente a ésta esperándole con los brazos abiertos.

—¡Félix Agreste~!—Gritó extendiendo la última “e” al tiempo que se lanzaba a él, causando que cayeran al suelo.

Adrien no quería soltarlo, dos años sin verlo se le había hecho una eternidad. Ahora que lo pensaba, todo se estaba convirtiendo en una eternidad para él.

—Adrien Agreste, levantate, me estás aplastando. —Pidió Félix con una pequeña sonrisa en su rostro, Adrien asintió al tiempo que se levantaba y le daba una mano a Félix para que se levantase del suelo.
—¿Me trajiste algo de allá?—Preguntó Adrien, pues casi siempre Félix le traía cosas de sus viajes por el mundo.
—Claro que si, en realidad son varias cosas, ya sabes, por los cumpleaños tuyos en mi ausencia. —Respondió Félix.

Aunque casi siempre hablaban por teléfono, y ese casi era siempre, necesitaban del uno del otro para la mayoría de las cosas. Y aunque decían ser inseparables, a veces se daban sus choques de personalidad.

—¡Bien! ¡Podemos ver películas, o series, o alguna caricatura de las que te gustan o anime!—Adrien se detuvo al recordar sus planes con Marinette, tendría que cancelar...otra vez.
—Por supuesto Adrien, haremos lo que tu quieras, como compensación.

Al rato ya se encontraban en la habitación de Adrien viendo Steven Universe, la caricatura favorita de Félix, tal vez ya tenía sus diecinueve años, pero igual le gustaban las caricaturas.

Adrien había tenido que cancelar sus planes con Marinette, ella lo había comprendido bien, aparte le había dicho que había invitado a Lila para ver anime de igual manera. Ella ya se había preparado por si acaso Adrien le cancelase como la última vez, Adrien sólo le había pedido que le guardara croissants.

We~ are the crystal gems, we'll always save the day, and if you think we can't, we always find the way!— Cantaron a la par Adrien y Félix. — That's why the people of this world believe in...
Garnet...
Amethyst...
And Pearl.... And Steven!

Callaron rápidamente en cuanto la intro terminó, los dos estaban tapados con la misma frazada, Adrien tenía en sus manos un gran bol lleno de palomitas y Félix un bol igual de lleno pero con frituras de todo tipo.

—Y ¿Cómo está?—Preguntó Adrien, de fondo de podía escuchar “It's over isn't it del episodio Mr. Greg.
¿Quién? ¿La loca a la que le gusto?—Sontarón una pequeña risita ambos.
—Ella no está loca, sólo es muy aventada por ti, querido Félix.—Habló de una manera muy “Formal” para su propio gusto.
—Si, si, si. Lo que sea, ella está muy bien, o al menos la vi muy bien la última vez.
—Pero—Adrien iba a decir algo hasta que vio la televisión.—...¡Oh, mira, creo que ya se están reconciliando!—Exclamó Adrien, Félix volvió su vista de igual manera a la televisión.

No era secreto la condición en la que se encontraba aquella chica que había sido la amiga de ellos dos durante su infancia y parte de su adolecencia. En unos momentos se encontraba de maravilla, con una gran sonrisa en todo momento y en otro estaba en una camilla de hospital en la peor condición posible.

Los episodios habían pasado volando. Apagaron la televisión y se fueron a dormir a la cama de Adrien, ellos dos no tenían problema en dormir en la misma cama. Félix rodeaba con sus brazos a Adrien quien se acomodaba entre ellos, y se taparon con un cobertor un poco más grueso pues ya hacía frío y más con el clima a todo lo que podía dar.

—Buenas noches, Félix... —Murmuró Adrien en un bostezo, Félix sonrió.
—Buenas noches, pequeño Adrien. —Respondió con una pequeña sonrisa en su rostro, por que aunque Adrien ya tuviese sus quince años para él siempre sería su pequeño, la persona que vio crecer hasta ese momento, quien siempre estuvo con él tratando de hacerle reír.

Simplemente, su pequeño. La persona a la cual para siempre le daría su amor incondicional.

Y estoy feliz y satisfecho, por que pude decirte cuanto te he querido. Cuanto te he amado desde que has nacido.

💜💜💜💜💜💜

Debería de dejar mi antojo de querer escribir un incesto de esos súper fluff y dramáticos con finales que te hacen chillar entre Félix y Adrien, pero aunque que ellos dos no son nada realmente, siempre los veré como hermanos u otro tipo de familiar, pero bue.

La chica de la que hablan no es Bridgette, es otra, como Bridgette no me gusta mucho, pueh ahí tienen.

Hopes And Dreams For You; Connie.

Fundashi En Entrenamiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora